La Segunda Guerra Mundial (1945) marcó un hito importante en la humanidad con la creación de un nuevo orden internacional basado en la soberanía y el respeto de las naciones. De allí la Guerra Fría, Derecha vs. Izquierda, que indujo a uno de sus principales actores una política de apertura Perestroika y Glasnost, Mijaíl Gorbachov (1985), logra no sólo que URSS entre en el mundo occidental, sino derrumbar la miseria humana que significó el Muro de Berlín y el fin de esa confrontación ideológica.
Con lo cual quiero significar que la humanidad avanza en cuanto a derechos y libertades conquistadas, los tiempos de intervenciones, guerras cuerpo a cuerpo quedaron atrás. Reforzando así el pensamiento del ilustre trujillano Mario Briceño Iragorry en cuanto a que a la historia hay quedarle sentido de continuidad.
No soy de las que tienden a homologar hechos históricos, pienso que ocurren en un su realidad social. No estamos en 1985 cuando la Gran Rusia quedó aislada del mundo y todavía quedan países divididos por la ideología como Corea del Norte y Corea del Sur, espacio limítrofe donde el Muro no es físico sino psicológico, dos modelos políticos diametralmente opuestos donde sus ciudadanos sueñan con la reunificación.
Traigo este relato a colación porque he visto que el gobierno chavista, en Venezuela, sin prisa pero sin pausa, despues de la desolación en la elección de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), comenzó, guardando las distancias, una política de apaciguamiento y rectificación, una especie de Perestroika (reestructuración) y Glasnost (transparencia), tropicalizada, con la que no le ha ido nada mal.
Comenzó con unos Partidos Políticos, opositores pequeños y la disidencia de los Partidos Políticos opositores grandes a quienes se les entregó la representación de los mismos; mostrándolos al mundo como el sector democrático del país con quienes se debe negociar, por ello el calificativo de alacranes, al cual no le hecho coro.
Luego logran sortear las medidas impuestas por los Estados Unidos con el apoyo de Rusia, China, Turquía… y con la intermediación de Noruega dejan en libertad algunos Presos Políticos, reestructuran el CNE incluyendo una minoría opositora y chavistas no tan duros, reuniones con el sector empresarial, una dirección política del sector maduristas del PSUV dirigida a la amplitud, combatida, por supuesto, por el sector Diosdaista de ese partido.
De tal suerte, que se desplegó a nivel nacional un discurso de que todos hacemos falta queriendo incluso conquistar los espacios rabiosamente antichavistas, en otrora despreciados. Proceso en marcha que esperamos ver concretado en acciones.
En paralelo viene la negociación mexicana con otro sector de la oposición, hasta ahora radical. Los mismos de la Coordinadora Democrática, Mud y luego reagrupada por Guaidó con el G4, por quienes muchos no nos sentimos representados, pero ¡alguien tenía que sentarse!
Este panorama nos devela que sí podemos llegar acuerdos y que sí se puede rectificar. Por lo tanto, también podemos con el esfuerzo de todos enrumbar al país hacia el progreso y el desarrollo, superando está crisis estructural.
Viviremos esta especie de Perestroika y Glasnost tropicalizada con la esperanza de que surja un liderazgo consciente, sincero, honesto, comprometido con los problemas del país y con el concepto de unidad nacional, que nos permita recobrar el marco institucional democrático, plural, descentralizado, social y de Derecho del Estado venezolano.
Carlota Salazar C.
Carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
Venezuela
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