lunes, 17 de enero de 2022

ANCO ALIANZA NACIONAL CONSTITUYENTE: 2022, ¡EL AÑO DE LA LIBERTAD PARA VENEZUELA!

La Directiva Nacional y las Directivas Regionales de la Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO), convencidos -como lo están las grandes mayorías-, de la urgente necesidad de que el país nacional asuma el reto protagónico de la Refundación de la Nación para superar la grave y profunda crisis estructural, moral y ética que padece, y conocidos los primeros acontecimientos de este recién iniciado año 2022, con el ánimo de aportar criterios que permitan a la ciudadanía, a la dirigencia y a la Comunidad Internacional, arribar a una comprensión más cabal de las alternativas de solución a la grave crisis venezolana, sus riesgos y amenazas, así como sus fortalezas y su correspondencia con respecto a la entidad del mal que padecemos; nos permitimos señalar a la opinión pública lo siguiente:

1.- Desde la convocatoria al referendo constituyente de 1999, hasta la repetición de elecciones en Barinas el 9 de enero de 2022, podemos inventariar uno a uno los episodios, eventos y capítulos que ha protagonizado y presenciado el pueblo venezolano en la búsqueda de una solución temprana y tardía a la crisis que nos ha generado, como nación y como ciudadanos, el denominado socialismo del siglo 21. Casi la totalidad de las veces, las fuerzas democráticas hemos seguido “el juego” del régimen. Casi en todas las oportunidades salimos derrotados; y, cuando hemos obtenido la victoria, dichos triunfos terminaron siendo un espejismo. Cuando desde las fuerzas democráticas propusimos “un juego” diferente, el régimen se abstuvo de seguirlo. Todo esto nos lleva a una primera conclusión: el régimen solo juega los juegos que propone y controla; los que no propone ni controla, los enfrenta y boicotea. Una segunda conclusión, asistida de mucha fuerza en los hechos, sería la siguiente: Cada vez que el régimen resultó derrotado en su juego, ejecutó actos ilegitimos e inconstitucionales para desvirtuar los efectos adversos de tales derrotas, ratificando su firme despropósito hegemónico.

2.- La subversión de la institucionalidad establecida en la Constitución vigente; la ausencia de garantías democráticas; la violación sistemática de los derechos humanos; la asociación con el crimen organizado transnacional, la guerrilla, células terroristas, hampa común, gobiernos forajidos y cárteles de la droga; así como el desmantelamiento de la institucionalidad y honorabilidad de nuestra Fuerza Armada, todas son circunstancias que comprometen la ejecución de las acciones que preceden y siguen de manera natural a la obtención de un triunfo de las fuerzas democráticas en un “juego” propuesto por ellas o por el régimen. En consecuencia, ganar un evento electoral, por sí mismo, no constituye una victoria real, hasta tanto y en cuanto dicho triunfo no genere -de manera cabal y concreta- los efectos que correspondan (Ejemplo: ganar la presidencia y verificar el traspaso de mando). Igualmente, no se puede ponderar una iniciativa como “LA VÍA” para salir del régimen, hasta tanto y en cuanto no estén asegurados los extremos de su constitucional y democrática implementación.

3.- Las decisiones y eventos político-constitucionales acaecidos desde el 10 de enero de 2019, aunados al reconocimiento de gobiernos de la condición de Presidente Encargado del Presidente de la Asamblea Nacional, así como la autorización del manejo de los recursos de nuestra República en países cuyos gobiernos han reconocido al interinato, configuran una situación que puede ser desmontada jurídica y políticamente, nacional e internacionalmente, en virtud de jugar un “juego erróneo” y perder. Esta derrota generaría el costo secundario de evidenciar, nuevamente un manejo inadecuado en la toma de decisiones, y el costo primario sería alejar la posibilidad real (no discursiva) de salir del desastre en que se encuentra sumida la vida de la nación y de millones de venezolanos. Como se trata de la vida de muchos, es muy natural que muchos se espanten cuando se habla de desarrollar iniciativas concretas; y, mucho más, cuando se pretende concentrar la potestad decisoria de toda iniciativa en unos pocos.

