sábado, 2 de julio de 2022

JOSÉ CÁNDIDO VILORIA: LINAJE ESCOGIDO. OVEJAS DE SU PRADO. UNA PROMESA PARA VENEZUELA

Lo secreto le pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley “he aquí la Importancia de guardar el pacto de Dios; Así dice el SEÑOR Tu DIOS: «Preserven el derecho y hagan justicia, Porque Mi salvación está para llegar Y Mi justicia para ser revelada. Cuán bienaventurado es el hombre que hace esto, Y el hijo del hombre que a ello se aferra.

Sin duda que a Nuestro Dios, en sus Promesas las ha cargado de Obediencia y Justicia, con el firme propósito, de que no, nos apartemos de sus sendas, nada más grato para el creador que estemos en su presencia de continuo y en contentamiento, aferrados a su Voluntad, con la cual veremos su Gloria, su resplandor y su Justicia; pero si nos apartamos de sus Caminos en medio de nuestras Rebeliones y perversidades él en sus infinitas misericordias, guarda promesas que son palpable, visibles y que si atendemos a ellas, nuestro Dios, será benévolo y paciente con su Pueblo; como muy bien lo enfatiza el Libro Sagrado en 2da de Crónicas 7:14. Que dice: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. 

El constituye una verdadera promesa para Venezuela como Nación Santa, de Linaje adquirido; sobre la cual voy a desarrollar 7 aspectos de la promesa donde el creador espera que nosotros como sociedad obremos en 4 aspectos, para el obrar en 3,: Primero: Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado; el creador Demanda y procura que nos rindamos a sus pies, que abandonemos nuestras rebeliones, nuestra altivez, nuestras prepotencias, nuestras soberbias y que con un corazón contrito, nos humillemos ante su presencia y le reconozcamos como nuestro único Dios y salvador; de tal modo que humillarse delante de Dios significa reconocer que no somos nada ante Él y nuestra condición humana es inferior, es decidir obedecer la palabra de Dios y vivir de acuerdo a su voluntad, así como reconocer que todo lo que tenemos proviene de Él; es despojarse y menguar el yo, es dejar el orgullo, la egolatría, la vanagloria y sujetarse al Dios Altísimo, obedeciendo el mandamiento establecido en su Palabra. Segundo: y ORAREN. El Dios Viviente nos quiere ver en Oración constante, clamando de continuo, de allí que el apóstol Pablo, no solo nos exhorta a orar, sino a orar “en todo tiempo”, y esto nos recuerda 1Tesalonicenses 5:17, lo que quiere decir que debemos procurar vivir en una verdadera atmósfera y actitud de oración. Es de la mayor importancia que tengamos tiempos determinados de oración, como Daniel que oraba tres veces al día (Daniel 6:10), como David que oraba tres veces al día (Salmo 55:17) y más tarde nos dice que oraba siete veces al día (Salmo 119:164) y como el Salvador, que constantemente se apartaba a un lugar de oración (Lucas 6:12). Además podemos orar en ocasiones especiales como: en momentos difíciles (Salmo 55:16), cuando necesitamos dirección (Santiago 1:5), cuando somos tentados (Salmo 69:1), cuando somos perseguidos (Salmo 7:1);Debemos usar todas las clases de oración. Toda oración y súplica” sugiere que la oración puede consistir en Adoración, Alabanza, Acción de Gracias, Petición, Ruego o Intercesión. Pero piense también en las siguientes tres “clases” de oración: la oración individual (Mateo 6:6), la oración de agradecimiento (Mateo 18:19) y la oración en comunidad (Hechos 12:5). Tercero: Y BUSCAREN MI ROSTRO. Cuando buscamos el rostro de Dios, estamos buscando Su presencia. El llamado a buscar el rostro de Dios se hizo a Su pueblo porque lo habían abandonado y necesitaban regresar a Él. En el Salmo 105:4, a los fieles de Dios se les llamó a "buscar siempre su rostro". Aunque no hayamos abandonado a Dios, hay veces en las que no lo buscamos. El rostro de Dios, Su carácter santo, a menudo es oscurecido por nuestra condición humana y deseos carnales. Por eso el Señor nos insta a buscar Su rostro continuamente. El Señor desea ser nuestro continuo compañero en cada experiencia de la vida. 

