A continuación el documento que tuve el honor de
presentar este miércoles 12 de diciembre, en el Interamerican Institute for
Democracy, en el Sur de Florida, con la mirada puesta en la libertad y en el 10
de enero. Es producto del esfuerzo colectivo y unitario del Comité Político
para la Defensa de la Democracia, la Venezolanidad y los Derechos Humanos.
Considerando:
Que Venezuela sufre una inaceptable vida política,
reñida con la democracia; una insostenible situación social, signada por la
muerte; una inviable situación económica que ha impactado dramáticamente la
calidad de vida de quienes permanecen en el país, y que ha hecho emigrar a
millones de venezolanos, generando los problemas propios de los desplazamientos
masivos.
Considerando:
Que
Venezuela está al margen del Estado de Derecho, sometida por un régimen
totalitario que de manera fraudulenta hizo elegir una asamblea nacional
constituyente, con supuestos poderes originarios ilimitados;
Considerando:
Que
Venezuela es un país sometido por el crimen organizado internacional, que se
encuentra ocupado y secuestrado por Cuba y otros países, lo que constituye un
peligro para la paz en la región y el mundo;
Considerando:
Que
constitucionalmente existe un vacío institucional en la Presidencia de la
República, usurpada por Nicolás Maduro Moros, quien no solo tiene ilegitimidad
de origen, sino que además ha sido destituido de conformidad con lo estipulado
en la Constitución de la República, por vigentes y obligantes decisiones de la
Asamblea Nacional y del Tribunal Supremo de Justicia legítimo, el cual, en Sala
Plena, sentenció que corresponde a la Asamblea Nacional “llenar el vacío
constitucional de la presidencia de la República, hasta que se puedan celebrar
elecciones presidenciales”;
Considerando:
Que
en el pasado mes de mayo de 2018, con antelación de ocho meses, Nicolás Maduro
Moros se hizo reelegir Presidente de la República, violando las leyes, en
ilegal connivencia con los rectores del Consejo Nacional Electoral, lo que
generó el desconocimiento de esa reelección fraudulenta por los países
democráticos; en consecuencia, a partir del 10 de enero de 2019, cuando debería
comenzar el nuevo sexenio presidencial, el usurpador Nicolás Maduro Moros no
será reconocido por la mayoría de nuestro pueblo, por los países democráticos y
por organismos multilaterales internacionales;
Considerando:
Que
es deber de todo ciudadano venezolano impedir que la Constitución de la
República de Venezuela pierda su vigencia, la que de hecho ha dejado de
observarse por Nicolás Maduro Moros y su régimen oprobioso, quien ha eliminado
la preeminencia de la máxima ley sobre todos sus actos;
Es
por lo que:
Investidos
con el poder que nos otorga el artículo 333 de la Constitución, y a los fines
de acatar su mandato, procedemos a proponer bases que permitan la efectiva
vigencia del texto constitucional, con la emergencia que el caso amerita, y a
tal fin nospronunciamos:
PRIMERO:
Que todos en el seno del hogar venezolano y en nuestras organizaciones, tanto
en el territorio nacional como en la diáspora, manifestemos firmemente a favor
de restablecer el sendero democrático-institucional. La Constitución es guía
para las diversas iniciativas, que incluye la desobediencia ciudadana,
mecanismos de concertación cívico-militar y solicitud de asistencia
internacional, así como dispositivos electorales para cuando estén dadas las
condiciones de transparencia e imparcialidad.
SEGUNDO:
Convocar a todos los países democráticos del Continente y del mundo, y a los
organismos internacionales multilaterales, a desconocer la usurpación
continuada de la Presidencia de la República y a apoyar el regreso de Venezuela
al Estado de Derecho.
TERCERO:
Exigir a la Asamblea Nacional:
a) Recuperar la plenitud de sus funciones
constitucionales y actuar con la emergencia que el caso requiere; declarar
inexistente la asamblea nacional constituyente y sus decisiones.
b) Designar un Gobierno de Transición para la
libertad, el desalojo de los usurpadores y el rescate de la soberanía nacional.
El Gobierno de Transición tendrá la menor duración posible y estará conformado
de manera plural, representativo de la sociedad venezolana y con la debida
estabilidad y respaldo cívico-militar, para reordenar la situación social,
económica y política; para recibir y distribuir la ayuda humanitaria
internacional; para liberar a los presos políticos, civiles y militares; para
facilitar el retorno de los exiliados y crear las condiciones para elecciones
generales libres y democráticas, a efectos del restablecimiento pleno de la
vigencia de la Constitución de la República.
c) Reconstituir en su totalidad el Tribunal
Supremo de Justicia legítimo, el cual asumirá a plenitud sus funciones
constitucionales y reorganizará el Poder Judicial en todas sus instancias.
d) Designar el Defensor del Pueblo, el
Contralor General de la República y los cinco Rectores del Consejo Nacional
Electoral; todos ellos deben cumplir los requisitos constitucionales y serán
sometidos a un procedimiento breve de elección. El desempeño de sus cargos
tendrá carácter transitorio, hasta que se produzcan las elecciones generales.
e) Los
Rectores del Consejo Nacional Electoral sanearán el sistema electoral
venezolano y harán un nuevo Registro Electoral, que partirá a su vez de una
revisión y depuración del sistema de identificación ciudadana.
CUARTO:
El Gobierno de Transición designará un Consejo Asesor, con integración amplia y
plural, donde se vean representadas las diferentes organizaciones sociales,
políticas, gremiales, culturales, religiosas, académicas, estudiantiles y de
todos los órdenes de la vida nacional, así como de la diáspora, para disponer
de su opinión, tanto para las acciones de emergencia como para las de políticas
públicas. El Consejo Asesor podrá constituir los comités sectoriales y
regionales que coadyuven a estos objetivos.
Por
último:
El
Gobierno de Transición y los otros poderes públicos rescatados harán renacer la
esperanza contra el reino del miedo, el hambre y la inseguridad, instrumentarán
el nacimiento de la nación productiva, libre y solidaria, para poner punto
final al imperio de la demagogia populista.
La
sociedad civil venezolana organizada y el sector constitucionalista de la
Fuerza Armada Nacional deben ser garantes del cambio a producirse de inmediato.
Que
Dios bendiga esta hora, tiempo de finalización del régimen del mal, momento de
restablecer la democracia y recuperar Venezuela para la vida en libertad.
Paciano
Padron
@padronpaciano
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