domingo, 22 de enero de 2017

GOLFREDO DAVILA, LA REPRESIÓN NO CALLARÁ LA VOZ DEL PUEBLO

ANTE LA GUERRA PSICOLÓGICA

El poder le tiene miedo al pueblo, ayer suprimió las elecciones, hoy aplican el terrorismo de Estado. Esta última estrategia no le ha funcionado a ningún gobierno. Todo régimen, unos más que otros han acudido al expediente de la persecución, hostigamiento, agresión física, a la prisión política y el asesinato, como arma para frenar la protesta, pero lejos de lograrlo, lo que hacen es añadir más ingredientes al descontento popular.

Claro que no estamos enfrentados a cualquier régimen. Éste  tiene un doctorado en el arte de la guerra y sobre todo psicológica; combina las técnicas del G2 cubano, las cuales refleja cada vez que tiene la soga al cuello, como la de contrainteligencia, desinformación y la propagación del rumor; hasta llegar al uso de prácticas aplicadas por las dictaduras fascistas de Italia y Alemania del siglo XX, ejemplo el uso de mercenarios, de bandas delictuales y de malandros para arremeter contra cualquier manifestación de la oposición, por más pacífica que esta sea.

Además, es un régimen camastrón que está en agonía y se niega a morir, por tanto no tiene ningún tipo de escrúpulos ni vergüenza para reforzar su despotismo y cometer las peores atrocidades en materia de violación de los Derechos Humanos. Todo con tal de preservar el poder, en ese sentido se vale de todo tipo de artimañas y maniobras; le echa la culpa a otros por sus actos macabros, manipula, combina el chantaje e infinidad de trampas con su retahíla de mentiras y la represión, compra políticos opositores con el fin de dividir y desmoralizar a la sociedad, entre otras cosas.

Sin embargo, son medidas que les pueden funcionar para estirar la arruga, pero al final caerán. No perdamos la confianza, no nos dejemos doblegar por la desesperación y la desesperanza, todo cuanto puedan hacer lo hemos calculado. Frente a la fractura que quieren lograr, hay que construir la unidad superior; frente a su objetivo de aterrorizar y desmovilizar a la sociedad, asumir diversas formas de lucha y organización, grandes movilizaciones, paros escalonados, la huelga general y la presión internacional; frente a las provocaciones de violencia, que les sirven de escusas para mantener el Estado de excepción, plantearse la no violencia activa; frente a la razia represiva que busca que volquemos nuestros esfuerzos al tema de los DDHH y los presos políticos, pues asumir un plan integral que combine el sentir primario de la población, que es el hambre, la crisis humanitaria en salud, el costo de la vida y la inseguridad, con la exigencia del cumplimiento de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional; mientras ellos buscan ganar tiempo y sorprendernos con un cronograma electoral sobrevenido, pues lo correcto es estar preparados con un plan electoral.

Esto no implica aislarnos de la estrategia principal, que es centrar los esfuerzos en salir del régimen, que es hoy la raíz de los males. Razón por la cual nuestro accionar debe estar animado por cinco cualidades: unidad, inteligencia, audacia, firmeza y proyecto país. Para lo cual es clave cohesionar nuestro discurso; lograr que el liderazgo opositor no se distraiga en pugnas estériles; articular todas las instancias gremiales, sindicales, comunitarias, estudiantiles y de la sociedad civil, para canalizar el conflicto social; y desarrollar tanta presión de calle como sea posible. Así podremos enfrentar su estrategia represiva, al tiempo que se le quita el tubo de oxígeno.

Golfredo Davila
golfredodavila@gmail.com
@golfredodavila
Vanguardia Popular 
Zulia - Venezuela

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