Juan Guaidó, nuevo presidente de Venezuela, por
mandato constitucional, reconocido por el Parlamento Europeo "como
legítimo presidente interino de Venezuela". Institución que se une a la
OEA y al concierto de naciones, que han manifestado su reconocimiento.
Se espera que en pocos días el reconocimiento alcance
tales niveles, que el usurpador quede solo. Con una ínfima minoría ligadas a él
por intereses políticos, económicos e ideológicos.
En la medida que se reconoce a Guaidó, el régimen de
Maduro pierde toda capacidad de representación internacional oficial. Un
terreno importantísimo, dentro de los escenarios previstos para la solución de
la crisis venezolana.
La implementación de acciones conjuntas en la escena
internacional, la difusión del mensaje presidencial, la coordinación de la
ayuda humanitaria y la salvaguarda de los activos de la Nación. Se vislumbran
como prioridades de las primeras horas del rescate democrático.
No olvidemos que 20 años de subvenciones
propagandísticas, permitieron crear una plataforma que se resiste a perder
regalías… que percibían a costa de la miseria de nuestro pueblo. Activistas;
círculos bolivarianos; Ong anarquistas, marxistas e ideológicamente
comprometidas; partidos políticos como Podemos, dirigentes de extrema izquierda
como Melanchon; ediciones periodísticas y comunicadores asalariados; directores
de cine; músicos; docentes utópicos de la vieja izquierda.
Toda una fauna dispuesta a seguir desinformando, con
el fin de justificar que un dictador siga masacrando a nuestro pueblo. Siguen
planteando que, en nuestro país existe un enfrentamiento entre izquierda y
derecha o contra el imperialismo norteamericano.
Una manera de ocultar que el régimen de Maduro es una
banda criminal, con un pueblo secuestrado y un país como plataforma. Activada
para apropiarse de la riqueza patria, instalando un narco estado y repartiendo
beneficios entre la cúpula y el régimen castrista.
Leí en una publicación belga, que en Venezuela se
enfrentaban los ricos y la clase media contra los pobres; que temían que los
primeros se apoderaran de nuevo, de la riqueza petrolera. Revise las
declaraciones de un economista de la Fundación Jacquemotte, supuestamente
especializado en el tema Venezuela, quien afirmaba que la huelga petrolera tuvo
como origen; evitar que la renta petrolera financiara las realizaciones
sociales, que Chávez buscaba implementar.
Fuimos testigos también, de la visita de una “comparsa”
de Chalecos amarillos, que se presentó ante la Embajada de Venezuela en Paris,
para brindarle apoyo el régimen chavista. Nos llamó la atención que, a
excepción de uno solo, los chalecos amarillos rindieran sus declaraciones
encapuchados.
En mi opinión los lobbys internacionales del
extremismo, se reúnen con activistas de grupos islámicos. Para implementar
campañas de opinión, destinadas a sostener al aliado, que en el pasado les
aportó apoyo financiero… con mentiras, argumentos desquiciados y juegos de
palabras, utilizadas para crear confusión en la opinión pública.
No olvidemos que, durante años, traficantes,
contrabandistas, guerrilleros y terroristas; han tenido carta blanca para usar
nuestro territorio. Facilidades otorgadas por el chavismo a cambio de la
influencia de los lobbies del crimen, para gestionar apoyo internacional y
votos en las Naciones Unidas.
En esos casos señalados, no vi ni escuché una palabra,
para explicar las causas de la ruina financiera, ni la compra de conciencias
internacionales con la renta nacional. Ni los montos en millones de dólares
robados por los chavistas, ni las causas de hiperinflación… ni una sola
consideración a las cifras de muertos, a la crisis alimentaria y de salud; ni
mucho menos a la injerencia de Cuba en los destinos de la Patria.
De allí la importancia de contar con voceros en todos
esos países, que manifiestan su apoyo a los demócratas venezolanos. Voceros que
conozcan el terreno, dominen el idioma y cuenten con contactos.
