1.- La abundancia de alimentos de todo tipo es una demostración concluyente que en Venezuela no hay bloqueo, existen sanciones puntuales que, sí bien algunas impiden el régimen realice transacciones financieras/comerciales, está muy lejos de ser un bloqueo económico. Un bloqueo real impide la entrada y salida del país de absolutamente todo bien, servicio, producto público y privado.
2.- Con relación a las sanciones, es cierto algunas repercuten negativamente en la población, pero la inmensa mayoría son puntuales, afectando solo a líderes chavistas y sus élites incursas en corrupción, violación de DDHH y demás delitos. Las sanciones son una consecuencia ocasionada por la ruptura del hilo constitucional y democrático del régimen al retener el poder ilegal e ilegítimamente, son una consecuencia más, no la causa de la crisis estructural que aqueja la nación.
3.- Al margen de las remesas, el país es víctima de lavado de dinero por corrupción roja rojita atroz y por otras actividades ilícitas amparadas por grupos irregulares que se han anidado en el país con la venia del régimen. Ello explica la gran cantidad de nuevos productos fugaces, bodegones, minimarkets, venta de autos y demás “comercios” que pululan en el país, es una burbuja que nada tiene que ver con el retroceso económico real que desde hace una década experimenta Venezuela. Se vive una burbuja que al desinflarse exhibirá la realidad país; empobrecido y caotizado.
4.- El régimen desde 2016 supo cómo eliminar el poder del voto, logró hacer de la abstención no un lineamiento político partidista sino un arraigo popular de rechazo contra la institucionalidad usurpada, así con el férreo control de las instituciones del Estado, de todo el espectro electoral, celebra presuntos comicios a sabiendas en esas condiciones jamás volverá perder una plaza de poder, en caso que ocurra la inhabilita, la astringe a su mínima expresión. El único inconveniente para el régimen ha sido encontrar una oposición real que participe en estas contiendas, por eso ha tarifado una, lo que ha dejado al descubierto su plan, solo ha logrado el desconocimiento criollo e internacional de los cargos e instituciones sometidas a estas farsas electorales. La falsa oposición de Timoteo Zambrano es un digno ejemplo de lo aquí planteado.
5.- Guaidó continúa desinflándose, a pesar del impresionante apoyo popular e internacional que tuvo a principio de su gestión. La política es el arte de la espera y la ciencia de la oportunidad, al parecer, desaprovechó el momentum ideal para concretar su encomienda, hoy luce con poco brillo, desacreditado, hoy más apesadumbrado que nunca por los casos de corrupción de sus colaboradores. Su reelección en la presidencia AN comienza verse inoportuna.
6.- El régimen, al hablar de parlamentarias con su oposición tarifada (la timoteana), intenta pasar la página de su ilegalidad, ilegitimidad, así como de todos los desmanes de lo que es acusado dentro y fuera de Venezuela. Cada vez que logra imponer agenda triunfa, alargando el dolor y sufrimiento que día a día genera su dantesca gestión.
7.- La oposición venezolana está urgida de dos aspectos fundamentales: Acciones y liderazgo asertivo. Los cambios del país tienen un insustituible punto de inicio, el cese de la usurpación, por lo que todas las acciones deben apuntalar a ello, privilegiar cualquier otro punto (sobre todo el electoral) es inútil, altamente sospechoso. El liderazgo opositor debe generar confianza, unión y, muy importante, debe sobrepasar las barreras partidistas, sí existe algo que sobra en estos momentos patrios es la “visión partidista”, Voluntad Popular, en su cuarto de hora, debe reflexionar mucho al respecto.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
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