Si la primera guerra fría concluye con la caída de cara del comunismo en 1989, la que se viene de cibernética industrial entre EEUU y China ha de ser distinta porque las pugnas entre el capitalismo controlado de China y el de empresas privadas importantes para el gobierno de EEUU hoy compite por conquistar mercados que en la guerra fría estaban claramente alineadas. Ya no, hoy éste o aquel protagonista estelar de antaño se perfila lejano a reproducir las alianzas de la guerra fría. La que se perfila va formando una “cortina digital” que viene separando las zonas de tecnología china por un lado… de las estadounidenses por otro. Y entre lo chino conocedor del valor de la educación técnica de las universidades de EEUU y su aplicación en la cibernética industrial que ese chino ha emulado, y el orbe industrial de Occidente que se percata de la calidad del producto asiático y lo compra a menor precio para sorpresa y bronca sobre todo de la Casa Blanca cuya mejor salida es la imposición de aranceles.
La pugna hierve, pero está lejos de manifestarse con un “muro de Berlín” que los separe. Esto porque componentes de Occidente se alían con Oriente para hacer frente a elementos de Occidente como es el caso del emporio cibernético Huawei de China y su sistema de redes 5G de transmisión masiva que el Reino Unido no acepta abandonar lo que expone las preferencias que están lejos de lo que conformaba la guerra fría. Otra diferencia es la aceptación del producto chino en Occidente (que nunca existió en la época de la URSS) y la pugna internacional por conseguir resultados de investigaciones avanzadas en torno a circuitos integrados (chips en inglés), metales raros y su procedencia, etc. ¿Guerra fría? Sin duda pero sin lindes geográficos definidos ni mucho menos.
Entre tanto las disputas sobre aranceles, propiedad intelectual e infraestructura técnica devinieron en asuntos urgentes de seguridad nacional de EEUU cuyo Departamento de Justicia en enero acusó a Huawei de fraude, robo de propiedad intelectual y violaciones de las sanciones impuestas a Irán, todo negado por la empresa china cuya ejecutiva, hija del Director y fundador de Huawei, fue arrestada en Canadá y es posible que sea extraditada a EEUU que hoy está ansioso de poner coto al delito de robo cibernético. Luego Google suspendió el acceso de Huawei a su sistema operativo Android. Según Huawei, las restricciones de EEUU afectarán la venta de teléfonos celulares fuera de China en un 40%. Antes de éstas era el segundo mayor vendedor de celulares de mundo, y el primero de equipos de redes de telecom con ventas anuales de US$105.000 millones.
EEUU abandonó el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (ATCE) que hoy lo conforman diez países incluyendo México, Chile y Perú. Así, EEUU perdió una alianza que hoy le sería útil para aglutinar voluntades económico-políticas ante China que va llenando el vacío comercial dejado por EEUU que, dicho sea de paso, exporta menos a China como resultado de los aranceles de D. Trump, y la reacción de China con aranceles que reducen las importaciones de EEUU sobre todo de productos agrícolas. Por otro lado éste comercia menos con los países del ATCE… lo que invita a preguntarse qué ha pasado con la consigna estadounidense del “arte del arreglo.” La pugna continúa:AFPdijo el 17 de junio que R. Trump es posible imponga $300.000 millones en aranceles adicionales a las importaciones chinas. El 19 de junio The Atlantic anunció que China está por reducir aranceles “para otros en el mundo.”
Jorge V. Ordenes-Lavadenz
@JvordenesV
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