En las reuniones de los Consejos Comunales, en todo el territorio
nacional, no dejaban de escucharse las multiplicidades de quejas y reclamos por
la ineficiencia de la prestación de los servicios de salud, alimentos, agua,
luz y gas.
Frente a ese clamor creciente, que apuntaba a una rebelión de masas, el
régimen a través de su brazo político, el Psuv, decidió salir a explicarle a su
militancia (o milicianos) los alcances de su nueva política para superar la
crisis generada por la “Guerra Económica y Cibernética” del imperialismo.
Los ministros, gobernantes, alcaldes y miembros de las Fuerzas Armadas
en su rol de Comisarios Políticos, serán los encargados de dar a conocer los
detalles del Plan denominado “Cuaresma Revolucionaria” con una duración de
cuarenta días, contados a partir del Miércoles de Ceniza.
Tiempo litúrgico del calendario revolucionario, destinado a la
preparación espiritual de los milicianos para el combate contra los invasores
imperialistas.
La duración de 40 días, simboliza la prueba por la que pasó Jesús, el
primer socialista de la era cristiana, al permanecer cuarenta días ayunando en
el desierto de Judea. Este hecho, llevado a nuestra realidad, tendrá su más
firme expresión en la escasez de alimentos (Ayuno forzado) y la falta de agua,
que ha transformado al territorio nacional en un desierto.
También, las grandes marchas que hemos desarrollado en las calles y
avenidas de Venezuela, para apoyar y defender la revolución iniciada por
nuestro “Difunto Eterno”, guarda estrecha relación y similitud con La Gran y
Larga Marcha del pueblo judío, guiados por Moisés, en busca de la Tierra
Prometida.
A lo largo destiempo de “Cuaresma Revolucionaria” , los milicianos son
llamados a reforzar su Fe en la Revolución Socialista del Siglo XXI y en el
Hombre Viejo.
El color litúrgico predominante en esos días, seguirá siendo el
Rojo-Rojito asociado al sacrificio de nuestros militantes para sobrevivir en el
día a día y a los beneficios extraordinarios permanentes de nuestros dirigentes.
Para honrar el compromiso del régimen con la Fe Revolucionaria,
trataremos por todos los medios que los cuarenta días sean ¡¡No Laborables!!
Tanto en el sector publico como el privado.
Uno de los objetivos fundamentales de esta política, es la de dar a
conocer a la SantaSede en el Vaticano y en especial al Papa, la estrecha
relación de nuestra revolución y el cristianismo, para así, terminar de una vez
por todas con la posición contrarrevolucionaria que tiene la Iglesia
venezolana. En segundo lugar, proponer la Beatificación inmediata de nuestro
“Difunto Eterno” cuyos milagros han sido comprobados y están expuestos a la luz
pública: Presentarse como un pajarito para hablar con el camarada Nicolás, la
consolidación de PDVSA, el Sistema Eléctrico más avanzado del mundo, el
eficiente suministro de agua potable, hacer del Río Guiare un balneario para el
disfrute de los caraqueños, acabar con la pobreza, no permitir un niño más en
las calles, el mejor Sistema de Salud a nivel mundial, establecer el Pensamiento
Único, organizar el Sistema Electoral más transparente en la historia, la
organización de Los Colectivos y Las Milicias, la creación de nuevos conceptos
en la administración publica (Bolichicos-Enchufaos), culminación de obras de
envergadura (Ferrocarril-Vivienda-Oleoductos), atención integral a las
Universidades, etc.etc.etc.
Al escuchar aquella perorata, los ciudadanos alzaron su voz, parta
expresar: Ya basta de tantos embustes. Queremos soluciones YA a los problemas
de alimentación, salud y servicios. Si algo queremos que se materialice en esta
cuaresma es: El cese de la Usurpación, Gobierno de Transición y Elecciones
Libres.
Jesús Elorza G.
@jesuselorza
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