martes, 2 de abril de 2019

DAMIÁN PRAT, VENEZUELA HERIDA: CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA,


Aquella tarde del 23 de diciembre de 2009, en una de sus habituales cadenas de radio y TV, Hugo Chávez no pudo seguir evadiendo la gravedad del problema que asolaba al país por la crisis de energía eléctrica que en realidad, mucho mas allá de la sequía del “Niño” de aquel momento, la había causado su gobierno al no ejecutar las obras de inversión en plantas termoeléctricas para equilibrar y complementar el aporte del maravilloso sistema hidroeléctrico del Caroní (Guri y las Macaguas más Caruachi y el proyecto Tocoma) diseñado, construido y administrado con altísima calidad técnica y gerencial por CVG y Edelca a lo largo de 40 años y 8 gobiernos en continuidad administrativa.

Ciertamente, ese sistema de presas que todos habitualmente llamamos simplemente Guri, era una maravilla para generar mas de 14 mil mw de energía, limpia, barata y confiable, que se distribuían por toda Venezuela mediante una enorme red de transmisión y distribución y el Sistema Interconectado Nacional al que aportaban algunas plantas de Cadafe y la también magnífica Electricidad de Caracas.

Y estaba proyectado para llegar a 17 mil MW al terminar Tocoma

Ese aporte de Guri, las Macaguas y Caruachi, podía cubrir aproximadamente entre el 60% y el 70% de la demanda nacional de energía lo cual es un milagro que muchos países desearían tener.

Era “La mano de Dios junto a la mano del hombre” a las que aludió el poeta y escritor Don Pedro Berroeta algunos años antes en una visita a Guayana.

Termoeléctricas como complemento

Sin embargo, esa maravilla requería complementos, sobre todo para épocas de sequía y años “Niño” cuando era necesario reducir el aporte del lago de Guri para preservarlo

Todo estaba planificado con minuciosidad en aquella Edelca y en todo el sector eléctrico con Cadafe.

Plantas termoeléctricas en varias regiones y algunos pequeñas hidroeléctricas en Los Andes.

Ya existía la mas grande de todas: Planta Centro, cerca de Morón en Carabobo, para 2 mil MW pero que ya requería refacciones grandes y la original Tacoa de la Electricidad de Caracas, la pionera eléctrica del país, más algunas otras.

En 2002, Edelca y la gente de Opsis entregó a Chávez un informe completo no solo con el análisis, sino con las soluciones y sus proyectos

Lo mas importante: ejecutar Tocoma la cuarta hidroeléctrica del Caroní para 2.700 MW. Refaccionar Planta Centro y disponer de nuevo de sus 2 mil MW para todo el centro norte y centro occidente. TermoTuy para blindar, junto a Tacoa de EDC, la gran Caracas y aledaños, TermoSucre junto a Cumaná para garantizar toda la energía desde Píritu a Irapa pasando por Barcelona, Puerto La Cruz, Cumaná y Carúpano.

Y varios proyectos más. En todos esos sitios seguiría llegando la energía limpia y confiable de Guri y el Caroní, pero esa energía térmica aportaría el complemento y el “extra” indispensable.

Mas aporte en épocas de sequía o de período de alto consumo. Menos en temporadas bajas.

Mega corrupción

Entre 2002 y 2009, el gobierno de Chávez hizo muy poco, casi nada, de todo aquello. Indolencia, indiferencia y algunos “guisos” fueron lo dominante.

Llegó la crisis de 2009 producto de un severo año. Niño que hizo descender gravemente el Lago de Guri por la sequía y la sobreexplotación de sus aguas debido a que no se ejecutaron las obras termoeléctricas.

Cuando ya tenía “el agua al cuello”, fue que Chávez y su “alto mando” (¿?) se ocuparon del asunto. Guri se acercaba peligrosamente al punto de colapso.

Entonces implantaron aquel plan de racionamiento que recordamos. Horas de apagones programados en cada región. Pero no bastaba. Todo por haber sido indolentes durante siete largos años al programa de obras eléctricas que estaban totalmente planificadas.

Apagón ordenado por Chávez, entonces, ordenó tumbarle cerca de 2.500 MW a la industria de Guayana. Porque no quería imponer racionamientos en Caracas por el costo político que conllevaba y sobre todo porque era imposible ejecutar en meses las obras que ellos dejaron llenar de telarañas por siete años.

