jueves, 5 de mayo de 2022

PEDRO ELÍAS HERNÁNDEZ: LA HERENCIA HISPÁNICA. DESDE VENEZUELA

“Lamentablemente, formidables influencias hispánicas tuvieron poco aliento en tierras americanas. Las ideas de la Escuela de Salamanca poco impactaron en el Nuevo Mundo e incluso pasaron al olvido en la propia España durante el siglo XVII. Las reformas liberales borbónicas adelantadas en América española sólo tuvieron pocas décadas de desarrollo y perdieron impulso con la muerte de Carlos III y la caída en desgracia del Conde de Aranda. Igualmente, el inicio de las guerras independentistas en nuestro continente a principios del siglo XIX, truncaron su eventual continuidad y profundización. Y respecto a las ideas modernas y democráticas promovidas por la Constitución de Cádiz de 1812, quedaron la mayoría en el tintero ya que la misma fue derogada por la fuerza en 1814 como resultado de la reacción absolutista de Fernando VII”.

La extensa historiografía existente sobre nuestra herencia hispánica, está repleta de análisis y comparaciones respecto al desarrollo de la influencia anglosajona y protestante en la parte norte del continente americano y la ejercida por la civilización católica y absolutista sobre los territorios y pueblos que constituyeron la llamada América española.

Ya Max Weber había formulado una importante teoría en su obra “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” en la que señala como determinantes los aspectos culturales asociados a la reforma calvinista y luterana en lo que respecta a los valores del trabajo, el emprendimiento y la inversión, los cuales fueron asimilados por las colonias británicas del Nuevo Mundo.

En contraste, la influencia hispana en el continente americano, sobre todo la derivada de la casa de los Austria con Carlos I y Felipe II a la cabeza, trajeron a estas tierras una herencia señorial reñida con esos valores de los que habla Weber. El empuje mercantilista, el metalismo y el absolutismo político fueron inoculados en las vastas posesiones españolas en América.

Sin embargo, hay una herencia hispana interesantísima. La que viene por la vía de la Escuela de Salamanca en el siglo XVI y principios del XVII. Son los llamados escolásticos tempranos y tardíos, cuyas figuras más relevantes, entre otras, son el fraile dominico Francisco de Vitoria y el sacerdote jesuita Juan de Mariana. A estos españoles debemos una interpretación aguda y preclara de la filosofía moral, las formas de buena gobernanza y de la cabal comprensión de la economía, cuyo contenido liberal se adelantó por mucho a John Locke y Adam Smith.

También tenemos la influencia hispana a partir de las reformas borbónicas adelantadas por el Rey Carlos III y el Conde de Aranda a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, quienes desarrollaron ideas y principios vinculados con la ilustración. Forjaron instituciones coloniales más modernas y promovieron el libre comercio y el emprendimiento económico en el seno de las colonias y entre la metrópolis española y sus territorios de ultramar.

Otra importante herencia es la de la llamada “Pepa” o Constitución Liberal de Cádiz de 1812, considerada una de las constituciones libertarias de su época.

Lamentablemente estas influencias hispánicas tuvieron poco aliento en tierras americanas. Las ideas de la Escuela de Salamanca poco impactaron en el Nuevo Mundo e incluso pasaron al olvido en la propia España durante el siglo XVII. Las reformas liberales borbónicas adelantadas en América española sólo tuvieron pocas décadas de desarrollo y perdieron impulso con la muerte de Carlos III y la caída en desgracia del Conde de Aranda. Igualmente, el inicio de las guerras independentistas en nuestro continente a principios del siglo XIX, truncaron su eventual continuidad y profundización. Y respecto a las ideas modernas y democráticas promovidas por la Constitución de Cádiz, quedaron la mayoría en el tintero ya que fue derogada tempranamente en 1814.

Como vemos, no todo fue absolutismo, mercantilismo y atraso señorial lo que nos legó España. Hubo excelentes influencias como las anteriormente señaladas. Sin embargo, los azares de la historia no permitieron que en suelo americano tuvieran el suficiente desarrollo.

Pedro Elías Hernández
pedroeliashb@gmail.com
@pedroeliashb
Venezuela

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