lunes, 6 de febrero de 2017

GERMÁN GIL RICO, TRUMP Y EL CASTRO-CHAVISMO

EL GARROTE IMPERIAL

De tiempo inmemorial se ha dicho y comprobado que los extremos se tocan. Dan la impresión de que podrían pelearse, pero no. Simulan transitar caminos diferentes y perseguir objetivos contrapuestos y no es así. Con planteamientos y propuestas extraídas del sombrero de un mago trashumante, edulcoradas con la promesa del respeto a las libertades político- económicas, soportadas en la seguridad jurídica indispensable para el desarrollo del país y garantía de elevados niveles de vida. Sus ejecutorias prueban la gigantesca dimensión de la falacia. 

Para el logro de sus inconfesables despropósitos magnifican errores político-administrativo susceptibles de ser superados y descalifican al adversario -para ellos el enemigo- hasta la proscripción, Buscan reescribir la historia usurpando logros del Sistema Democrático en educación, salud, crecimiento económico y social, incluyendo el respeto a la dignidad humana.

El señor Trump haciendo todo lo contrario de como se conducen los estadistas prometió que USA volvería a ser la potencia ÚNICA mundial. Aplicando el garrote imperial, cierra las fronteras a los refugiados y regresa al proteccionismo aumentando aranceles a las importaciones que, en su criterio, generará millones de empleos para los norteamericanos y arremete contra el MEDICARE (seguro médico para todos) obedeciendo demandas de poderosas corporaciones financieras. Los gringos de USA profunda compraron de la oferta engañosa y les dieron el voto que, un sistema electoral anclado en el pasado más remoto, lo hizo presidente. Siguiendo el ejemplo del castro-chavismo usó y usa el insulto para descalificar al adversario y ha dado los primeros pasos para someter a su voluntad el Poder Judicial y a los medios de comunicación.

El castro-chavismo ha intervenido la actividad política, económica y social con la determinación de liquidar el Sistema Democrático. Cooptó al Poder Judicial, al Poder Moral y mantienen cercado al Legislativo con un TSJ que, mediante torcida interpretación de la Constitución, sus facultades y razón de ser, declara inconstitucional toda iniciativa de la representación popular. Quiere demoler el Sistema Democrático con acento social, la liquidación de la sociedad plural con libertad y respeto a la propiedad en el cual el Estado y el capital privado, por separado o concertados en alianzas estratégicas, adelantaron la capitalización de la fuerza laboral, sin duda, importantes aportes para el desarrollo. En contraposición han comenzado a imponer las fracasadas formulaciones del marxismo-leninismo.

De allí que sólo puedan presentar escombros. A la vista están el estado ruinoso de la planta física de los centros de educación y hospitalarios, los de generación eléctrica, los agropecuarios y la agro-industria, el cierre de fábricas y comercios, la carencia de productos de la dieta diaria y de medicamentos, el estado deplorable de calles y carreteras, de las telecomunicaciones, el hambre y la mendicidad galopante, el coma inducido por el pillaje en las empresas básicas de Guayana y PDVSA; por si fuera poco, redundante es señalarlo, han lanzado al estercolero la pulcritud administrativa y la moral llora de cara a un rincón y con los fondillos rotos.

Las propuestas del señor Trump no contemplan la expropiación de nada y, mucho menos el cambio de sistema. Por lo contrario lo solidificará en sus crueles formas de explotación, discriminación y chauvinismo. La presión al sector industrial para que los productos sean made in USA resultará negativa por dos razones. La primera, porque los elevados costos de producción acarrearán grandes perjuicios a la economía, pues reducirá el consumo e impulsará el desempleo; y la segunda, porque la respuesta al empresariado del cual proviene será una Orden Ejecutiva estancando, cuando no rebajando, el salario consolidado y otros beneficios que pudieran conquistar los trabajadores. ¿Qué hará con otros países?...


Desde que resultó ser candidato se dispararon las alarmas y hoy, ya Presidente, duele la cabeza. Por fortuna, digo yo, en USA la democracia es intrínseca a la sociedad y las élites suelen defenestrar a los incordiantes y en ocasiones con rápidos, drásticos, dramáticos y condenables correctivos.

German Gil Rico
gergilrico@yahoo.com
@gergilrico
Miranda - Venezuela

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