El 23 de diciembre de 2009, en cadena nacional dio la orden: apagar más de la mitad de los hornos eléctricos de Sidor aunque eso significara una grave escasez de hojalata, cabillas, tubos y laminados de acero con lo cual muchas industrias en todo el país tendrían que reducir su actividad a casi cero.

Lo más grave: Chávez dio la destructiva orden de clausurar y desmantelar las viejas Líneas I y II de Alcasa con sus casi 200 celdas de reducción electrolíticas.

Y apagar 400 celdas de reducción en la moderna Venalum, es decir, el 44% de la empresa, aunque ya en los años previos, la robo-lución venia mermando la productividad y las finanzas de ambas compañías.

Solo que ese era un golpe demoledor, muy destructivo. Era liquidar mas de 250 mil toneladas/año de aluminio, enviando las finanzas de ambas empresas y las de no menos de un centenar de empresas transformadoras en todo el país al acabose.

Lo peor es que apagar esas casi 600 celdas entre ambas empresas era liquidarlas, porque una celda nunca se puede apagar pues se daña irremisiblemente y hay que reconstruirla totalmente desde cero a un costo enorme.

Esas celdas deben estar encendidas y produciendo las 24 horas de los 365 días del año. O se pierden.

Varios técnicos de Venalum elaboraron un informe técnico que le entregaron a varios ministros para que llegara a Chávez. No solo advertían de la magnitud del daño sino que ofrecían una solución parcial: no apagarlas del todo y aunque no usaran toda la energía eléctrica necesaria para producir se mantuvieran con un encendido mínimo para no perderlas.

La respuesta de Chávez fue la del militar autoritario, embebido del poder sin límites. “Cumplan la orden de apagar todo lo que ordené”.

La noche del 28 de diciembre de 2009, aprovechando la desmovilización de la fecha y miles de trabajadores en vacaciones para impedir protestas, los gerentes rojos, casi todos forasteros impuestos, con algunos sindicalistas psuvistas apagaron todo aquello. Un verdadero crimen. Mucha gente lloró en Guayana.

En las semanas siguientes se desmantelaron y “chatarrearon” con saña, las máquinas e instalaciones de las Líneas I y II de Alcasa. Dos enormes galpones quedaron vacíos. Nunca más podrían rehacerse.

Las 400 celdas de Venalum, repartidas por grupos entre las 5 líneas de producción, jamás se reconstruyeron. El declive económico y financiero se hizo indetenible. Fue un golpe mortal.

Ambas empresas, al pasar los meses y años siguientes, comenzaron a perder más y más celdas sin tener finanzas para rehacerlas.

Chávez y su destructor “alto mando” hicieron anuncios de las obras eléctricas que por siete años habían abandonado. Ahora “si harían” Tocoma, TermoSucre, Termo Tuy, TermoZulia. Reconstruir Planta Centro. Y mucho bla bla.

Pero casi nada se ejecutó. Principalmente fueron enormes “guisos” y contratos donde los jerarcas del régimen, sus testaferros, amigotes y “enchufados” se enriquecieron groseramente. Abrieron jugosas cuentas en cientos de millones de dólares (mientras cantaban en los “Aló” y las cadenas que ser rico es malo) y compraron fincas, oficinas y apartamentos de lujo, yates y aviones en “el imperio”, Suiza, Andorra, España, Punta Cana, los paraísos fiscales, mientras hacían propaganda contra el “malvado capitalismo” y el “horrendo imperio”.

Instalaron unas inútiles térmicas en Sidor (hoy desmanteladas y que jamás produjeron nada Ni siquiera encendieron un bombillito) y casi dos docenas de miniplantas “de generación distribuida”, en todo el país, que casi nada aportaban y hoy están en su mayoría cerradas e inservibles pero fueron tremendo negocio para los Castro en Cuba.

Una empresa de la Cuba castrista tuvo el contrato de importación de esas miniplantas que en realidad solo están diseñadas como plantas de emergencia pero Chávez y los cubanos las “vendieron” como soluciones para las ciudades aunque sus miniaportes eran de 5MW o similares.

Tocoma jamás se terminó y los amigos lulistas y kirchneristas con sus socios de grandes empresas capitalistas de allá, hicieron pingües negocios.

En 2011 Chávez anunció en Tocoma que en septiembre de ese año entraría en servicio la primera turbina. Todo fue coba electorera. Casi nada -salvo malbaratar miles de millones- se hizo en el resto de los proyectos termoeléctricos.

