El 10 de agosto de 1519 Magallanes inició su insólito viaje alrededor del mundo.
El año de 1517 subió al trono de España el Rey Carlos, hijo de Felipe "El Hermoso" y de Juana "La Loca", heredero de sus abuelos, los Reyes Católicos. Este adolescente sería con el tiempo el Rey Carlos V. recibido con inmensa pompa y júbilo por la nobleza española y la lealtad del pueblo.
Ese mismo año, llegaba a Sevilla, un hombre de 37 años de edad, de nacionalidad portuguesa, que poca atención prestaba; se llamaba Fernando de Magallanes, que ya había tomado parte en viajes exploratorios y en la gran empresa portuguesa de la conquista de las Indias y había estado 8 años en la costa oriental de Africa, la India, el archipiélago de Borneo y en las islas fabulosas de las Especias, por lo que tenía gran experiencia en la navegación y conocía como pocos, aquel inmenso mundo. Magallanes regresó a Portugal pero tuvo mala suerte frente ante la malevolencia del Rey Don Manuel de Portugal, quien lo había acusado de turbios manejos y le negó su apoyo.
Este hombre, toma entonces, una determinación extrema; rompe con su país de origen al apreciar que no había posibilidad de acción en su patria y resuelve irse al país vecino de España, que acababa de hacer el impensado descubrimiento del Nuevo Mundo, para ofrecerle sus servicios al Rey Carlos, el gran proyecto, semejante al que había tenido Colón, de completar el viaje hasta las Indias, navegando por el Océano Atlantico , lo que no pudo lograr ante la imposibilidad de recorrer la inmensa distancia entre las islas caribeñas, descubiertas por él, y las Indias occidentales, lo que hubiera significado el desastre mortal.
Magallanes reveló al Rey Carlos de España, que el conocía una vía marítima por donde se podía navegar por el Océano Atlantico, para llegar a la islas de las Especias, conquistarlas y hacerse el monarca mas rico del mundo. Carlos V, aprobó la propuesta, le dió los recursos financieros y con cinco pequeñas naves salió de Sevilla, el 10 de agosto de 1519, hace ahora 500 años, y finalmente se lanzó al océano tras una empresa que habría de sobrecoger de horror a cualquier persona que pudiera medir la dimensión de lo que iba a intentar. Lo acompañaba su leal asistente, el malayo Enrique, para que le sirviera de intérprete en las indias de las Especias, como también gente de diversas nacionalidades y razas y hasta un humanista italiano de nombre Pigaletta, quien escribió la historia del viaje y por quien se pudo conocer lo que ocurrió en aquella increíble aventura. rsm
CONTINUARÁ
Raul Sanz Machado
rsanzmachado@gmail.com
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