4.- Poniendo la atención en algunos hechos en particular, pasando luego a una vista panorámica, podemos evidenciar que el Poder Electoral, nombrado por el régimen en su espuria Asamblea Nacional, ha sido reconocido por actores y organizaciones opositoras desde el proceso que culminó el pasado 21N, siendo señalado este CNE por la Unión Europea como el menos desequilibrado de los últimos 15 años. La repetición de elecciones en Barinas ordenada por la Sala Electoral del TSJ y la concurrencia del liderazgo partidista opositor a las mismas, implica un directo y reciente reconocimiento al Poder Judicial del régimen. La mención del Presidente Encargado de contemplar la posibilidad de activar el Referendo Revocatorio, más allá de lo puntual y controvertido del tema, implica despojarse Juan Guaidó de su investidura constitucional para atribuírsela a Maduro y hacer a éste revocable. En este orden de ideas, hemos de advertir que la Asamblea presidida por Jorge Rodríguez adelanta reformas legales y nombramiento de un “nuevo” Poder Judicial, lo que se conecta con las exigencias de la Corte Penal Internacional. Solo falta que esta desconocida Asamblea promulgue una Ley de Amnistía para presos políticos y militares, libertad que siempre será bien acogida como lo fueron las anteriores, para reconocer a dicha instancia legislativa en todas sus funciones y prerrogativas. Entonces, no resulta exagerado pensar que el saldo de la lucha democrática, a finales del año 2022, sea el reconocimiento claro de toda la subvertida institucionalidad que ha buscado imponer el régimen desde 2018, y con ello la posibilidad cierta de perder la República.

5.- Ahora bien, en este punto consideramos de ayuda formularnos algunas preguntas: ¿Podemos nosotros llevar al régimen a “nuestro propio juego”? ¿Solo tenemos la opción de jugar en “los juegos” que propone y controla el régimen? ¿Qué hacemos si el régimen decide no jugar más, ni ahora (revocatorio), ni en 2024 (elección presidencial)? ¿La Asamblea Nacional electa en 2015 seguirá “funcionando” hasta 2025?

Para responder, debemos considerar la importancia de tener establecida una estrategia sin fisuras conceptuales ni constitucionales que aborde y abarque la totalidad de los hechos y circunstancias que determinan la posibilidad de vencer (alcanzar objetivos) en un escenario tan adverso (ellos las armas, nosotros el civismo). Estrategia y metas concertadas con la Comunidad Internacional para erradicar la grave crisis nacional que trasciende nuestras fronteras, que amenaza ciertamente la paz, la libertad y la democracia del continente, ya con carácter de conflictividad geopolítica. Cuando no existe una estrategia con una visión integral, total, del escenario donde se libra la lucha, sucederán una y otra vez episodios como el de celebrar frenéticamente la paliza de Barinas, para luego consumirnos en lo lapidario de que “Hay que tener los pies puestos en la tierra y reconocer que Maduro es el presidente”

Otro aspecto a considerar es fomentar un esquema organizativo que reconozca y privilegie el hecho político-ciudadano “desde abajo”, “acompañando al pueblo en la defensa de sus legítimos derechos vulnerados y en su lucha por la libertad” (CEV Exhortación Pastoral, 13 de enero de 2022). Volviendo a Barinas, fue el pueblo barinés “desde abajo” que determinó sacudirse 23 años de dinastía regional. Asumirlo de otra manera representaría un monumental equívoco.

También, frente al deterioro del liderazgo político y la ausencia de confianza de la gente en él, debemos ajustar la conducción, adaptándola al nivel que demanda la complejidad del problema, a la rectitud de conducta que exige la nación, a lo diverso de los retos y multiplicidad de saberes que se requiere, y al desprendimiento que debe testimoniar todo aquel que se exhibe defendiendo los intereses de la ciudadanía. Ellos serían los responsables de reunir los apoyos que se requieren en todos los órdenes para salvar a Venezuela; sin dejar de mencionar en esta somera enunciación la identificación de los grandes objetivos. Para ANCO: Hacer posible la vida digna en y desde nuestro territorio, y garantizar la continuidad e independencia de nuestra República.

