La dictadura que comenzó en
Venezuela el 24 de noviembre de 1948 tras el derrocamiento de Rómulo Gallegos,
se denominó Junta Militar de Gobierno. Ese ciclo se cerró el 23 de enero de
1958 con el derrocamiento del General Pérez Jiménez. Los militares entraron en
una etapa difícil porque el pueblo los asociaba con la dictadura y eran objeto
de rechazo colectivo. Tardo tiempo para recomponer su reputación. Cuando Chávez
asumió en febrero de 1999 una de las primeras cosas que hizo fue involucrar a
oficiales activos, especialmente del Ejército en la administración de los
asuntos civiles mediante la ejecución del Plan Bolívar 2000 con el cual cual
hubo un festival de millones de dólares asignados a dedo para obras de interés
público. De allí salió señalado y acusado de corrupción el General Víctor Cruz
Weffer. El gabinete se fue poblando de miliares activos tales como el General
José Oropeza en Alimentación, el Coronel Ramón Carrizales en Infraestructura,
al igual que el Capital Luis Reyes Reyes, en Telecomunicaciones el Teniente
Jesee Chacón y en Salud, el Teniente Coronel Jesús Mantilla. Buena parte de
ellos fueron un auténtico destare como administradores del erario público y su
labor de gobierno fue deplorable y de esta manera aquel respeto y admiración
que se sentía por los insurrectos del 4 de febrero, ahora en funciones de
gobierno, se fue mermando.
Desconfiando hasta de su sombra,
Chávez siguió apostando a sus camaradas de uniforme y los coloca en puestos
fundamentales de la Administración Pública, política esta eguida por Nicolás
Maduro. Llegó el turno entonces a viejos y nuevos actores para los hombres
provenientes de la FANB. Entre el fallecimiento del Presidente Chávez y la
gestión de Maduro hay varios oficiales que por el cargo que ocuparon dejaron
una huella difícil de borrar. Es el caso del Temiente Jesee Chacón en el
Ministerio de Electricidad. Parte de la crisis actual se origina en ese tiempo
con la declaratoria de la emergencia eléctrica donde se autorizó vía créditos
adicionales US$ 40.000 millones y hubo un robo descarado de los recursos
públicos mediante la compra de chatarra, desvió de fondos y otras tropelías.
Hoy Chacón es un flamante diplomático en Austria. El General Carlos Osorio como
ministro de Alimentación fue señalado en un informe de la Asamblea Nacional de
irregularidades en la importación masiva de alimentos. El entonces Coronel
Manuel Barroso dirigió por años ese antro de corrupción llamado Cadivi y
Cencoex. El General Justo Noguera Pietri terminó la obra de exterminio que sus
colegas hicieron con las empresas básicas de Guayana, especialmente con Sidor.
Todos estos casos están documentados y analizados. Pero en lo concerniente a
los Generales Luis Motta Domínguez y Manuel Quevedo, en las carteras de
Electricidad y Energía y Petróleo, es donde el fracaso alcanza proporciones
siderales. Está a la vista. El país está en las tiemblas y la producción
petrolera ha caído durante la gestión de Quevedo en casi un millón de barriles
diarios. Pero la FANB es una institución fundamental para el país y no ha
fracasado. Fracasaron algunos de sus hombres en funciones de gobierno. El
desprestigio es transitorio y tendrá que ser recuperado.
José Guerra
@JoseAGuerra
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