En la anterior entrega de Pensamiento Propositivo traté un tema álgido en cualquier sociedad del mundo: La Reconciliación; sin embargo, la disertación no estaría completa si no se aborda desde tres conceptos muy ligados a la reconciliación como son: el resentimiento, el odio y el perdón.
Los dos primeros, resentimiento y odio, por tratarse de sentimientos que probablemente generen acciones que deriven en disputas entre partes en conflicto, sean estas personas o naciones; y el último, el perdón, visto muchas veces como un signo de debilidad ligado al “ceder” o “perder”, pero que amerita de una acción voluntaria que requiere de la conciencia y el deseo de las partes enfrentadas y normalmente (mas no necesariamente), conlleva a la reconciliación.
Ahora bien, ¿Que es el re-sentimiento? No es más que “sentir de nuevo”, cada vez que se recuerda la causa que lo motiva. ¿Es exclusivo de las personas? ¿Es permeable a las naciones? ¿Se puede curar este mal? Francisco Ugarte Corcuera citando a Max Scheler señala que “el resentimiento es una autointoxicación psíquica”, depende de cada uno de nosotros y normalmente es causada por una “ofensa” que lastima al propio yo, es una reacción negativa ante ese estímulo, sea este intencional o no.
Esto nos enlaza a la conversación sostenida con el Politólogo Francisco Enrich Molinari en nuestro formato de TV por Globovisión, cuando señala que en los países se cometen ofensas o acciones que generan dolor entre las partes que se encuentran en conflicto. Nuestro país no es una excepción a la regla, y es necesario el reconocimiento del cometimiento de esas ofensas por cada una de las facciones como paso inicial para recorrer el camino hacia el perdón que permita la reconciliación.
“El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa” Nelson Mandela
Ugarte Concuera por su parte menciona en su libro que “El perdón es un acto de voluntad; por tanto, es posible tomar la decisión de perdonar, aunque el sentimiento sea adverso”, punto clave este, porque se confunde comúnmente perdón con impunidad lo cual es un gran error. El perdón se trata de liberar el odio y el resentimiento del corazón de la persona o de la sociedad misma, es un acto de moral, no un acto legal que conlleve a dejar sin castigo delitos graves. No obstante, existe una delgada línea entre los que buscan justicia y los que buscan venganza. La justicia se puede obtener aun cuando se haya perdonado, la venganza por su lado es un acto ruin en el cual se emplea muchas veces el brazo de la ley y la justicia (la propia o la legal) para descargar el rencor y penalizar al ofensor; es por ello que hablar de perdón genera un gran debate en el país.
Si los gobiernos y los que los antagonizan realmente buscan la felicidad del pueblo, deben usar la llave del perdón para dejar atrás los resentimientos y poder vivir como nación libre de opresiones en nuestras mentes y corazones, aun cuando sean adversarios.
En Venezuela los políticos de todas las tendencias usan en su retórica frases de Nelson Mandela, ejemplo para la humanidad, pero, ¿realmente se cumple y sigue con la filosofía de paz, reconciliación, perdón que pregonaba? Mandela luego de 27 años preso, salió de su encarcelamiento para convertirse en Presidente de Sudáfrica y posteriormente reconciliar a su país, no para buscar venganza, salió a perdonar a sus carceleros porque su objetivo primordial era el bienestar y desarrollo de toda su nación. Digno ejemplo que deberíamos seguir todos si realmente queremos salir de la crisis en la cual estamos inmersos. ¡Si se puede!, solo es cuestión de querer hacerlo, porque perdonar es un asunto de voluntad, y en definitiva hace más quien quiere, que quien puede.
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