¿Como es eso de que Ud. nos llama de nuevo al servicio
militar para defender la patria y que todos estamos obligados a enfrentar al
enemigo? Pero si Ud. Mismo, no hace mucho, montado en un tanque de guerra ruso,
uniformado de gala con todas las condecoraciones como sinónimo de su bravura, y
parado al frente de sus tropas civiles y militares. ¿Se acuerda?, le reiteraba
a su Comandante en Jefe, una vez más, que estaban listos para la guerra en
contra del Imperio, por la Patria, el Socialismo y hasta la muerte misma, y de
paso nos señalaba al resto de los que no estábamos alli, como los enemigos de
la patria.
La primera pregunta que me viene a la mente, mi
general, es: ¿Es Ud. un narcotraficante, terrorista, corrupto, violador de los
derechos humanos de los venezolanos? ¿Si la respuesta es negativa, entonces
porque los protege en vez de cumplir con su obligación de combatirlos? A menos
que Ud. sea integrante del “Cartel de los Soles”, buen capo, como Pablo Escobar
Gaviria, quiera morir con las botas puestas.
Ud. tiene el valor de llamarnos a servirles de escudos
humanos para cubrirle su retirada hacia el paraíso en donde su familia y el
dinero robado esperan para disfrutar sin temor el producto del saqueo de las
arcas públicas y el narcotráfico.
Pero le voy a decirle una cosa, mi General, no voy a
caer en su trampa, mientras Ud. se monta en su avión y se va lejos o cuando
suenen los primeros tiros Ud. se rinde. Son sus Oficiales, si acaso le
obedecen, quienes, con sus tropas, flaquitas y hambrientas morirán inútilmente
por su revolución.
Se acuerda Ud. mi general, la última parte de aquel
juramento que los soldados hacemos de defender la Patria y sus instituciones,
hasta perder la vida: “… si no, que Dios y la Patria os demande”. Ud. mi
general, juro en vano, así que asuma su responsabilidad.
Hace algunos años que luche en contra de los invasores
cubanos que pretendieron quitarnos la patria para robarnos nuestras riquezas
naturales y cuando los expulsamos del país, salí con mi banderita de siete
estrellas a celebrar haber ganado la guerra.
En esta oportunidad también estoy anotado a ganador,
mi General, así que cuéntame entre sus enemigos pues estoy del lado de los
buenos. De tal manera que le aconsejo, que cuando mis aliados lo derroten, le
pido que tenga un poco de dignidad; cumpla con la última palabra del eslogan
que tanto repitió: Patria, Socialismo o MUERTE. Pues La Patria la perdimos hace
20 años cuando Ud. se la entregó a los cubanos y El Socialismo solo nos trajo
miseria y ruina al pueblo venezolano, de manera que me permito sugerirle, mi
General, que si acaso no va cumplir su palabra de inmolarse por su revolución,
por lo menos haga honor a su jerarquía y sea varón, como lo hicieron los
oficiales generales japoneses al final de la II Guerra Mundial, hágase el
harakiri, pues los pueblos no perdonan una traición y Ud. no va a ser la
excepción.
Para concluir, le sugiero recordarle a su jefe, alias
“El Usurpador”, lo que el 23 de enero de 1958, le aconsejó el general Llovera
Páez al general Pérez Jiménez, antes de tomar el avión, identificado como “La
vaca Sagrada”, para escapar hacia la República Dominicana: “Mejor nos vamos de
acá, compadre, pues pescuezo no retoña”.
Por mi parte, mi General, no tenga la menor duda de
que, saldré a celebrar la victoria por la que tanto he esperado, esta vez con
varias banderitas, una tricolor y las mismas siete estrellas de mi patria, y
otras con la de los colores que identifican a nuestros aliados democráticos,
que, en solo 3 días, espero yo, nos ayudarán a conseguir la libertad que no
pudimos lograr, por culpa suya, en 20 largos años.
Cnel. (Ej) Rubén Dario Bustillos Rávago
rdbustillos@gmail.com
@rdbustillos.
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