domingo, 1 de mayo de 2022

RAÚL AMIEL: ¿QUÉ CLASE DE ECONOMÍA PROMUEVE MEJOR EL CRECIMIENTO HUMANO? . DESDE VENEZUELA

La efemérides de hoy nos trae la celebración del Día Internacional del Multilateralismo y la Diplomacia para la Paz. Esta fecha fue definida por Naciones Unidas para fomentar y apoyar los pilares fundamentales de la organización: el desarrollo sostenible, la paz, la seguridad y los derechos humanos. El futuro de la búsqueda de consenso no puede ser sólo multilateral: también debe ser multipartito. Debe involucrar a las instituciones locales y a los actores no gubernamentales, a los actores del desarrollo, a la sociedad civil, al sector privado y a otros. Los habitantes del mundo dependen de una diplomacia multilateral y multipartita que funcione para la paz y el bienestar.

La inspiración de hoy me lleva a este otro rincón digital en esta ocasión. Mis convicciones y prácticas republicanas. Las ciencias políticas. “La teoría y práctica de la política, los sistemas y los comportamientos políticos en la sociedad. Su objetivo es establecer, a partir de la observación de hechos de la realidad política, explicaciones lo más certeras posibles acerca de su funcionamiento. Interactúa con otras ciencias sociales: estas son, entre otras, el derecho, la economía y la sociología. Emplea una multiplicidad de herramientas metodológicas propias de las ciencias sociales. Entre los diferentes acercamientos posibles a la disciplina están el institucionalismo y la teoría de la elección racional. Históricamente, ha tenido su origen en la filosofía política, pero es imprescindible distinguirla de ella”. [cita requerida].

Esta categorización propone que la ciencia política se ocupa de las cuestiones políticas desde el punto de vista de su validez fáctica. Éste sería su objeto formal. Mientras que la filosofía política se ocupa de los asuntos políticos pero desde perspectiva de la validez normativa.

Pensábamos que éramos parte de los afortunados beneficiarios de una transformación social. ¡Qué ingenuos! Llevamos más de 22 años viviendo en una enorme mentira. Sin embargo, hoy por hoy, permanecemos callados y sin hacer nada esperando a que nuestro destino mejore como en los cuentos de hadas y que alguien venido de no sé dónde cambie el rumbo de la tragedia en la que está sumida la Nación Venezolana. ¡Nuestra Patria Querida!...

Hemos traicionado a las generaciones venideras. Ni las élites políticas actuales ni nosotros mismos como individuos educados en la sumisión y carentes de los valores por los que lucharon nuestros libertadores representamos el futuro que deberíamos tener. Todos hemos sido incapaces de desarrollar una visión práctica que transformara al Estado Nacional en una creación cada vez mejor. Quienes dirigen esta democracia gastada han desarrollado una extraordinaria capacidad para abstraerse de lo que sienten quienes los han elegido.

Somos un estado marginal en la economía internacional y lo mejor a que podemos aspirar es a corregir gradualmente unas circunstancias insatisfactorias e injustas. No podemos seguir votando a los mismos partidos de siempre, a los mismos políticos de siempre, ni a los mismos discursos de siempre.

Otros se encargarán en los años venideros de construir de otra manera lo que entre todos hemos derribado. Por ahora, solo podemos reconstruir sobre lo que tenemos y hacerlo YA. Debemos a nuestros hijos y nietos un mundo mejor que el que heredamos.

¿Qué tipo de sociedad queremos y qué clase de acuerdos entre partidos políticos y la ciudadanía toda estamos dispuestos a conciliar para instaurarla?

Tenemos que entrenarnos y practicar el arte de no permanecer callados. Es la única vía para recuperar la democracia y el futuro porque hace tiempo que entre todos robamos el presente.

“La doctrina que identifica como motor de la sociedad a los legisladores y gobiernos, termina imponiendo abrumadoras responsabilidades en asuntos sobre los que no debieran tener ninguna. Si hay sufrimiento, la culpa es del gobierno; si hay pobreza, la culpa es del gobierno. ¿No es el motor único y general de la sociedad?... Pues si el motor no es bueno, debe de ser descartado y sustituido por otro…”.- Frédéric Bastiat


A través de sus escritos, Bastiat trató una cuestión simple: ¿Qué clase de economía promueve mejor el crecimiento humano? Su respuesta se construye sobre dos hechos acerca del mundo que nos rodea: necesidades ilimitadas y recursos escasos. Tomadas juntas, estas condiciones implican que una sociedad libre, una en que la gente pueda usar su propiedad como lo considere conveniente, es la mejor sociedad. Solo tal sociedad permite a la gente reconciliar sus intereses y metas diversas a través del comercio; y este comercio a su vez supone la división del trabajo, que permite a cada uno prosperar en un grado más allá de lo que podría realizar solo.