Súmele a esto, la atención a la diáspora de millones
de compatriotas, desatendidos y chantajeados por un régimen, que los sabe
hostil a su proyecto. Sin perder de vista el acceso, a información vital para
la seguridad nacional.
Es preciso estrechar vínculos con las instituciones de
los países que nos apoyan, con los medios de opinión pública y con las fuerzas
vivas de sus sociedades. Además de los señalados al principio, dos sectores
deben ser prioritarios: los organismos financieros internacionales y los
mercados petroleros.
Una vez
atendidas las urgencias, expertos en materia internacional deberán constituirse
en comisión permanente, destinada a presentar un plan de reconstrucción,
separado en dos temas, el primero destinado a la estructura del Ministerio de
Relaciones Exteriores y el segundo referido a la política de asuntos exteriores
propiamente dicha.
La re-organización de la Cancillería es necesaria,
para llevar con seguridad la nueva política de Relaciones Exteriores. Manejada
con criterio político y como asunto de seguridad nacional.
Es primordial para el nuevo gobierno, reorganizar la
Institución que es el vehículo de trasmisión de la nueva Política de Estado. Es
importante para la obtención de información inmediata, sobre las relaciones con
terceros países y organizaciones internacionales y la posibilidad de obtener
documentación y pruebas, sobre los acuerdos perjudiciales a la soberanía y a
los intereses nacionales.
Conocemos la destrucción del Servicio Exterior
Profesional, que llevaron a cabo los ministros chavistas. Los miembros del
actual Servicio Exterior son militantes y se encuentran al servicio de un
proyecto político-partidista… aquellos que reconozcan al nuevo presidente,
garantizaran un trato profesional; no en balde un funcionario francés confesaba
no reunirse con los miembros actuales de la Embajada en Paris, no son
diplomáticos me decía… son agentes.
Esta comisión de emergencia deberá presentar
alternativas para atender el problema, con acciones y objetivos para los
primeros 100 días y para el primer Año. Con proyecciones a largo plazo, para
los primeros tres y para diez años después.
Evidentemente será necesario un diagnóstico, que
incluya un análisis de resultados de las políticas ejecutadas por el régimen
saliente y con las alternativas de políticas destinadas a resolver la
situación.
Es importante reconocer que destruir, es mucho más
fácil que construir. La imagen de Venezuela como país se ha resentido. Los
gansters que dirigieron los destinos de la nación, corrompieron grandes
sectores que incluye a militares y a parte del sector privado, que prefirió
mirar hacia otro lado, si eso le reportaba beneficios.
Es hora de limpiar, de recuperar valores y principios.
De reconocer aquellos profesionales que prefirieron perder todo, antes que ser
cómplices. Petroleros, médicos, enfermeras, profesores, economistas, políticos,
militares o diplomáticos.
Recuperar nuestra imagen internacional pasa
principalmente por la honestidad de los que nos gobiernan, por la dimensión de
estadista del presidente. Por la voluntad y la sinceridad que ponga en el
ejercicio de sus funciones.
Por qué permita que se haga justicia. Pasa también por
la responsabilidad y eficiencia de los funcionarios que designe y por la
idoneidad de aquellos que nos representen ante el mundo.
Tocará negociar y renegociar condiciones,
tranquilizando acreedores, pero exigiendo responsabilidades que se conocían de
antemano. Tendremos que señalar culpables de violaciones de derechos humanos y
atender los procesos internacionales que sean necesarios.
Lo que incluye denunciar cómplices, pagos indebidos y
las redes internacionales que se tejieron alrededor del usurpador venezolano.
Integradas por las mismas voces que escuchamos durante
años, elogiando los méritos de los Castro y callando sus crímenes. Cómplices
del secuestro de la libertad en Cuba, Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
Nelson Castellano-Hernández
Ex Cónsul de Venezuela en París
nelsoncastellano@hotmail.com
@VFutura
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