1. A los veintitantos años era dirigente de la izquierda y aprendí en intensas polémicas que cuando el gobierno es el caos, la oposición debe ser el orden, cuando aquel es violento, debe proponer la paz, si viola la ley, debe representar el Estado de Derecho. Me hice fundamentalista del voto, de la ley y de la democracia, con un planteamiento que no he abandonado desde mi primer libro: la “Ampliación y profundización de la democracia”. Hoy cuando el sistema luce lejos del sentido común y político, tenemos las consecuencias de esa pérdida. A partir del nuevo año, que creo comienza el 21N, tendremos una etapa diferente de gobierno y oposición, quienes parecieran rectificar para detener el antagonismo y la violencia. Se vienen dando pasos de cambio, ojalá continúen y si es así, sería incomprensible oponerse.
2. Las revoluciones del siglo XX han tenido tres modelos de desenlace: el derrumbe soviético, el enquistamiento inhumano de Corea del Norte o Cuba, y el viraje con crecimiento geométrico de la riqueza del “socialismo de mercado”. Importantes sectores del PSUV comprobaron que el marxismo combate “la burguesía”, los “opresores” y destruye así la producción, trae miseria, y la experiencia lo demostró a toda velocidad en Venezuela. La tragedia cubana ilustra que “ser rico es glorioso” como dijo el gran héroe Deng Xiaoping. Entre 2000 y 2021, China pasó a disputar el liderazgo económico del mundo a Estados Unidos, y Cuba es un doloroso museo arqueológico de la historia.
3. Venezuela intentó la cubanización por dos vías. Jorge Giordani con sus teorías aberrantes y anacrónicas, estatizó empresas, y declaró la lucha de clases a los productores, quebrando 65% de estos. Según él había que mantener la pobreza para que así la gente dependiera del Estado por necesidad. Y un sector opositor impulsó el mismo mecanismo inhumano y desquiciado, como confesó el Embajador de Narnia en la OEA: bloqueo, sanciones, hostilidad internacional para provocar “estallido social” y golpe de Estado, en prueba de altos niveles de amoralidad e ignorancia. Esa aberración bifronte fracasó.
4. En el diálogo de México deben llegar a conclusiones contundentes. El gobierno venezolano aspira quitarse el embargo, y el norteamericano “muerte súbita” de éste, pero es una negociación y ambas partes deben ceder y avanzar. No es el Tratado de Versalles, dijimos, sino un “deal” entre ambos. Hasta los gallos cantan que “las sanciones no derrocan gobiernos”, pero afectan a niños y jóvenes, en quienes quedan cicatrices.
5. Pacificar e institucionalizar el país obliga a coincidencias de fondo. Una nueva elección de la Asamblea Nacional debería ser digerible y tal vez una elección presidencial adelantada. Se deberían cauterizar tumores en la Constitución, el Referendum Revocatorio y la Constituyente que no existen en ninguna democracia decente del mundo y son nocivos juguetes revolucionarios, promotores de inestabilidad para el sistema político y que nadie puede gobernar seriamente. El segundo de esos dos monigotes tercermundistas se resurgió en Latinoamérica como vía revolucionaria. Nadie debería dormir tranquilo mientras existan.
6. Se debe avanzar en la reforma económica, al estilo de China, Vietnam y también Nueva Zelanda e Irlanda, estos dos dirigidos por extraordinarias mujeres, y en la descentralización. Venezuela está hipercentralizado, eso dificulta que los recursos “bajen” a la base de la sociedad, creando un Estado acromegálico y débil, incapaz de atender las necesidades y menos en la provincia.
7. La falta de recursos es un grave obstáculo para impulsar crecimiento sostenido de empleo y riqueza. Durante la crisis de 1929 se ralentizó o detuvo el flujo de capitales al Tercer Mundo. Pero en el Cono sur se aplicó la política denominada “insuficiencia dinámica”: dar máximo de facilidades y eliminar restricciones al escaso ahorro interno, lo que permitió a Argentina, Chile y Uruguay soportar la escasez de capitales internacionales, gracias al diálogo con los empresarios permitió liberar trabas a la inversión, y dedicar un gran esfuerzo a la formar los ciudadanos para el trabajo, y que aprendieran rápidamente oficios que dan acceso a ganarse la vida (albañiles, talabarteros, carpinteros, electricistas, herreros y demás oficios).
8. Si la decisión de hacer una carretera en Coloncito o un puente en Montalbán, se centraliza en Caracas- son 335 municipios- la ciudadanía está condenada a las carencias. En un estudio de hace muchos años, entrevistado el Ministro de Educación de la época, tenía en su despacho varias rumas de documentos amarillados. Eran solicitudes para dotación y reparación de escuelas. Ante el asombro por lo remoto de la posibilidad de que pudiera firmarlas, respondió que por lo menos esas estaban en su mesa. Abrió la puerta de un pequeño salón casi hasta el techo de montones de papeles y comentó “después vendrán estas”. La descentralización territorial, consiste en transferir capacidades y recursos para tomar decisiones en su espacio a estados y municipios, agilizar las decisiones administrativas y aligerar los altos mandos del gobierno para no acogotarse con esas tareas y dedicarse a trazar y dirigir la marcha de las grandes líneas de desarrollo nacional. Esa es la autogestión verdadera.
Carlos Raul Hernández
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Venezuela
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