Probablemente el siguiente comentario no gustará a muchos y podrá ser tergiversado, sin embargo, honor a quien honor merece: El régimen merece elogios porque cuando se propone una meta no abandona jamás el camino, se propuso ignorar ¡Sí, ignorar! a Guaidó y vaya que lo ha logrado, tanto que, para su ejército mediático, sus personeros, sus aliados internacionales reconocen a Timoteo Zambrano y a su corte prorégimen como la “oposición formal”.
Por otro lado, Guaidó se desinfla, la oposición deambula sin objetivos, los tres pilares fundamentales ofrecidos a la colectividad doméstica y foránea en enero quedaron en el olvido. Fuera de nuestras fronteras solo se oyen sanciones que compactan más al régimen, le permiten inventar excusas para sus acólitos, al mismo tiempo, arroja al pueblo a la voracidad del dólar paralelo mientras él continúa obteniendo financiamiento al manejar a placer y a la sombra las inagotables riquezas de la nación, al menos, para mantener sólidamente su establishment.
En medio de este calvario, el venezolano es obligado a ocuparse/preocuparse por su entorno cercano, a la sobrevivencia de los suyos, el tema país no existe, Venezuela no existe, la nación es un concepto vago, de remembranza, de añoranza, pero solo eso… hoy este país pertenece a una casta gubernamental que, aunque utiliza métodos y técnicas vetustas, elementales, la imberbe cultura política criolla le permite obtener dividendos y, hay que decirlo, apoyado en la violencia institucionalizada mediante la cual puede hacer y deshacer a sus anchas, con mirones de palo como la OEA, ONU, etc.
El régimen “salta en una pata”, a pesar de ser ilegal, ilegitimo, con acusaciones de todo tipo en su contra (nacionales e internacionales), ha conseguido reconozcan una “oposición” que le permita continuar obrando en el terreno que él mismo siembra y cosecha, donde ha obtenido todo lo que tiene y aspira sostener… desde luego, al margen más absoluto de la ley y la democracia.
Probablemente, lo que acontece en Perú, Chile, Ecuador, Argentina y España haga comprender que el chavismo no es un problema solo de venezolanos, el eje cubano-venezolano, de ideas-financiamiento respectivamente, está dispuesto acabar con aquellos que tuvieron la oportunidad de aniquilarlos y no lo hicieron. Solo queda una esperanza vaga, que ello sea comprendido y se adopten los mecanismos idóneos para evitar la democracia perezca quien sabe por cuánto tiempo, no solo en la región sino en gran parte del planeta.
¿Dónde está la verdadera oposición venezolana? ¿Qué va pasar con los habitantes de este país? ¿Cuál será el impacto en el mundo del eje gobiernos Cuba-Venezuela? ¿Quién o quienes lograrán liderar las acciones pertinentes?
En esta infernal coyuntura sobran los partidos políticos, sobran las candidaturas ¡hasta las fronteras sobran! Se requiere con carácter de urgencia hombres y mujeres aferradas a la realidad, con gallardía, que se sepan parte de un equipo y no el epicentro de los hechos. Venezuela se encuentra en la actual deprimente condición porque la política dejó de ser una herramienta de cambio, de bienestar y se convirtió en un costoso entretenimiento que maldice nuestra existencia, con anticristos como protagonistas.
Falta muy poco para que Venezuela sea recordada como la Atlántida moderna, solo que esta vez sí se sabrá dónde estaba, quienes eran y porqué desapareció. La nación que fue la envidia del mundo en los 50’, 60’ y 70’, cuya relación riquezas-densidad poblacional-dimensión territorial, la proyectaba como el país más próspero de la historia de la humanidad, terminó con una población huyendo en desbandada y quienes se quedaron perecieron esperando una eventual bolsa de comida incomible, atormentada por esbirros. No son exageraciones ni ciencia ficción, día a día recorremos ese camino, ojalá tomen las riendas quienes deben asumirlas, por Venezuela y el mundo.
Leandro Rodríguez Linárez 🇻🇪
@leandrotango
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