Un zorro tipo “puma” anda merodeando las inmediaciones
del Palacio de Miraflores en Caracas.
Hace unos años el alcalde de la capital Venezolana,
Antonio Ledezma, fue atacado por una jauría de perros salvajes quienes
irrumpieron en su despacho y sin mediar palabras, en feroz ataque lo depositaron
en la cárcel militar de Ramo Verde.
Suerte similar transitó el gobernador demócrata del
estado Sucre, Eloy Gil Enmanueli, cuando en el frenesí del ‘leopardo barinés’
un político denominado “El Guerrero”, introdujo la revolución en la tierra
sagrada del Gran Mariscal de Ayacucho.
Le despojó la policía, con la mala suerte que al dejar de ser servil del
encanto barinés, tuvo que exilarse en Panamá y ahora anda desandando en
Venezuela como las ánimas en pena del purgatorio.
¡Quien sirve al chavismo se desintegra!
A Henrique Capriles Radonski, cuando ejerció la
gobernación del estado Miranda, también le colocaron una figura paralela a su
ejercicio a través de un ciudadano, cuyo
nombre se asocia al aullido de caninos.
No ha sido excepción la valiente gobernadora del
estado Táchira, tampoco el gobernador de Anzoátegui; el gobernador de Mérida y
menos el actual primer mandatario del estado Nueva Esparta.
Todos tienen contrapeso paralelo para torpedearle su
gestión administrativa.
Donde nunca han podido penetrar es en la Alcaldía de
Lechería. Pero en el zoológico mundo de
la revolución venezolana todo es posible.
Sin embargo,
andan locos con el zorro encantador que recorre la América Latina como “la
espada de Bolívar”.
Dicen que “el bailador de salsa” -quien se extasía al
ver consumido por el fuego los alimentos y medicinas que aliviarán la angustia
de venezolanos- ya no duerme bien, anda con insomnio, nervioso; no coordina
adecuadamente las ideas y siempre se le ve de mal humor.
Y no es para menos. La fuerza del “zorro” quien posee
el apoyo y reconocimiento de los países más desarrollados del mundo, desde el
punto de vista financiero, técnico, científico, social, cultural, político y
militar lo desvela y lo atormenta.
Está llegando a su final la triste epopeya de un mal
guión de teatro que puso al borde de la
locura y el holocausto a 35 millones de ciudadanos. Igualmente colocando en
riesgo la tranquilidad latinoamericana y la paz mundial.
Debemos continuar en las calles en forma pacífica,
constante, metódica y disciplinada.
Los últimos acontecimientos en las fronteras con las
hermanas repúblicas de Colombia y Brasil, desnudan el salvajismo de unos
bárbaros que demuestran no estar interesados en abandonar el poder ni llegar a
ningún tipo de negociación o acuerdo.
No les interesa el sufrimiento, el hambre, la desesperación, angustia, las
muertes, la desintegración de la familia con el desplazamiento forzoso de por
lo menos cuatro millones de compatriotas en la diáspora.
Su único interés es mantenerse en el poder por encima
de la miseria y los cadáveres de hermanos venezolanos, que si no mueren por
falta de comida, fallecen por no conseguir medicamentos para tratar su
diabetes, cáncer, hipertensión, malaria, paludismo, falta de reactivos para exámenes
de laboratorios. Falta de lo más
elemental como agua y electricidad en hospitales y otros centros de salud.
Cristian Silva
cumanacristian@yahoo.es
@visionvenezuela
Estado Sucre
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