El desbarajuste que marca el discurrir nacional-venezolano, en gran parte, ha resultado de la ausencia de procesos de formulación de políticas públicas consistentes y rigurosamente elaboradas y organizadas.
Tal problema, ha motivado indiscutiblemente la improvisación de medidas gubernamentales en todos los sentidos y direcciones. Aunque el problema se acentúa en la ausencia de un proyecto congruente que responsa a una comedida gestión de gobierno. Más aún, al observar que dicha situación, en buena proporción, es alcanzada cuando el gobierno actúa desprendido del espíritu constitucional y jurídico.
Este vacío ha devenido en prácticas gubernamentales y decisiones públicas infundadas que escasamente dejan ver una intención, pero sin mayor motivación. De hecho, estas holguras han permitido que sea solamente el presidente de la República quien en todo momento disponga lo inimaginable o lo primero que pueda ocurrírsele. He ahí la clave del despelote nacional.
Es absurdo pretender que, después que el mundo político ha avanzado tanto en materia de administración pública y de gobierno, Venezuela haya retrocedido a niveles bastantes superados hace más de treinta años. Los índices de desarrollo económico pueden demostrarlo. Sin embargo, las ejecutorias del régimen insisten en alejar al país de los beneficios que hoy pueden disfrutarse.
El régimen opresor venezolano, ha enrumbado el país al arbitrio. Sin tino alguno. La arenga presidencial, es tan variable como cambiable es el clima. Por tal grado de inconstancia, Venezuela anda a la deriva. El personaje de marras inventa unas cosas hoy que constriñen la dinámica social, política y económica nacional. Mañana, otras son giradas con la misma intención.
Misiones para todo. Misión Milagro. Misión Alboroto. Misión Desorden. Misión Estómago. Misión Revolver. Misión Sonrisa. Misión Totuma. Misión Aborto. Y para colmo de males, decidió formalizarse la Misión “Apagón”. Precisamente, para incitar mayor zozobra en el marco del vandalismo que precisa este relajo revolucionario que, tristemente, ha malogrado el ideario bolivariano. Aparte del desastre nacional que significa la caída de niveles de producción por efecto de la bochornosa Misión “Apagón”, el país se ha visto imbuido en problemas de servicios públicos toda vez que los cortes de energía eléctrica han dañado el patrimonio industrial. Inclusive, el patrimonio familiar.
Con este proceder, el régimen bolivariano ha logrado que el país haya retrocedido a tiempos del oscurantismo. Lo ha conseguido a velocidades sorprendentes De esa forma, lo ha llevado a condiciones que sólo son posibles de concretar en un modelo político de caos descentralizado.
Ahora mismo procura que los beneficios de tan “exitosa” Misión “Apagón” sean factor de motivación de un vertiginoso crecimiento poblacional. Pero lo que sí será cierto, es que jamás contendría la fuerza para apagar las esperanzas de desarrollo que anhela el pueblo venezolano con conciencia democrática y de libertades. A pesar de tan retrógrada Misión “Apagón”.
Antonio José Monagas
antoniomonagas@gmail.com
@ajmonagas
Venezuela
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