domingo, 13 de diciembre de 2015

ARIEL PEÑA, LOS TRABAJADORES Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA, DESDE COLOMBIA


La Navidad también nos recuerda que con la aparición del  hijo de Dios  en el mundo,   su doctrina durante 2000 años ha estado acompañando   las reivindicaciones en  favor de los necesitados, y  Jesucristo en varias oportunidades  dio  muestras de  privilegiar a los humildes por encima de la opulencia de los acaudalados de aquel tiempo, continuando sus apóstoles con las   enseñanzas, en donde el cristianismo primitivo tenía un gran fervor por el servicio  a  la comunidad, recordando que en el libro de los Hechos de los Apóstoles nos narra  la forma como tenían todas las cosas en común, ya que vendían  sus propiedades y sus bienes repartiéndolos  según la necesidad de cada uno; esa costumbre se practico durante al menos  3 siglos de   cristianismo en el imperio romano, en donde se destaca a San Lorenzo   mártir y diacono, quien fue sacrificado en el año 258 d.c, pues administraba los bienes de la Iglesia y cuidaba de los pobres, a los que consideraba  el mayor tesoro, situación que no permitieron las autoridades romanas quienes  lo quemaron vivo.

También  se destaca  que el 15 de mayo de 1891, fue promulgada  la encíclica  Rerum  Novarum del  papa Leon Xlll. En ella se muestra el carácter social de la Iglesia, al apoyar a los sindicatos, condenando la avaricia  hacia el capital como causante de la pobreza y degradación del trabajo.

La aparición de este documento se enmarco dentro de la lucha ideológica al interior de los trabajadores en aquel entonces, pues existía la  segunda internacional, en donde se enfrentaban  comunistas totalitarios basados en el marxismo, con los libertarios y las corrientes social demócratas, así que la Iglesia supo percibir  el momento histórico y propuso esa  encíclica social, que tiene vigencia hasta nuestros días.

La Iglesia vivía  momentos difíciles a  finales del siglo  XlX, por la descristianización de los sectores proletarios, impulsada  principalmente por el marxismo cuyo fundador planteó que la religión era el opio del pueblo, pero no lo acompaño en esa postura el dirigente libertario Bakunin, contradictor de Marx en la primera internacional  de ese mismo Siglo XlX, quien manifestaba  su catolicismo, por no tener elementos  científicos validos para volverse ateo, ello lo esbozo en su libro La Libertad: así que la Iglesia con la encíclica Rerum novarum, discernió el signo de los tiempos, siendo una actitud fundamental para contrarrestar a los adversarios de la Iglesia  y proyectar la doctrina social, que es base  indispensable  para la construcción del Reino de Dios entre nosotros.

Los  sindicatos le deben mucho a las iniciativas de la Iglesia con la doctrina social, no solo en el ámbito mundial sino desde luego en nuestro  país, recordando las obras del padre José María  Campoamor y monseñor  Jorge Murcia Riaño en el siglo XX, además  la Iglesia impulso la creación de  la juventud obrera  católica (JOC) la SETRAC(selección de trabajadores católicos) el secretariado económico y social(SESAC).  Ayudo a la creación de la UTC(unión de trabajadores de Colombia) en 1946, y colaboro con la fundación de la JTC(juventud trabajadora colombiana) a lo cual hay que agregar que  en  el movimiento cooperativo  que ha sido cercano al sindicalismo, tuvo mucha  influencia en su desarrollo el cristianismo católico, todo lo anterior demuestra lo trascendental que ha sido la encíclica Rerum Novarum en estos  124 años.

Cabe destacar  que la Iglesia pudo contrarrestar con el documento del papa Leon Xlll en su aplicación práctica, la influencia de  ideas absolutistas que buscaba que el materialismo fuera asumido  íntegramente por los trabajadores, por ello se resalta que en la búsqueda de la dignidad de los trabajadores, la Iglesia  promulgado atraves de los años otras encíclicas de contenido social como: Quadragesimo Anno de Pío Xl en 1931; Mater et magistra en 1961 de Juan XXlll;  Centesimus Annus de Juan Pablo ll; Populorum progressio de  Pablo Vl en 1967,Laborem exercens del papa Juan  Pablo ll;  todas estas encíclicas exaltan el trabajo humano  y  rechazan las doctrinas totalitarias, el mercantilismo y el desempleo, recalcando que en el trabajo se imita a Dios, siendo Jesucristo hombre de trabajo; además Benedicto  XVl durante su pontificado promulgo la encíclica  Caritas  in Viriatate, en donde se reconoce grandemente la labor de los trabajadores.

La Iglesia cristiana católica que es una   institución histórica, toma  el trabajo como condición necesaria para el progreso, en donde este no se puede deshumanizar como lo hace  el neoliberalismo y la globalización, de ahí que la opción preferencial por los pobres es una premisa para  el desarrollo eclesiástico siguiendo las enseñanzas de la palabra de Dios, respetando la tradición y fortaleciendo el magisterio; así que la acción pastoral a favor de los trabajadores reconforta  para lograr la dignidad social, sin olvidar  que hay que trabajar defendiendo la creación,  que corre peligro por la el afán excesivo de poseer y acumular riquezas, como  lo  expone nítidamente el papa  Francisco en la encíclica Laudato Si,  difundida este año y que es sobre el medio ambiente; por ello el desarrollo de las organizaciones sindicales debe de  ir de la mano con  la defensa de los nobles intereses, que mueven a las mujeres y los hombres de buena voluntad en la  Navidad.

Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG

Colombia

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