EL ENEMIGO QUE TE MANTIENE
El embustero, falaz e ignorante régimen venezolano, vocifera una
supuesta convicción antiimperialista al atribuir a perversidades imperiales las
serias acusaciones que formula el gobierno de USA que comprometen a una importante figura del
gobierno nacional. Igualmente, adopta una inexplicable actitud de complicidad
al resistirse a ordenar una investigación por parte de la Fiscalía General de
la República sobre este grave asunto y a sabotear cualquier iniciativa en tal
sentido, de la Asamblea Nacional.
Por otra parte, tan irreflexiva posición de defensa a ultranza de la persona sindicada
por las autoridades norteamericanas como
perpetrador de delitos comunes y a quien aspira someter y procesar en su sistema judicial por las
acciones ilegales que le atribuye que son violatorias de las leyes que protegen
las políticas de seguridad de aquel país , es, por decir lo menos, una
solemne imbecilidad.
Sin tener
legitimidad de desempeño, el régimen venezolano carece de la necesaria
autoridad moral y política, para ignorar, como lo ha venido haciendo, la
opinión de sus conciudadanos sobre el asunto de marras, a pesar que seremos, en
última instancia, los pasivos pacientes de las consecuencias que se deriven de
tan infantil actitud, y asimismo, por iguales razones, no está calificado para adoptar unilateralmente decisiones que
comprometan el presente y el futuro del
país. La actitud del régimen venezolano, sin duda, enturbiará aún más las difíciles y
escabrosas relaciones que mantenemos con los Estados Unidos de América,
principal comprador de contado de las exportaciones petroleras de Venezuela y,
por tanto, el mayor proveedor del flujo de
divisas que utiliza nuestro país para atender sus compromisos externos;
igualmente, USA, es el más importante proveedor de las crecientes importaciones
que demanda nuestro país, entre ellas, las de gasolina para poder atender las
necesidades de consumo interno de ese producto y de los crudos de exportación,
habida cuenta de las dificultades de producción, mejoramiento de crudos y refinación por las
que transita PDVSA.
Habrá medido el ocupante de Miraflores las difíciles circunstancias por
las que transita el país como resultado de su irresponsable inacción como
gobernante y del contenido de las estúpidas peroratas, plagadas de lugares
comunes y de imitaciones a los dichos del que se fue?
Habrá tomado en cuenta lo que hemos perdido de respeto y consideración por parte
de la comunidad internacional por asumir
acciones y posiciones políticas que la
mayoría de los países del mundo han
decidido rechazar por estar en contra de la corriente por la que se mueven las
visiones modernas de democracia, libertad de expresión, respeto a los derechos
humanos, crecimiento económico y mejoría de la situación social de los
pueblos? Se habrá percatado este desangelado régimen del retroceso que
significa el creciente aislamiento del país del concierto de naciones del mundo
y lo difícil que será recomponer dichas
relaciones en el futuro inmediato? Por supuesto que no lo ha meditado.
Estos “robolucionarios” de pacotilla, con sus truculencias, ditirambos y
frases exaltadas, desvirtúan el concepto de aquel “buen gobierno” que adopta decisiones que favorezcan a los ciudadanos.
Bajo la égida de estos filibusteros, los
actos de gobierno no han sido otra cosa que
cobardes y arteras agresiones
contra nuestra sociedad, su gente, el
país como un todo y los valores y principios de la civilización moderna. La gestión de Maduro es
más de lo mismo, palabras, palabras y más palabras, pero sin ninguna
realización ni beneficios tangibles para todos los habitantes de la sufrida
Venezuela.
Si este gobierno observara un código de ética para su accionar, se
percataría que no puede pretender
erigirse como defensor de los derechos humanos y de la libertad de
expresión cuando en el país, que mal gobierna, la opinión y la dirección
política de la disidencia, los medios de comunicación y las organizaciones
sociales sufren permanentemente de
acoso, restricciones, chantajes y controles. Tampoco puede hablar de soberanía,
un gobierno que ha permitido y auspiciado que un país extranjero controle y
dirija nuestras instituciones más importantes y estratégicas que se supone
garantizan la seguridad del país y la de sus ciudadanos. Menos aún, cuando es
precisamente en este régimen cuando se han producido impunemente los más
escandalosos actos de corrupción de nuestra historia sin que se haya tomado ninguna acción
gubernamental para castigar tales delitos, que por el daño causado al país,
pudieran calificarse de lesa humanidad.
Lo que mueve al gobierno no es
otra cosa que tratar de presentarse como un adalid del antiimperialismo, para
cooptar a los disidentes de su tolda y desviar el foco de la atención pública
nacional de los problemas más acuciantes que confronta la sociedad venezolana.
Finalmente, como puede un gobierno que ha hecho de la mentira y de la
práctica del espionaje a sus ciudadanos una razón de Estado, decirle al mundo
que desconoce y rechaza las acusaciones de USA
porque actúa en defensa de la independencia, libertad, democracia y estado de derecho. ¡Vaya
descaro!
Pedro Luis Echeverria
pedroluis.echeverria33@gmail.com
@PLEcheverria
Miranda - Venezuela
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