Para mantener esta prosperidad, Bastiat enfatiza que la intervención del gobierno con el sistema de libre intercambio, no importa qué tan bien intencionada, tiene efectos perversos. Para entender esto completamente, debemos ver más allá de los efectos inmediatos a las consecuencias secundarias, "invisibles". Solo si lo hacemos así, podemos estar seguros de que la política del gobierno no es un "saqueo legal", que beneficia a pocos a expensas de los muchos.

Bastiat no fue ni el primer ni el último economista político en recomendar una sociedad libre. Otros, desde Adam Smith hasta F. A. Hayek, han hecho eso. Ni fue el más influyente: aunque influyó sobre importantes economistas estadounidenses e ingleses en el siglo XIX, incluyendo a Amasa Walker y William Stanley Jevons, ha sido ampliamente ignorado desde entonces. Sin embargo, tiene pocos iguales cuando viene a presentar el caso de la libertad con claridad y agudeza.

Frédéric Bastiat (1801-1850) merece un lugar venerable en los anales de la economía política. Miembro de la escuela de economistas liberal francesa, o laissez faire, que incluía al gran J. B. Say, Bastiat orientó su lógica, claridad y agudeza exuberante a la causa de entender la sociedad, prosperidad y libertad. En una serie de ensayos y panfletos breves y en un tratado sobre la economía política, Bastiat enseñó, contra Rousseau, que hay un orden armonioso natural en el mundo social, un orden que emana del libre intercambio entre seres humanos conducidos a satisfacer sus ilimitados deseos con recursos limitados. El resultado es un progreso seguro al bienestar material de todos. La interferencia con esa libertad y con sus corolarios, propiedad y competencia, escribió, deja a la gente más pobre y más oprimida. Esto es así porque la intervención impide a los individuos la acción creadora en que de otro modo se podrían haber comprometido. El fruto de la creatividad así olvidado es "lo que no se ve" en ningún acto de intervención. Bastiat coloca la fuente de la ley en la naturaleza humana: para vivir, los seres humanos necesitan libertad y propiedad para transformar el potencial de la naturaleza en cosas utilizables. Así la ley que pugna con la libertad y propiedad no es propiamente ley, sino saqueo legalizado, una tentación constante, ya que los hombres desean alcanzar sus objetivos sin el más mínimo esfuerzo. El resultado es el caos moral, la opresión y la privación material. Bastiat concluye con una llamada a la libertad y con un rechazo de todas las propuestas para imponer acuerdos sociales antinaturales a la gente.

Nosotros los republicanos entendemos que la tarea de la economía es explicar ese orden producido por el "mecanismo prodigiosamente ingenuo" <el libre mercado> que armoniza los intereses de la multitud, habilitando a cada persona para disfrutar de una serie de bienes de consumo ninguno de los cuales podría producir en mil años.

Esta es una cita con la libertad, un compromiso con la Democracia. Un Proyecto Ciudadano en el marco de nuestra Constitución a lo largo y ancho del país. Una reflexión cívica sobre el estado de la Nación y de como restituir a Venezuela, la democracia y libertad perdidas. Esta iniciativa no colide con ninguna otra acción tendiente a la recuperación de la democracia. Refuerza cualquier otro intento de hacerlo y promueve la unificación de esfuerzos, al incorporar al proceso sectores importantes de la sociedad venezolana que se encuentran hoy relativamente aislados. Somos la verdadera alternativa. Estamos en la acera de enfrente ante tanto despropósito, que unos y otros, gobierno y oposición han llevado el devenir de la República.

Estamos creando conciencia libertaria en Venezuela. Una opción política que nunca hemos tenido en nuestro País. Con Libertad, Propiedad y Vida en Abundancia.

Somos el Nuevo Ideal Nacional. Constructores de la Nueva República en la Venezuela Posible. ¡Lo lograremos!... ¡Ya basta! ¡Sobran razones!

Y recuerda… Ciudadano en Acción. ¡Juntos es mejor!

Raúl Amiel
raulamiel@gmail.com
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Coordinación Ejecutiva Republicana Nacional.
¡Un estado DE, POR y PARA ciudadanos!
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