jueves, 16 de mayo de 2019

CARLOS BLANCO, OPERACIONES PSICOLÓGICAS

La guerra internacional que se libra en Venezuela tiene una dimensión a la que se banaliza con frecuencia que es la de las operaciones psicológicas, componente esencial de la guerra asimétrica. Tal vez sea el espacio en el cual el régimen ha sido más efectivo, donde gasta más recursos y emplea con mayor eficacia la tecnología que le brindan sus apoyos internacionales.

Nadie duda de que la corporación criminal a cargo de Miraflores mata, persigue, tortura, encarcela, enjuicia y exilia. Es la dimensión más gozosa de los batracios de la represión y las escopetas; sin embargo, no es la más eficiente.

Los ciudadanos tienen la certera intuición de que hay una mano que mece la cuna por algún lado, con invasión de noticias que no tienen fundamento, con fotos trucadas y videos forjados. Se sabe que eso ocurre y que las pezuñas mugrosas de Maduro andan por allí. Por el lado del estatus opositor también se emplean estos mecanismos, pero a escala más reducida, con espontáneos e incondicionales de la extinta MUD y de sus expósitos varios.

Esta situación ha creado una burbuja en la cual se entreveran las operaciones psicológicas con la participación genuina y desenvuelta de los ciudadanos; es una opinión pública en la que no hay verdad alguna sino estados muy fluidos, con masas de creencias gelatinosas que se baten unas contra otras y dependen de la multiplicidad de insumos que allí se mezclan.

El régimen tiene un aparato sofisticado que es más que el G-2 cubano, algo mucho más tenebroso. Rusos, venezolanos, cubanos y tal vez sujetos de otras nacionalidades, colocados en muchos casos a miles de kilómetros del país, son parte de este andamiaje perverso, con tecnología de punta que ha sido hasta capaz de afectar la política de Estados Unidos.

La especialidad de esa máquina en Venezuela es la de impedir la caída del régimen. Con la apelación a:

El terror. Sabemos qué haces, con quién te reúnes, qué dices; sabemos todo y un día, si nos da la gana, te llevamos a ti y a toda tu familia. De allí la tortura y la muerte. Tal vez no sea solo para sacar alguna confesión sino para que se sepa que el terror te puede despertar en la madrugada con la Gestapo en la puerta;

El desarme moral. La idea que transmiten es que hagas lo que hagas; digas lo que digas; pienses lo que pienses; no podrás con Maduro; y

El desarme del liderazgo: El objetivo más importante es anular a los líderes, convirtiéndolos en timoratos administradores de los escenarios A, B, C,…n; incapaces de audacias porque requieren, al final, tantas seguridades que cuando llega la hora están todavía en la hoja de cálculo.

Es posible que se deba prestar más atención al sentimiento ciudadano que pasa por otros registros que al deseo de tener todos los números de la lotería en la mano.

Carlos Blanco
@carlosblancog

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