6.- ANCO, reitera su apoyo y solidaridad plena con la Conferencia Episcopal Venezolana CEV, y con su extraordinaria exhortación a los venezolanos, del 13-01-2022, donde resalta su visión, misión y compromiso con el pueblo, y ratifica su acertada propuesta que, como expresión de la sociedad civil, hemos adoptado de Refundar la Nación. En detalle, señala el Episcopado: “Como Iglesia, estamos viviendo la experiencia de caminar juntos”……“seguimos el compromiso de acompañar al pueblo en el resguardo de su dignidad y en la construcción del bien común participando en la reflexión sobre la nueva sociedad que queremos construir o refundar con la participación de todos”. Igualmente, expresa: “En vista de las tareas futuras que brotan de los retos actuales, queremos motivar a todos los sectores del país a asumir su compromiso histórico con Venezuela, para seguir trabajando por la comunión, la paz y el bienestar material y espiritual de nuestro pueblo. Ya hemos experimentado suficientes divisiones y enemistades desde los ámbitos políticos y sociales, por lo que la sociedad civil, desde sus comunidades e instituciones, debe asumir el reto protagónico del momento con procesos de movilización, discernimiento y acciones creativas en la búsqueda del bien común construido desde los valores cristianos y humanos. Que nadie se sienta excluido de este llamado por el bien de la familia y el pueblo”. Concluye dicha Exhortación, señalando los alcances de la Refundación de la Nación, “La refundación de la nación también implica: la inclusión de los pobres y necesitados como sujetos de su desarrollo; recuperar la convivencia fraterna a través de la promoción permanente y efectiva del diálogo; realizar negociaciones claras y justas en favor del pueblo; promover la familia y la educación; renovar los partidos políticos y los liderazgos que no han permitido un discernimiento político centrado en las exigencias actuales; todo esto haciendo uso de los mecanismos previstos en la Constitución Nacional y las leyes para resolver los problemas que humillan y cierran posibilidades de vivir con calidad y en Estado de Derecho. Es el momento de caminar todos juntos en la construcción de un país donde haya oportunidades para todos, de tal forma que quienes se han ido puedan tener la oportunidad de regresar y volver a la unidad familiar y como nación”. (Subrayado nuestro).

7.- Como marco general de todo lo anterior, debemos apelar a la Constitución, cumplir sus preceptos, acoger las soluciones que ella nos ofrece, tal como en los últimos años lo ha señalado la Conferencia Episcopal Venezolana (Constitución: “punto de apoyo común”), y que, también, ha sido reiterada exigencia del Reino de Noruega, la Unión Europea, los gobiernos de EEUU, Canadá y de otras naciones de la Comunidad Internacional. Constitucionalizar la acción política, la lucha democrática, es la primera condición de toda iniciativa exitosa. Invocar el carácter originario, restablecedor y protagónico de la participación ciudadana y del protagonismo del pueblo, es lo único posible en las presentes circunstancias. Implementar la solución constitucional, incruenta, que mejor se adapte a erradicar -desde el fondo- las causas que han originado la crisis terminal de la nación, es el deber y el único camino posible para el régimen y para el liderazgo democrático.

En esta dirección, ANCO ha defendido la implantación, entre todos (“juego que juguemos todos”), de un proceso: “LA REFUNDACIÓN CONSTITUYENTE”, teniendo a una plural y genuina Asamblea Nacional Constituyente como centro e inicio de una acción correctora inmediata de las principales desviaciones que observa y padece la nación. También, ANCO ha presentado al país el documento “EL GRAN CAMBIO”, para debatir lo sustantivo del asunto venezolano, y sentar las bases del nuevo desarrollo en el territorio en lo que resta de la primera mitad del siglo 21. Es nuestro concreto y oportuno aporte como ciudadanos, respetando cualquier otra iniciativa que, como la nuestra, debe ser examinada debidamente por la nación en cuanto a su potencialidad de convertirse en una solución efectiva a la tragedia que padecemos millones de venezolanos, que nos resistimos a perder la fe y la esperanza en alcanzar la libertad, y cuyo veredicto deberá ser acompañado con mucha determinación por ingentes y diversos sectores de la vida nacional.

¡QUE EL PUEBLO DECIDA!



“En una palabra, mi querido general, yo no conozco más partido de salud, que el de devolver al pueblo su soberanía primitiva para que rehaga su pacto social. Vd. dirá que esto no es legítimo: y yo, a la verdad, no entiendo qué delito se comete en ocurrir a la fuente de las leyes para que remedie un mal que es del pueblo y que sólo el pueblo conoce. Digo francamente que si esto no es legítimo, será necesario a lo menos, y, por lo mismo, superior a toda ley: pero más que todo es eminentemente popular, y, por lo mismo, muy propio de una república eminentemente democrática.”

Simón Bolívar
Carta dirigida a Santander, octubre de 1826

Alianza Nacional Constituyente Originaria (ANCO)
Alianza Nacional Constituyente
ANCO
ancoficial@gmail.com
@AlianzaANCO
@enriquecolme
@BlancaRosaMrmo1

Enlace ofcial: https://ancoficial.blogspot.com/2022/01/comunicado-anco-2022-el-ano-de-la.html

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