A raíz de la reciente reincorporación de los diputados y diputadas del Polo Patriótico a la Asamblea Nacional, muchos se preguntan si aún continúa en desacato ese Poder. Quiero expresar que tal reincorporación, producto de una Mesa de Diálogo, no significa que la AN haya dado cumplimiento al deber de subsanar su situación de desacato.
En ese sentido, durante los años 2017, 2018 y 2019 ha sido constante la Sala Constitucional en manifestar que tanto la Asamblea Nacional como la Junta Directiva con lapso vencido (2016), se mantienen en franco desacato de las decisiones del Máximo Tribunal, por lo que esa situación le impide elegir Junta Directiva para cada período de sesiones y le advierte que todos los actos que de ella emanen son nulos, toda vez que no están dadas las condiciones constitucionalmente objetivas y coherentes para darle continuidad al ejercicio parlamentario.
Por supuesto, en esta situación de desacato en que se encuentra la Asamblea Nacional juega un papel de primer orden el elemento político en la solución de ese conflicto; pero, además, concurren otros elementos, uno de índole constitucional y otro que lo da el tiempo, el implacable. El primero es el más viable, por su naturaleza y por constituir la esencia misma del conflicto: el diálogo sería el elemento adecuado para una solución política a un problema político. La segunda vía de solución del conflicto de la Asamblea es la constitucional, más difícil pero no imposible, pues, en nuestro caso más cuenta lo político que lo constitucional.
En el constitucionalismo contemporáneo, o neoconstitucionalismo, se habla de la ponderación judicial y para ello de un juicio de ponderación, es algo así como un auxilio para resolver conflictos de la misma jerarquía axiológica; o como diría el Tribunal Constitucional español: se trata de conjugar, desde la situación jurídica creada, ambos derechos o libertades, ponderando, pesando cada uno de ellos, en su eficacia recíproca.
Además, se dice que la virtualidad más apreciable de la ponderación se observa cuando se enjuician comportamientos de los poderes públicos. En el caso venezolano es más complicado por el riesgo de la aceptación parcial del resultado de la ponderación. Queda, entonces, la solución del tiempo que no se puede impedir: el próximo año habrá elecciones para elegir a nuevos miembros de la Asamblea Nacional. Es la solución a la vista.
Beltrán Haddad
@beltranhaddad
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