domingo, 3 de noviembre de 2019

MERCEDES MALAVÉ: GOLPE DE TIMÓN

Hace cuatro años veíamos con optimismo el surgimiento de alternativas al populismo apoyadas por mayorías electorales. Circulaban mapas de América Latina ilustrando el cambio del color rojo al azul. Soñábamos con que, de ahora en adelante, se implementarían medidas necesarias para combatir la inflación, el despilfarro, el gasto público, etc., para conducir a los países hacia un desarrollo económico integral, sostenible y hasta ecológico. Hoy debemos entender que implementar políticas adecuadas en materia macroeconómica requiere de mayores consensos sociales. No basta ganar una elección basados en un discurso de crítica al contrario, promoción de escándalos y denuncias de corrupción. Es necesario establecer dinámicas de acuerdos, comunicación recíproca y aprobación de abajo hacia arriba. Que nazcan de la misma sociedad organizada y que sus demandas sean escuchadas desde el primer momento.

La alternativa

Pienso que América Latina reclama gobiernos de centro, altamente comprometidos con el interés nacional; que coloquen las demandas de los ciudadanos y su fuerte reclamo de equidad social por encima de intereses económicos, variables macroeconómicas y recetas foráneas. Cada país debe encontrar sus propios mecanismos de diálogo social, y los partidos políticos han de impulsarlo con la misma fuerza con la que completan sus cuadros electorales. Necesitamos políticos de centro que no se dejen llevar de planteamientos extremistas, bipolares y mucho menos injerencistas; que reclamen por el respeto a los pueblos latinoamericanos, a sus tradiciones ideológicas y a la libre determinación de su destino que bastantes guerras nos ha ocasionado.

El año que viene Venezuela tiene el gran desafío de salvaguardar dos instituciones democráticas, garantes de la libertad y el cambio en paz: las universidades autónomas y el parlamento nacional. Debemos preguntarnos con sensatez e inteligencia de qué han servido actitudes como la abstención y el desconocimiento de sentencias judiciales. Hemos de reconocer que las grandes victorias de las fuerzas democráticas han sido electorales, pese a la ausencia de condiciones, violaciones sistemáticas a la ley de procesos electorales y al ventajismo grosero. Nada obsta para que una fuerza electoral masiva y contundente no se lleve todo por delante como un tsunami.

Rectificar

Es necesario evaluar la estrategia que la Asamblea Nacional se planteó desde enero de este año. La directiva del parlamento nacional es el primer responsable de emprender las rectificaciones pertinentes, como voceros más importantes de la oposición. Hoy en día, líderes del mundo y del hemisferio dan ejemplo de aceptar errores y enmendarlos en primera persona. No iría en detrimento del liderazgo de los diputados que encabezan la Asamblea Nacional asumir la decisión de abrir su liderazgo a la representación de todas las fuerzas democráticas venezolanas, en lugar de seguir actuando como un dudoso apéndice del Departamento de Estado.

Vengo de recorrer el estado Mérida y no hay palabras para describir las penurias que están atravesando. El problema de la gasolina afecta a los productores: 80% de la producción de frutas y hortalizas del país se produce en la zona baja de la cordillera andina y no hay gasolina. Productores pierden cosechas porque no hay quien las distribuya. Colas entre 4 y 6 días mantiene a los transportistas en un paro técnico. En la Universidad de Los Andes la deserción estudiantil es altísima: estamos hablando de aulas de 60 y 80 alumnos que hoy sólo tienen entre seis y diez. Hay un importante número de jóvenes que no asisten a la universidad porque no hay transporte ni tienen qué comer. La situación de los servicios básicos es deplorable. A la solución de esos enormes padecimientos nos debemos, y hasta ahora la estrategia de poder dual no ha sido útil excepto para hacer propaganda, sosteniendo decretos y consignas de autoayuda.

Mercedes Malavé
@mercedesmalave

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