Los bolichicos y Derwick, pero no solo ellos, se llenaron de contratos y muchos millones de dólares pero ninguna obra se terminó.

La crisis eléctrica de hoy no es peor porque no menos de cuatro mil MW no se usan por la destrucción de la industria, tanto la de Guayana como la de todas las zonas del país. Empresas cerradas o semiparalizadas.

En Guayana, al llegar el final de febrero de este 2019, la ruina era casi total. Los años de Maduro han sido infinitamente destructivos. Empeoraron todo a niveles increíbles. El abandono fue peor.

Meses de protestas de calle de miles de trabajadores, en los finales de 2018 no lograron torcer al régimen aunque lo desnudaron en su ruina anti patria y en su condición del peor violador de derechos laborales.

Cientos de atropellos y la prisión ilegal e injusta de Ruben González de Sintraferrominera, resaltan.

Sidor tiene siete meses sin hacer ni una colada de acero, por lo cual tampoco hay producción en sus trenes de laminación, de barras, ni de hojalata, tubos ni planchones. Y ya en 2017 y mitad de 2018 “producía” a menos del 10%.

Sidetur, planta Casima, estatizada en 2010, tiene 20 meses en cero. Totalmente paralizada.

Ferrominera produjo en el 2018 el 12% de su capacidad habitual.

Bauxilum tiene 19 meses paralizada. Ni un gramo de alúmina pero los “enchufados” han aprovechado generosos negocios de importación.

Alcasa tenía para ese final de febrero, apenas 14 celdas activas de las 386 que le quedaban de las líneas III y IV. Un 3% aproximadamente. En otras palabras, la gestión de la robo-lución acabó con el ¡97%! de la capacidad de producción.

Venalum, la otrora “Gran Planta” estaba reducida a 59 celdas de sus 905, un 6.5%, o sea, 93% menos.

Todo en ruinas. Nunca tuvimos menos patria que en estos tiempos del “plan de la patria”. Retrocedimos no menos de 60 años. La pérdida de soberanía nacional es brutal.

El apagón madurista,

La ruina económica y social en Guayana y en el resto del país, por las cientos de empresas que transformaban productos de acero y aluminio y a su vez eran los proveedores de muchas más empresas en áreas tan diversas como alimentos, eléctrico, automotriz, construcción, electrodomésticos, metalmecánicas y más.

En ese estado de ruina, pero respirando para sobrevivir, les llegó a las industrias básicas de Guayana el apagón madurista del jueves 5 de marzo.

El resultado de años de abandono del mantenimiento tanto en Guri como en las líneas de transmisión.

El resultado de haber acabado con Edelca para crear el monstruo burocrático centralista de Corpoelec.

El resultado de haber despedido y/o haber empujado a la emigración a cientos de técnicos y trabajadores de alta calificación.

El resultado de todas las obras termoeléctricas e hidroeléctricas complementarias del Sistema Eléctrico que no se ejecutaron con miles de millones perdidos en corrupción.

El apagón en las industrias fue de primer momento de unas nueve horas. Las celdas de reducción electrolíticas que quedaban en Alcasa y Venalum, se dañaron. Ambas empresas quedaron en cero. Ya no pueden producir nada. La gerencia roja de la empresa ordenó impedir el ingreso de trabajadores, salvo una lista seleccionada. No quiere reclamos ni protestas. Suspendió lo poco que queda de transporte de personal.

Es posible que en los próximos meses en Venalum pudieran entrar en servicio una docena y media de celdas que estaban en refacción. Un 2% de la capacidad de la empresa en el mejor de los casos. Aunque eso es solo una posibilidad dada la magnitud de los daños en varias áreas complementarias.

Solo por eso quizás no pueda hablarse de muerte total pero la ruina que inició la robo-lución en aquel momento decisivo de la orden destructora de Chávez de diciembre de 2009, ha tenido un nuevo y grave escalón.

Reconstruir el Sistema Eléctrico y la capacidad de generación de energía hidro y termo eléctricas serán tareas fundamentales de los nuevos gobiernos a venir en el regreso de la democracia.

Reconstruir a Ferrominera, Bauxilum, Sidor, Sidetur, Alcasa y Venalum como empresas base de una enorme cadena productiva y económica en todo el país, también será fundamental. Indispensable. Sin acero y aluminio no hay desarrollo.

Lástima que el daño a la patria y a la soberanía nacional sean tan hondos.

Damián Prat C.
@damianprat

No hay comentarios:

Publicar un comentario