viernes, 22 de noviembre de 2019

JESÚS GONZÁLEZ BRICEÑO: DEL REAL Y MEDIO AL NUEVO CONO MONETARIO DEL BOLIVAR SOBERANO;

La conversión  monetaria, acontecimiento  sin par, de manera singular, para  hacerlo anodino al gusto de cada quien ,  un  novísimo sistema económico traído  a esta patria por académicos de renombre,  todos premios nobeles del valor y del trabajo; conocer el  porqué  de la cuestión  desde   1917  en  lejanas estepas rusas, arraigado  por muchas partes, con la promesa de traer   felicidad, progreso y prosperidad a  nuestro continente, ahora veremos cómo es el resultado de una experiencia que  nos tiene patas arriba, deseosos de resolverla o morir en el intento

La parodia del Real y Medio, una canción infantil, contada por   todo el mundo, ricos y  pobres,  blancos, negros, indios  y mestizos, mayores, adolescentes, niños, hombres y mujeres, importada por colonos españoles para enseñarnos la economía colonial, el ahorro y  los gastos del  gobierno  imperial para  afrontar  con el  jornal  diario y quincenal, con un salario mínimo del   presupuesto familiar

Sabio y aleccionador para el uso de un ingreso petrolero que iba sustituyendo, sin pausa, poco a poco, la actividad  agropecuaria,  artesanal, la incipiente industria y el conuco fortaleciendo    nuestra unidad monetaria conocida como el Bolivar de Plata, de valor incalculable, con  muy pocos tres o cuatro de ellos, se compraba un  dólar estadunidense; se descomponía en centavos, lochas, medios y reales, tesoro  incomparable en una  nación pobre,  pero no se pasaba hambre , como ahora,   permitidme recordarles en prosa, versos y estrofas   esta Infantilada Monetaria que hoy traigo a colación:

Yo tenía Real y Medio, una  mitad del Bolivar, 50 centavos, y  un medio de 25, en total 75, menos de un Bolivar del de  antes, resuelta   la operación como cuenta el cancionero  popular del siglo XX  e inicio del presente, mucha gente se quejaba, por lo poco que ganaba, sin darse cuenta, un auténtico caudal, acompañado del Fuerte de cinco, de la peseta de dos bolívares, de la morocota de oro cochano, también de entonces, por   muy  pocos poseída, forjada con la materia prima rica y  abundante de los yacimientos de oro y plata, del maná de color negro que  brotaba como el agua de los pozos petroleros del Lago de Maracaibo, Anzoátegui y de Monagas y, desde  lo más profundo del Caribe  mar ,  así decía la canción   por todos bien conocida: 

Yo tenía Real y Medio, con Real y Medio compré una vaca con su  becerrito, leche y nata me daba, queso  de cincha, café con leche, hacía otros  tantos alimentos  para el sustento del pueblo venezolano…  y siempre tenía mi Real y Medio

Con Real y Medio iba a la bodega o al mercado a comprar mi comida, pescado fresco, pargo, cachama, carite, lisa o sardina, arroz, azúcar y papelón, huevos, mantequilla, casabe, pan y cochino, abundante y por montón 

También  a la   botica por  medicamentos para  curar mi aflicción. con recetas del doctor del hospital del gobierno o de una clínica privada, cuando    lo permitía. Y siempre tenía mi Real Y Medio; adquiría modestos   aposentos y la vivienda rural por un real, construía mi rancho de  zinc,  bloques o bahareque, o de  cartón, según canta  el Trio Venezuela, los terrenos abundaban y no  había especulación en los cerros y sabanas 

Todo lo solucionaba con tres cuartos   del Bolivar, la unidad monetaria, mis hallacas navideñas, tomaba  ron pecho cuadrado, quisque y cerveza fría para matar  el calor y celebrar  asuetos del calendario oficial y las fiestas de familia. 

