jueves, 30 de marzo de 2017

ARTURO MOLINA, ELECCIONES YA

EL AGUIJÓN

El sistema político colectivista-totalitario, amparado e impuesto por el socialismo siglo XXI en Venezuela, copiado de gestiones gubernamentales fracasadas, propiciadoras de hambre y miseria en los ciudadanos, con la única intención de apropiarse del poder eternamente y establecer el control social como mecanismo de dominación, está siendo abiertamente rechazado por el grueso de la comunidad. 

El reclamo social ante la tozudez oficialista y de su partido político PSUV de imponer el llamado plan de la patria por encima de la Constitución Nacional, violentando derechos humanos, la propiedad privada, e implementando la escasez generalizada, es un llamado a la protesta de los ciudadanos contra la desidia gubernamental.

Los servicios públicos están deteriorados. La educación ha dejado de ser para la formación ciudadana, el debate para la innovación y creación con base a la pluralidad, y ha pasado a ser el bastión del ensamblaje partidista-totalitario, propiciando el abandono de los profesionales comprometidos con la calidad educativa, para dar paso a la cantidad militante. Es replica en todas las instituciones públicas del país. 

A las colas para adquirir alimentos, y los trotes de farmacia en farmacia suplicando a Dios ayude a encontrar la medicina, se suman las colas de las personas en las calles y carreteras adyacentes a los centros poblados para poder comprar la bombona de gas, si es que la empresa suministra ese servicio para ese día, lo contrario debe continuar en la espera y en la cola. 

La falta de divisas para honrar compromisos adquiridos con gobiernos de otros países, ha disminuido la capacidad de importar lo que anteriormente se producía en territorio venezolano. La deuda es abismal. La irresponsabilidad del socialismo siglo XXI, ha comprometido el futuro de la nación. 

Ahora hasta la gasolina se importa y no es suficiente para abastecer el consumo interno. Ayer se criticaba la dependencia económica del petróleo, hoy se depende de las migajas que otorgan otros países. Se hipoteca y regala el suelo patrio. 

La mayoría de los ciudadanos exige elecciones libres con presencia de observadores internacionales aprobados por las partes, para dirimir las diferencias entre el modelo político y económico colectivista-totalitario, generador de hambre y miseria, y el modelo político y económico sostenido en el sistema de libertades y el bienestar ciudadano: la democracia. 

Las elecciones no pueden seguirse restringiendo. Llegó la hora y la sociedad venezolana desea manifestarse. Elecciones ya.

Josue Arturo Molina Suarez
jarturomolina@gmail.com
@jarturoms1                                                                            
Tachira - Venezuela   


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