Desde que Guaidó asumió la presidencia interina las primeras semanas el
chavismo había permanecido arrinconado, más bien expectante ante el
inconmensurable apoyo popular y la avalancha de respaldos internacionales que
el líder opositor recibió, sin embargo, las ultimas semanas todo ha cambiado,
aunque el régimen chavista sigue siendo repudiado por la inmensa mayoría de los
venezolanos y el mundo, ha redoblado su tradicional proceder ¡la violencia
institucionalizada!
Lo Inhabilitó por 15 años y ha pedido el allanamiento de la inmunidad de
Guaidó, los colectivos armados vuelven a sus andanzas, continúan las
detenciones y allanamientos de moradas al margen del debido proceso, a todos
sus controles y condicionantes a nuestros derechos/libertades se suma el
racionamiento eléctrico… hoy padecemos de chavismo al cuadrado, probablemente
porque sabe se encuentra en el lugar más profundo de la fosa que él mismo ha
cavado.
Es obvio, el castrismo venezolano ha recibido sanciones, en su mayoría
personales, así como congelamiento de algunos bienes y cuentas que le pertenecen
a la república, sin embargo, el régimen aún controla a placer las riquezas de
Venezuela, como sabemos, inconmensurables. En un escrito anterior señalábamos
en el mundo existen casi 50 dictaduras las cuales han sido sancionadas de todas
las formas posibles, pero allí siguen, algunas con décadas en el poder. En el
caso venezolano, la nuestra, tiene las de ganar pues a diferencia de las demás,
el chavismo cuenta con riquezas por doquier, las sanciones ya cumplieron su
objetivo, pero son insuficientes para hacer tambalear económica y
financieramente al régimen rojo.
¿Qué hacer? ¿Qué va pasar? Todo es un enigma de proporciones bíblicas,
sin embargo, el chavismo en el poder vuelve a retomar confianza y gobierna con
el mazo dando, sin importarle en lo más mínimo su inaudito rechazo dentro y
fuera de nuestras fronteras. Asimismo, toma un segundo aire en cuanto a sus
socios internacionales, Rusia, China, entre otros, ante la inacción y la
permisividad que otorga el mundo a sus cofrades venezolanos, continúan brindando
su apoyo abiertamente.
Pero en política 2 más 2 no son 4, el antídoto para el castrismo
venezolano es la presión social, sin ella los cambios no se producirán o
tardarán mucho más. El gobierno lo sabe y por eso redobla su violencia
institucionalizada, teme su enemigo (el pueblo) se levante y ponga punto final
a este oscurantismo. Del mismo modo, la comunidad internacional observa a la
población con ánimos de redefinir estrategias contra un régimen que no solo
atenta contra la venezolanidad sino directa e indirectamente contra toda la
región.
El régimen echó mano a Marrero, mentor y mano derecha de Guaidó, midió
la reacción interna y externa, al parecer quedó conforme, solo logró más notas
altisonantes de USA y sus aliados, con la inhabilitación política y el
allanamiento a la inmunidad prepara acciones más contundentes contra Guaidó ¿Se
atreverá? ¿Será el detonante?
Hay más preguntas que respuestas, ni el más conspicuo analista, ni el
chavismo ni la oposición saben exactamente qué ocurrirá. Lo único cierto es que
el castrismo venezolano avanza cual metástasis sino se le enfrenta
correctamente: presión social y diplomacia internacional es la fórmula
infalible.
Leandro Rodríguez Linares
No hay comentarios:
Publicar un comentario