Víctor Hugo, con su obra cumbre “Los miserable” presenta una clara visión de cómo las masas ingenuas, crédulas e ignorantes de política, son el pasto de los holgazanes de oficio, zánganos con aguijón que dice Platón, son los potenciales tiranos. Toda la metáfora de la obra se basa en como quien manipula el poder de convicción de la palabra de los más astutos, la pasión, la soberbia, y la actividad del villano, hace la vida miserable a aquellos individuos –sin discriminación de género ni etnia- que adolecen de la suficiente suspicacia para detectar la hipocresía, el engaño de tales villanos o zánganos con aguijón. Son los mismos que manejan las masas o populacho según Hannah Arendt, para arrastrarlos a la miseria. En otras palabras, todo sus proyectos o proselitismo político se hacen en nombre del pueblo, pero sin el pueblo como profesaba en despotismo Ilustrado o el Pan-socialismo Chauvinista (valga el término) nacido a finales del siglo XIX con el advenimiento del marxismo y la nostalgia del fracaso de la comuna de París y, con ello, la duda del éxito de la revolución francesa.
Aristóteles, calificaba a todo aquel que no hablara el griego como bárbaro, tal acepción se volvió un estigma para calificar a todo aquel que manifiesta una conducta de sesgo violento e ignorante de conceptos básicos que no comulgaran con la idiosincrasia de la civilización occidental. Luego, greco-romana, incluyendo costumbres y modos de vida, por ello se calificó a Hunos, godos, visigodos, incluso asirios y gran parte de las etnias de oriente medio y nómadas, como bárbaros. Todo esto derivado de un supuesto balbuceo que emitían dichos individuos y sus respectivos colectivos. Actualmente, el barbarismo político, manejando la ignorancia del pueblo devasta más que con la guerra.
Esta acepción aristotélica aun cuando de sesgo nacionalista no llega a los límites a que ha llegado el pan-socialismo marxista, pues, mientras que aquel sentenciaba a la discordia entre pueblos de diferentes naciones, este último sentencia a pueblos de la misma nación a la constante -irónicamente- lucha por la sobrevivencia, en otras palabras “el resuelve” en el argot cubano.
Todo este teatro se manifiesta con el manejo de las masas populares “populacho” para mantener el poder, ni siquiera es maquiavélico, la obra va más allá de todo concepto irracional para deslindarse de cualquier acepción política cuya filosofía o fundamento es hacer llegar a los pueblos el supremo bien, la felicidad. Por ende, libertad. Para el Pan-socialismo la libertad contempla mantener al pueblo vigilado, y no con celo de que en su cotidianidad todo funcione bien, que la educación, la salud, los servicios públicos y demás asuntos que competen a la administración pública funcione bien, sino una vigilancia con suerte de espía que asegure que nadie esté en contra de quienes manejan el poder. O sea, vigilar a quienes estén en contra de los desmanes que ocasiona contra el pueblo la burbuja de poder –irónicamente- El estado.
En los años que pasé como operador internacional en mi profesión en geología del petróleo, tuve la ocasión de visitar diferentes países, más de una docena, en muchos de ellos vi la miseria personalmente, excepto, en Escocia y Nueva Zelanda. La primera vez que vi a alguien hurgando la basura para encontrar comida fue en Cuba, por supuesto, no fue en la Habana, ni en Santiago, ni en ningún pueblo, pues en ninguno de ellos se encontraría ni una miga de comida en los desperdicios que se almacenan, fue en la localidad donde estaba operando el Taladro petrolero donde la comida sobraba, y se colocaba en container para desecharlos, la gente a sabiendas se acercaba furtivamente a hurgar y se llevaba viandas, incluso, que botaban los extranjeros que allí laboraban. También vi a un mendigo tomándose una bebida que encontró en un bote de basura en el área de Notre Dame en París y así en otros lugares visitados en mi periplo profesional.
