viernes, 17 de enero de 2020

RICARDO VALENZUELA: DEMOCRACIA O MERCOCRACIA II

“La democracia es solo el abuso cruel de las estadísticas”.  Jorge Luis Borges

Aun cuando las críticas a la democracia se remontan hasta los tiempos de Aristóteles y Platón, solo en los últimos años se publicaron dos excelentes libros en los cuales, paso a paso, procedieron a desmantelar el concepto. El primero fue obra del economista-filósofo de la Universidad de las Vegas, Hans Herman-Hoppe, titulado; “Democracia, el dios que falló”, el segundo fue emanado de la pluma del profesor de la McDonough School of Business, Jason Brennan, titulado “Contra la Democracia”. 

El trabajo de Hoppe es una carga de caballería de un hombre contra la más sagrada de las divinidades seculares. Afirma que la democracia desperdicia y agota su capital y siempre mantiene su visión de corto plazo. La democracia, en opinión de Hoppe, quiere ahora tu voto para derrochar; es libertinaje; un niño incontrolable en una tienda de dulces y luego se olvida de todos. 

Como el alcohólico no puede ver más allá del próximo trago—la democracia no puede ver más allá de las próximas elecciones. Considera que las masas son ignorantes, motivadas por envidia y fácil de engañar. Llevan a la perversión de la verdad y la justicia. Asegura que solo hombres peligrosos asumen los altos puestos de los gobiernos. Y es cuando nos lleva a preguntarnos ¿Cómo fue que países antidemocráticos como Singapur, Corea, Taiwán, Chile de Pinochet, lograran sus milagros económicos? 

En los años 70 Kissinger se entrevistaba con Lee Kwan Yew, primer ministro y arquitecto del milagro Singapur. En cierto momento le pregunta; “Señor ministro ¿cree usted que en el corto plazo veremos una China democrática?” El zorro Lee suelta una sonora carcajada y responde. “Mi admirado Dr. ¿Cómo puede usted pensar que se vaya a permitir que mil millones de analfabetas decidan el futuro de ese gran país?” Eso invita a pensar que la mejor alternativa es un buen dictador. 

Brennan afirma la democracia no tiene valor para la gente y tiende a aturdirlos y corromperlos. El poder político, aun en el pequeño contenido del voto, tiene que ser justificado. No es similar a otras libertades civiles como libertad de expresión o religión. Sufragio universal, irrestricto no tiene justificación lógica ni práctica porque provoca que los votantes tomen decisiones políticas de forma irracional e ignorante, para luego imponerlas a gente que no supo cuando los encadenaron. 

Afirmaba Churchill que el mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de 5 minutos con un votante típico. Es decir, la democracia navega con el viento de la ignorancia y desinformación. En el caso de los votantes americanos, sus conocimientos políticos son raquíticos porque procesan su información de forma irracional, manipulada y predispuesta. Es como los demócratas, en sociedad con la media, siembran en sus mentes lo diabólico de Trump. Ellos sabían que el circo de Rusia era falso, saben también que las bases para su desaforo son igualmente falsas. Lo que ellos pretenden es destruir su imagen para evitar que se reelija.      

Platón se preocupaba de que votantes pendejos, irracionales e ignorantes llegaran a tomar las riendas del gobierno. Él pensaba la mejor forma sería un gobierno encabezado por un líder noble, sabio, filósofo, y bautizaba el sistema como epistocracia que consistía en el gobierno de los que tenían el conocimiento y la sabiduría. Un sistema político para que el poder fuera distribuido de acuerdo a capacidades, habilidades y la buena fe de actuar con sabiduría usando esas herramientas.   

Aristóteles respondía que, aunque fuera la mejor alternativa, no había material humano y no se podía preparar un rey sabio con todas esas herramientas para que pudiera gobernar. Porque el gobernar era una tarea imposible para una sola persona. Y en el mundo real, una oficina que recibiera ese poder absoluto atraería la gente errónea salivándose por esa facultad y usarla para su beneficio. Así es que no se debía entregar todas las esperanzas a la epistocracia pues debería haber otras alternativas. 

En años recientes ha capturado partidarios lo que se ha llamado “Gobierno por el Mercado”. Sobre todo, desde que Buchanan se hiciera acreedor al premio Nobel por su teoría “Public Choice” que nacía originalmente en el estudio de las finanzas y bienes públicos. Los economistas habían fijado su interés en los métodos para el abastecimiento de los bienes y servicios que el gobierno surtía. Después pasaban a comparar esos métodos y problemas de las decisiones colectivas, dando importancia fundamental a la burocracia nociva, con la forma en que se surtían bienes y servicios por empresas privadas en un mercado competitivo. 

Con milenio se ha iniciado un cambio que es punto de inflexión entre lo viejo y lo nuevo. La era de la industrialización ha terminado pues su tecnología de producción masiva ha sido eclipsada por la nueva tecnología de miniaturización. Estamos viviendo en la era de la computadora, pero todavía giramos desorientados. Nuestras políticas aun flotan entre derecha e izquierda de la forma establecida por Adam Smith y Karl Marx y esto provoca gran temor. Está naciendo la cuarta etapa del desarrollo humano y se identifica con diferentes nombres como, “Era de la Información” o de la “Ciber Sociedad”. Lo que es muy claro es que ya no será la “Era del Estado”. 

La nación-estado, como la iglesia del siglo 11, se volvió obsoleta y estará siendo remplazado por nuevas formas de soberanía. Lo que hoy es inimaginable pronto será lo común. Los gobiernos, para lograr ingresos tendrán que competir con nuevas estructuras privadas que ofrecerán los mismos servicios de forma más eficiente y a precios más competitivos. El inspector del IRS será un burócrata frustrado buscando a quien auditar sin encontrarlo, porque las empresas estarán en el ciberespacio. Con estas nuevas herramientas nos daremos cuenta de que comunismo y democracia tienen mucho en común. Ambos facilitan control de los recursos para el gobierno. La diferencia es que la democracia le entrega recursos más grandes porque permite que algunas actividades privadas creen riqueza, para luego expropiarla con impuestos criminales. 

Una persona con una computadora en su casa se convertirá en un fiero competidor en esta nueva economía. La caída del muro de Berlín y la muerte del comunismo no fue el triunfo de la democracia, fue atestiguar cómo su fraternal gemelo había muerto de vejes. Pero la misma revolución mega política que destruyó el comunismo, estará también destruyendo el estado democrático como lo hemos conocido en el siglo 20.

En lugar de gobiernos encadenados a la geografía nacional, se ha iniciado un creativo proceso que desembocará en la integración de regiones económicamente autónomas. Tendremos luego la opción de contratar proveedores de servicios privados como infraestructura, protección, justicia y la solución de disputas en tribunales internos, dando nacimiento a las administraciones regionales privadas compitiendo que serán sufragados por cuotas de sus habitantes. Esa será la característica más importante del nuevo milenio. 

¿Sueños? Este concepto ya opera en Dubái, Qatar, Kazakhstan y, el más ambicioso, en Arabia Saudita con una inversión de $500 billones de dólares.   

Ricardo Valenzuela
chero@refugioliberal.net
chero.itesm@live.com
chero@reflexioneslibertarias.com
@elchero
@carpa1301
Desde México y/o Estados Unidos

Los grandes hombres son como las águilas. Construyen sus nidos en una majestuosa Soledad. Porque un alto grado de intelecto tiende a convertir al hombre en un ser antisocial.  Arthur Schopenhauer

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