domingo, 6 de octubre de 2019

ALBERTO JOSE HURTADO B.: FIN DEL CONFLICTO CHINA-ESTADOS UNIDOS

Luego de más de un año de confrontación comercial entre China y Estados Unidos, el mundo es testigo de una batalla prolongada y costosa por la mayor posición en el comercio mundial. Transcurrido este tiempo, surgen razones de peso para abogar por que estos dos países pongan fin a su conflicto comercial lo antes posible. 

Ambas naciones deben reconocer que su desequilibrio comercial bilateral no se corregirá mediante más aranceles, debido a que los impuestos a las importaciones no causaron el saldo comercial a favor de China. Este es resultado de factores estructurales domésticos, entre los cuales se encuentran: ahorro excesivo sobre la inversión y el gasto en China, e inversión y gasto excesivo en Estados Unidos. Reducir el desequilibrio exige que cada país realice grandes ajustes estructurales, por un lado, China debe expandir sus importaciones e incrementar su consumo interno y, por otro lado, Estados Unidos necesita reducir su gasto y aumentar el ahorro. 

Todo esto dentro de un contexto local donde la economía y la política sienten los efectos de la confrontación. En Estados Unidos, las políticas arancelarias se están convirtiendo en factor distorsionador de la producción y el consumo, debido a que han impedido la colocación en el extranjero de algunos productos, han incrementado los costos de las mercancías importadas, y han representado mayores ingresos por recaudación tributaria que no alcanzan a compensar las pérdidas de los productores estadounidenses. Y en China, se ha modificado la posición de sus empresas a nivel mundial, se han incrementado los costos de las cadenas de suministro y ha aumentado la presión internacional acerca de los resultados de la nación en materia de reforma interna, entrada al mercado, transferencia de tecnología, protección de los derechos de propiedad intelectual, reforma de empresas públicas y desarrollo del sector privado, todo lo cual se percibe como la vía para la alineación final del país a las reglas y el espíritu del sistema multilateral vigente. 

A la par, las tasas de crecimiento de las principales economías del mundo comienzan a desacelerarse las cadenas de suministro globales comienzan a modificarse, el proteccionismo se extiende por el mundo y el escenario de crisis económica global se hace cada vez más evidente. Por ende, finalizar el conflicto comercial es un paso urgente e importante para restaurar el comercio y su papel como motor del crecimiento mundial. 

Para lograrlo es necesario: a) Definir con claridad las causas y consecuencias del déficit comercial que Estados Unidos mantiene con China; b) Reconocer que se ha producido un reequilibrio global en el mercado mundial de bienes y servicios luego de la crisis financiera de 2008; c) Tener claro que las medidas arancelarias y no arancelarias son incompatibles con los intereses económicos de China y Estados Unidos, debido a que no corrigen su desequilibrio comercial y distorsionan la conducta local de productores, consumidores e inversionistas; y d) Reconocer que mayor conflicto comercial exacerbará la actual crisis del sistema multilateral de comercio, y puede sacudir los cimientos de los organismos globales desarrollados luego de la Segunda Guerra Mundial. 

El desequilibrio comercial entre China y Estados Unidos es un fenómeno transitorio más que permanente. La actuación de sus gobiernos debe reducir la preponderancia de la política comercial para privilegiar políticas económicas dirigidas a cambiar patrones de ahorro, consumo e inversión que estimulen la producción eficiente en la economía y cambien la relación de intercambio de mercancías entre ambos países. 

Alberto José Hurtado B. 
@ajhurtadob

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