La sentencia 324 del TSJ tiene como objetivo que el oficialismo tome por asalto la universidad. Impone un régimen electoral que viola el artículo 109 de la Constitución que garantiza la autonomía y que desvirtúa la comunidad de intereses espirituales, compuesta por profesores, estudiantes y egresados, en la búsqueda de la verdad. Le da una estocada de muerte al histórico claustro universitario, establecido en la Ley de Universidades, donde quienes más sienten y permanecen en las casas de estudio, tienen la última palabra para decidir.
La sentencia busca que la universidad se declare en desacato, sedición o rebeldía como lo tendrá que hacer, para que desde el gobierno de facto se designen sus autoridades a dedo. Después de haber secuestrado los poderes públicos van por la universidad, pero esta será un hueso muy duro de roer.
La demagógica decisión le da un supuesto voto igualitario a los obreros y al personal administrativo y le quita el peso del profesorado a la hora de decidir. La sentencia recuerda la práctica fascista de elegir por sectores, como si para designar al propio TSJ debieran votar los escribientes, los alguaciles, los secretarios y así sucesivamente. Se repite el fraude que se realizó con el voto a una Constituyente espuria que el pueblo, como se establece en la Constitución, no convocó. Es grave que cuando se quiere dejar de lado al pueblo, se le pase por arriba, y cuando conviene prostituir el espíritu de un cuerpo se invoque a la oclocracia.
Lo cierto, es que el futuro de la República se luchará en la universidad. Unas universidades decididas, en la calle y dispuestas a dar la batalla por la autonomía serán el principio del fin del régimen. Ahora todos tendremos que salir a la calle en defensa de la autonomía universitaria, uno de los pocos reductos que queda en pie. Azotada por la falta de presupuesto, por los salarios de hambre que se pagan a todo el personal y por la escasez de recursos para la investigación y los estudiantes, se vivirá pronto el momento decisivo.
Se trata de dar el todo por el todo. Salir a protestar por una educación libre y plural, y recordar que cuando el momento histórico lo requirió siempre estuvieron al frente los estudiantes, luchando por la justicia, la verdad y la democracia. Hora aciaga y decisiva para vencer.
Oscar Arnsl
@OscarArnal
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