Tenía  mi cacharrito, tomaba el  transporte  del bús   o el  por puesto por un medio, o  a pie  para rebajar  la tripa  por  golosinas de arroz con leche, dulce  de  coco y   lechosa.
Viajaba  por  el país, a la Perla del Caribe, Los Andes y a los llanos  del Arauca para bailar el joropo  de Eneas Perdomo, Augusto Braca y el Carrao de Palmarito, iconos  del cante tradicional. Turisteaba  por el Caribe, Miami, Islas Canarias, Italia y Portugal, hasta Galicia  llegaba a ver mis antepasados, una auténtica proeza con mi unidad monetaria del Bolívar de Guzmán.

Con la adopción  del   Bolívar de siempre agregándole  el apellido de  Fuerte, presagiaban   solidez  y progreso para  mejorar la situación, a principio del  XXI,  auxilio para  la gente por las inclemencias de  la carestía y altos precios de alimentos, insumos, servicios  y medicinas, mientras los precios   petroleros subían hasta las nubes para colmar las arcas del tesoro nacional, bolsillos de  gobernantes, contratos  de partidarios, amigos  y  choros de cuello blanco, guardados en alforjas de Andorra e de las  Islas Caimán

Hecatombe  de la política monetaria, la producción nacional  y  una  desatada hiperinflación, se volvieron a equivocar  con el cambio del cono monetario  implantando el Bolívar Soberano, con bombos y platillos fue  aprobado  el nuevo salario mínimo y  cesta tique alimentario,  ¡que pachanga iba a formar en los barrios de Caracas, Valencia y Porlamar! engañando  nuevamente al pueblo, que eufórico exclamaba ¡se acabó la inflación y  la escasez  de los productos  de la  canasta alimentaria!  sobrevinieron el pesar, la ruina y la miseria,   conciudadanos  y extranjeros emigraron por millones por  las naciones del mundo  buscando  su salvación por  la frontera de  Cundinamarca, la tierra del grandulón, a nado hasta  Aruba y Bonaire, Trinidad y Tobago, o por la Guayana Esequiba, con flechas envenenadas de Guaicaipuro y Manaure buscando su redención, despertando  xenofobia a   una nación    que a todos  abrió  sus brazos sin ninguna condición. 

Hace apenas unos días se repite la receta de aumentar el  sueldo mínimo a 7,5  dólares americanos y un cupón del bono alimentario de otros tantos bolívares  soberanos, aumentando la   hiperinflación, más desempleados a la calle, y el cierre  obligado de  factorías y comercios por  falta de producción, elevación de costos y el pillaje sin control, con una  la canasta alimentaria   de  más de 250 dólares mensuales, más hambre, pobreza  y   zarracina  engrosando  la diáspora  desesperada a otros países  del planeta  para remediar esta grave situación que  no tiene solución   a menos que se pongan  pantalones largos para afrontarla con coraje y  la persuasiva acción.

Es así  como están   la mayoría de  nuestros  connacionales: En vez de  vaqueros americanos, usamos taparrabos de piel de oso panda y piel de cocodrilo lo que a muchos agradará  al mirar  los fundillos a las hermosas mulatas, Las féminas ya no   usan  blusas ni ropa interior made in China para mostrar sus encantos, calzamos    chancletas y alpargatas  con  filigranas de diamantes traídas desde Guayana, emigramos  a Brasil, a vivir a  orillas del   río  Amazonas para  comer las delicias de lapas,  báquiros  y   pirañas, allí agua  beberemos  para colmar la sed, lavar nuestros harapos, y quitarnos la mabita; chozas de   palma, juncos y caña brava, son  nuestra habitación, y   plenilunio, luciérnagas  y   mecheros de palo brasilero nos proporcionarán  su luz.

 Al fin reconoceremos  nuestros COMANDANTES    por darnos felicidad, bienestar  y  opresión  cumpliendo  a cabalidad, sin olvidar jamás que añoro mi  Real y Medio, la vaca y su becerrito de la Cuarta y que se vallan al diablo  el nuevo cono monetario  y su Bolívar  Soberano, sin contar con  el Petro que sigue el mismo camino de llegar a la dolarización, un infierno para  la mayoría de nuestros habitantes que solicitarán la ciudadanía del coloso norteamericano, si es que Trump se compadece

Jesús González Briceño
jesusrafael768@gmail.com
@jesusgonzalezbr 

No hay comentarios:

Publicar un comentario