El asunto es que este proceso de miseria está absurdamente solapado con la propaganda oficial de esos estados omnipotentes, como los llama Ortega y Gasset. Para el mundo exterior la vida en esos pueblos sometidos a la dependencia de sus gobiernos todo está funcionando perfectamente bien que el pueblo está feliz, como una vez dijo Nicolas Maduro (parafraseando) “el pueblo de Venezuela es único estamos jodidos pero felices”. Ese espíritu cínico es el que impera en la idiosincrasia de este género pseudo político, para ellos hay que, supuestamente, llegar al pueblo con el lenguaje que les penetra, que entienden o gusta no importando la clase de engaño les esté emitiendo, lo ideal es ser claros, que el eufemismo sea sencillo y convincente.
En una oportunidad trabajando en la “Isla de felicidad” un ayudante de operaciones “Pepe", me dijo: “mira que ahí está una prima mía que quiere ver si se puede conseguir algún trabajo en la compañía para ella que está necesitando un dinero”, yo le respondí que eso no era de mi competencia. Él se inmuto y siguió con su labor. Cuando salíamos de la locación yo solía tomar un descanso en un “Rumbo” que quedaba en la esquina contigua a la localidad tomaba un refresco “soda” y algún aperitivo antes de irme al Campus de residencia. Ese día, para mi sorpresa, antes de acudir al rumbo encontré a Pepe” con su “prima”, una chica hermosa y joven, parados en la entrada del rumbo, les pregunté qué hacían ahí, y me dijeron: “estamos esperando una –aventón, cola, algún transporte- botella”, yo les dije: esperen yo le digo al chofer que los lleve y los invite a pasar al recinto, se miraron entre sí y asintieron, nos sentamos y pedí unas sodas y les pregunté qué querían comer, Pepe me dijo no señor eso está prohibido para los locales aquí máximo nosotros podemos consumir una soda y no podemos permanecer mucho tiempo porque la policía pasa constantemente. Terminando la soda Pepe dijo: bueno yo no puedo esperar más se paró súbitamente y se fue dejándonos sentados en la mesa. Considerando lo que me dijo Pepe; yo le dije a la chica que no era mi competencia la administración de personal en la empresa y que lamentablemente no podía hacer nada al respecto, ella me contestó. “Mire señor yo no soy Jinetera, pero estoy dispuesta a cualquier cosa porque necesito pagar un dinero a una persona que me hizo un trabajo de restauración a mi casa que se estaba cayendo” la chica con lágrimas en los ojos me había informado que era Técnico en física nuclear, graduada en una Universidad de la Ex URSS, pero su oficio actual era de limpia casas en una provincia aledaña a la de Vía Blanca donde estábamos nosotros y que ella había pedido permiso para poder venir de su provincia hacia esta, y solo tenía 24 horas para regresar.
Sinceramente, no sabía que hacer por las limitaciones que me imponía mi labor y le pregunté, cuánto debía, me contestó 40 dólares, los saqué de mi cartera se los di, ella se terminó la soda, yo también y mi sándwich, nos levantamos con la presencia del chofer que esperaba, nos dirigimos al campus, me quede y le di instrucciones al chofer que llevara a la dama a donde ella vivía; este me dijo, ¡pero señor no tengo autorización para salir de la provincia y con esta unidad menos! Yo le dije: Okey, le di dinero a la chica suficiente para su transporte (máquina) para que no tuviera que esperar una botella. Como pueden observar esta clase de humillaciones son el pan de cada día para esta gente que sufre los embates de estos tiranos, eso es un caso entre miles. Sin embargo, en días pasados en las emisoras de la isla uno de los noticieros oficiales dice, cito:
“esta semana el magistrado –de la burbuja gubernamental- Manuel Marrero, visita a la provincia de Granma para ver personalmente y “tratar” de resolver, y no acumular, los problemas que allí “pudieran” estar ocasionando malestar a la comunidad”
Mientras, un amigo que fue recientemente a la isla me dijo: Joise tengo dos años que me vine de la isla y todo lo encontré peor que cuando me vine, parece que hubieran pasado veinte años sin hacer nada por resolver los problemas que aún tienen en mi pueblo. Así se maneja la miseria en los países donde llega la mano del Pan socialismo y sus adláteres que está hollando la tranquilidad política de los pueblos que, como bárbaros, vuelven sus víctimas.
Joise Morillo
Kaojoise@gmail.com
@kao_joi_lin
Venezuela - EEUU
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