La política venezolana, desde hace varios años, tiene un componente internacional que progresivamente se ha hecho fundamental en la acción de la oposición extremista venezolana, la misma que lleva 20 años tratando de derrocar por la fuerza a los gobiernos chavecistas. Ese componente internacional es hoy el que mantiene a Juan Guaidó y a los partidos que le siguen en la palestra política. De la misma manera que el gobierno de Maduro se mantiene en el poder por el absoluto respaldo que le da la FANB, Guaidó se mantiene por el apoyo que tiene de EEUU y casi 60 países que lo respaldan. Ninguno de los polarizados tiene como apoyo real y suficiente a la voluntad del pueblo venezolano. Tan es así, que ambos se niegan a medirse electoralmente en comicios realmente libres.
Pero la situación internacional está muy lejos de ser estable como para considerar que no se produzcan cambios que alteren su correlación de fuerzas. No sé si Guaidó y sus allegados se han paseado por esta realidad, pero el tiempo también conspira contra su propuesta dogmática en relación a la fuerza del apoyo internacional de la misma. La elección de López Obrador como Presidente de México, hace poco más de un año, les quitó el soporte de uno de los países más importantes de la región, que inmediatamente regresó a lo que ha sido su posición histórica: la no intervención en los asuntos internos de ninguna nación. El triunfo del peronista Fernández, en las llamadas primarias argentinas, amenaza seriamente con seguir socavando el apoyo latinoamericano que tienen, y en otro país de una gran importancia hemisférica.
Pero los sucesos en esa dirección no dejan de producirse. El Presidente hondureño soporta hoy la acusación, hecha por nada menos que un tribunal estadounidense, de recibir financiamiento del narcotráfico. En Perú, país del llamado Grupo de Lima, se desarrolla en estos momentos una crisis institucional que enfrenta a sus poderes Ejecutivo y Legislativo, algo parecido a lo que ocurre hoy en Venezuela. Ecuador, otro país muy beligerante contra Maduro, sufre actualmente protestas populares masivas anta la instrumentación de un paquete de medidas neoliberales aupadas por el FMI. Su Presidente recurre a la declarar el estado de emergencia, para reprimir las protestas populares, tal y como ocurrió en Venezuela con el Caracazo, al inicio del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Sin duda ninguna que se debilita el Grupo de Lima, por lo que sufre el apoyo internacional de Guaidó. A esto se suma el fracaso parcial de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, lo que le reduce a Duque su libertad de acción, y la activación del “impeachmente” contra Donald Trump. Todos son elementos dinámicos que pudieran afectar en forma negativa la única fuerza real de Guaidó, la única que lo protege y le permite actuar libremente y retar en forma continua al gobierno de Maduro, haciendo entonces evidente la debilidad del mismo.
Luis Fuenmayor Toro
@LFuenmayorToro
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