Quiere que lo conozcamos a fondo. Si nos acercamos a Él, Dios se acercará a nosotros: "Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones" (Santiago 4:8). Cuarto: Y SE CONVIRTIEREN DE SUS MALOS CAMINOS. El señor se ha apartado de su pueblo por EL PECADO” Es importante descubrir como este pensamiento viene de parte de Dios a nosotros, el de apartarnos de nuestros malos caminos, ya que es posible que pensemos que no tenemos malos caminos. Es posible que pensemos que andamos bien cuando andamos mal. Es posible que nuestra vista no alcance a entender el llamado del Señor y la santidad. Quizá no entendemos la cruz, quizá no entendemos el yugo de Cristo. Quizá no entendemos que debemos apartarnos de toda contaminación de carne y espíritu. Quizá nunca llegó a nuestro corazón el hecho de que Cristo se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. En las nuevas corrientes llamadas cristianas pareciera que la santificación es una opción, donde yo puedo optar por ser santo y puedo optar por ser menos santo. Y este es el gran error de las así llamadas denominaciones cristianas de hoy, que no entienden que la consagración es parte de la conversión, que la conversión es consagración y si no hay consagración no hay conversión. Por lo que los únicos discípulos, que van a ser aceptos al Señor, son los que limpiaron sus vidas de toda piedra, de toda maleza y espina, y han cultivado su tierra en el temor de Dios. Por lo tanto la consagración es indispensable, no un mero fruto de la vida cristiana. Es la base de la vida cristiana, es el fundamento sobre el cual Dios desarrolla nuestras vidas y cuando hemos entendido esto, estamos en la vid legítimamente y no seremos cortados sino limpiados. La comprensión mínima de esto dará lugar al crecimiento y esto a su vez dará lugar a mayor santidad, y mayor santidad dará lugar a una vida que es formada a la imagen de Cristo. Quinto: ENTONCES YO OIRÉ DESDE LOS CIELOS. 

Hay la promesa del creador de que oirá nuestro clamor, tal como lo hizo Cuando Salomón le dedicó el templo a Dios, oró diciendo: “Asimismo que oigas el ruego de tu siervo, y de tu pueblo Israel, cuando en este lugar hicieren oración, que tú oirás desde los cielos, desde el lugar de tu morada: que oigas y perdones” (2 Crónicas 6:21). Dios estaba complacido y le respondió a Salomón esa misma noche (2 Crónicas 7:12). Él le recordó a Salomón y a todos nosotros que Él es misericordioso con aquellos que se arrepienten de corazón y lo buscan. Sexto: Y PERDONARÉ SUS PECADOS. 

Por causa de nuestros pecados estamos alejados de Dios, pero si nos acercamos a Él en arrepentimiento y confiamos en Jesús como nuestro Señor y Salvador todo en nuestra vida cambiará. No importa cuán destruido se encuentre el hombre por causa del pecado, Dios ha prometido perdonar nuestras Rebeliones y darnos vida eterna. Séptimo: Y SANARÉ SU TIERRA. Dios tiene el poder para sanar nuestra tierra, nuestra tierra física, nuestro planeta, sin embargo, puede también entenderse, otro tipo de tierra: nuestro corazón. Dios podría sanar nuestra tierra física, nuestro planeta, pero si el corazón del hombre no es sanado, de nada servirá. Lo podemos constatar en el pueblo de Dios una y otra vez. La oración de David se vuelve muy importante: crea en mí un corazón limpio, renueva un espíritu recto dentro de mí. ¿Anhelamos la sanidad de la iglesia, de la Nación, del país, de Venezuela entera? ¿Qué tanto estamos dispuestos en ser sanados primeros en nuestro corazón? Dios traiga un tiempo de verdadero arrepentimiento en medio de Su pueblo Venezolano. Dios promete restaurar su vida y sanar su tierra. 

Este es el resultado final del evangelio, perdón de pecados y restauración de la vida del hombre, hasta darle la vida eterna. Haciendo todo esto ganaremos el favor de Dios Si queremos ganar el favor de Dios debemos arrepentirnos de nuestros pecados, invocar el nombre del Señor Jesús para salvación y convertirnos a su santo evangelio. Cuando esto pasa, Dios nos escucha desde el cielo, perdona nuestros pecados, restaura nuestra vida y nos da vida eterna; Cuando 2 Crónicas 7:14 se aplica a Venezuela de que los cristianos de esta nación, los verdaderos creyentes en Jesucristo o a cualquier otra nación moderna, por lo general es con el entendimiento, que han nacido de nuevo por el Espíritu de Dios, constituirán el remanente justo. Dios nunca prometió que si un remanente justo se arrepiente y ora por su nación, que la nación será salva. Si ocurriera el arrepentimiento nacional, guiados por el remanente Justo, entonces Dios perdonaría a nuestra nación modera, como perdonó a Nínive y Venezuela será sanada y nación Libre. Aleluya.

José Cándido Viloria
@Josecandidovb
Venezuela

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