Busquemos un genio que descifre el enredo creado por Luis Almagro. Sucede que al Secretario de la OEA hay que tenerlo en la mira, porque sus últimas andanzas levantan sospechas.
Recordemos: Almagro fue electo en la OEA con votos y lobby de Hugo Chávez quien suponía que el uruguayo, habiendo sido canciller de don Pepe y embajador de Tabaré en la China, sería su aliado incondicional.
Pésima apreciación del comandante … Almagro saltó la talanquera y desde el 2014 hasta ayer fue acérrimo enemigo de Venezuela y sus aliados. Incluso llegó a ser interlocutor de los presidentes Obama y Trump.
Pero luego de una fiesta en “El Chapare” (Bolivia) donde fue invitado… el legalista Almagro olvidó que Evo Morales va a la reelección, torciendo lo que dice la Constitución boliviana y un referendo donde se rechazó la reelección indefinida.
El enredo viene porque Almagro sigue criticando a Venezuela con lo que se le puede alinear a la política de Donald Trump, pero con la variable de que el insólito Secretario de la OEA ahora apoya a Bolivia… y a Nicaragua, para sorpresa del oposicionismo venezolano, la trata con guante de seda.
¿Qué busca Almagro entonces?
Reelegirse imposible: ¡Como va a ser reelecto sin el apoyo del Uruguay natal siendo que las elecciones en el mundo diplomático obedecen a negociaciones y sin el aval de su gobierno jamás conseguirá un solo voto!
Entonces ¿qué diría Cantinflas?
Nada y todo porque este cambio, que no obedece a las fases de la luna, hay que analizarlo en profundo.
Si fue sobornado en “El Chapare” allá él y nosotros hasta allí llegamos, porque mientras América Latina carezca de un sistema de justicia serio que solo gobiernos liberales, pro-mercado lo pueden construir, denunciar sobornos y comisiones es inútil.
Pero si se trata de una jugada a dos… preparada para confundir a los aliados del gobierno venezolano… mientras Trump y Almagro, el primero con una reelección en puertas y el segundo con poco tiempo de vida útil… urden otra payasada como la del 30 de abril, estilo Guaidó… cabría suspender la pugna política para formar filas en defensa de la integridad territorial de nuestra patria.
El oposicionismo a ultranza armará berrinche y habrá que recordar lo que hace poco escribió otro liberal venezolano “ni Maduro es dictador ni la oposición es de derecha”.
Domingo Alberto Rangel
doalra@yahoo.com
@DomingoAlbertoR
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