En el actual contexto de la economía venezolana y a
pesar de la ausencia de resultados concretos del programa de recuperación
económica, crecimiento y prosperidad, el Gobierno Nacional insiste en
identificar, utilizar y presentar al país criterios de acción pública que se
sustentan en las funciones que toda autoridad debe desarrollar en una economía:
a) asignar determinados bienes y servicios mediante la política presupuestaria,
pero nunca todas las mercancías disponibles; b) distribuir la renta petrolera
obtenida por la venta en el extranjero del petróleo venezolano, y redistribuir
el ingreso a partir del cobro de impuestos a los sectores con mayor capacidad
para contribuir, y c) estabilizar la economía utilizando los instrumentos
monetarios, fiscales, políticos y sociales disponibles, pero dejando de usar
aquellos cuyo impacto empeore la realidad macroeconómica. De allí se deriva el
principio de eficiencia que desde hace un buen tiempo el Ejecutivo Nacional
utiliza para respaldar las medidas de intervención con las que intenta corregir
la inestabilidad de precios e incentivar la actividad productiva.
En este sentido, una economía eficiente es aquella
capaz de permitir la producción óptima de bienes y servicios, y de facilitar la
asignación de recursos teniendo en cuenta los factores de producción
existentes. El mercado garantiza dicha eficiencia cuando logra una situación en
la que no es posible mejorar las condiciones de un miembro de la sociedad sin
perjudicar las condiciones de los otros (óptimo de Pareto). Así, la suma del
excedente del consumidor (bienestar del comprador) y del excedente del
productor (beneficio del vendedor) se maximiza, garantizando de esta manera que
los compradores accedan a los productos al precio más bajo posible y que los
vendedores reciban los precios más altos por sus bienes.
Pérdida irrecuperable:
Los obstáculos más comunes que tiene una economía para
lograr la asignación eficiente de los recursos son: a) el excesivo uso de
controles de precio: tanto precio máximo como precio mínimo; b) la presencia de
mercados no competitivos: monopolios, oligopolios, competencia monopolística;
c) la existencia de bienes públicos, para los cuales no existe precio de
mercado y tienen una menor producción debido al problema del free rider, y d)
la presencia de externalidades, los costos y beneficios que recaen sobre
agentes económicos distintos a quien lleva a cabo una actividad económica.
Todos estos factores ocasionan subproducción o sobreproducción de bienes y
servicios, es decir, generan una pérdida irrecuperable para la sociedad (que se
mide por la disminución del excedente del consumidor y el excedente del
productor) como consecuencia de un nivel de producción no eficiente.
Si el gobierno venezolano pretende de nuevo alcanzar
la eficiencia económica debe entender que ésta no se decreta; en su lugar,
requiere de acciones reales para mejorar el funcionamiento de las instituciones
públicas, recuperar los mercados, restablecer la seguridad jurídica, y permitir
la participación y surgimiento del sector privado en el país. De igual forma
debe tener presente que: 1) las economías de mercado producen resultados
eficientes que la acción pública no puede mejorar, y 2) ante la existencia de
fallas de mercado en la economía, la intervención regulatoria del sector
público para orientar dichas fallas puede beneficiar a todos, siempre y cuando
se disponga de un esquema institucional donde sea posible el seguimiento,
medición y rendición de cuentas de la gestión y los resultados de las
instituciones públicas (democracia), para evitar que las fallas del Estado
causen ineficiencia económica.
Alberto Jose Hurtado B
@ajhurtadob
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