El termino guerra psicológica, suele definirse como el conjunto de distintas formas, métodos y medios de influencia sobre las personas, con el objetivo de cambiar, en la dirección deseada, sus características psicológicas (opiniones, puntos de vista, valores orientadores, estados de ánimo, motivaciones, principios, estereotipos de comportamiento), así como las normas grupales, y la conciencia colectiva en general.
En opinión del filósofo chino Sun Tzu, la suprema excelencia no es ganar cien victorias en cien batallas. La suprema excelencia es dominar a las fuerzas de los enemigos sin siquiera tener que luchar con ellos. En tal sentido, sugiere distintas formas de actuación, tales como: 1.- Destruir todo lo bueno que haya en el rival; 2.- Involucre a destacadas personalidades rivales en acciones delictivas; 3.- Socave el prestigio de los lideres rivales y expóngalo, en el momento adecuado, a la vergüenza ante la opinión pública; 4.- Emplee, para alcanzar sus objetivos, a las personas más viles e infames; 5.- Despierte rencillas y conflictos entre los ciudadanos hostiles; 6.- Reblandezca la voluntad de los rivales; 7.- Sea generoso con las ofertas y regalos para la compra de información y los cómplices. En general, no escatime ni el dinero, ni las promesas, ya que traerá muy buenos resultados.
Las operaciones psicológicas, según la OTAN, hace referencia a actividades psicológicas planificadas en tiempo de paz y guerra para influir en el comportamiento y actitudes de públicos enemigos, amigos o neutrales, y de esta manera afectar el cumplimiento de objetivos políticos. Las operaciones psicológicas estratégicas, son aquellas planeadas y proyectadas en tiempo de “paz” sobre audiencias (civiles o militares) del propio país o extranjeros, que desde el nivel operacional o táctico se aplican sobre objetivos del oponente o de la población civil del área de influencia. Constituyen una guerra de cuarta generación a la luz de la cual se pretende el control y dominación mental de los integrantes de una sociedad, mediante el apoderamiento y control de la conducta social masiva en aras a que responda a los intereses del régimen.
En la Venezuela del presente, puede afirmarse que el régimen tiene abierto tres frentes de guerra simultáneos: De primera generación: para profundizar el control territorial a la luz de conservar tanto su guarida (escondrijo en el que se refugian una o varias personas buscadas por realizar actividades delictivas), como su puente internacional para el narcotráfico; De segunda generación: para preservar el control de los recursos naturales; y de cuarta generación, como antes se señaló.
En síntesis, la guerra psicológica debe entenderse como el uso planificado de la información falseada y otras acciones psicológicas con el objetivo primario de influir en las opiniones, emociones, actitudes y comportamientos en función a que los grupos opositores apoyen la realización de los objetivos propuestos por el régimen; o bien que renuncien al apoyo de toda alternativa de triunfo proveniente del sector opositor.
Reflexión final: La guerra psicológica, es la esencia de la influencia psicológica en las masas; razón por la cual, y siguiendo opiniones autorizadas, puede afirmarse que “la simple introducción de la duda, en el cerebro de las personas, ya significa un gran éxito”. NO DEJEMOS INVADIR NUESTRO CEREBRO
Jesús Alexis González
@jesusalexis_gon
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