viernes, 18 de octubre de 2019

ROMÁN IBARRA: VENCER LA DESESPERANZA

No hay dudas  de que con la llegada a la Presidencia de la Asamblea Nacional de Juan Guaidó, la política venezolana –que venía en caída libre por tantos sinsabores- se renovó en la esperanza y la fe.

Un liderazgo fresco, inesperado, pero bueno para la gente a quienes cayó en gracia. Un hombre joven; de aspecto humilde, y de maneras sencillas que emocionó a casi todo el país. Llegó y propuso una fórmula que captó la atención de propios y extraños, y le sirvió de trampolín para comenzar a afianzar su presencia en el liderazgo político venezolano.

Cese de la Usurpación; Gobierno de Transición, y Elecciones Libres, fue su carta de presentación, y le fue aceptada por la población mayoritariamente opositora. Pero esa tríada que lucía lógica para el pensamiento y actitud de cualquier demócrata con conciencia clara de la crisis por la que atraviesa el país, no tuvo idéntica repercusión en el pensamiento de un tirano con pretensiones de perpetuidad; comunista al fin y al cabo como Maduro.

Por una parte, el régimen se dedicó a satanizar la propuesta y a sabotearla para hacerla inviable. Por la otra, la rigidez, e inflexibilidad de quienes toman las decisiones en la oposición, la han convertido en un ¨mantra¨, como si estuviera destinado a ocurrir porque sí con el solo paso de tiempo.

La oposición mayoritaria, (hay otra minoritaria) empujada por el extremismo no acepta nada distinto al orden establecido en la propuesta de Guaidó. Es decir, para aceptar cualquier movimiento; estrategia; negociación, o simple conversación con el régimen, tiene que ¨cesar la usurpación¨ previamente. Pero resulta que el solo deseo no lo saca de Miraflores.

Si se habla de negociar apoyados por la comunidad internacional, para lograr unas elecciones supervisadas; modificando el CNE, entre otras propuestas, el extremismo opositor no acepta si primero no cesa la usurpación. Otros hemos dicho que esas propuestas no pueden ser interpretadas de manera rígida. Hemos sugerido el Cese de la Destrucción de manera prioritaria, pues de lo contrario, la gravedad de la crisis social y económica está matando literalmente a la población.

Lograrlo es muy importante, para preservar la vida de nuestros compatriotas, hoy empobrecidos en extremo por culpa de una política económica criminal llevada a cabo por el régimen comunista en estos 20 años. Eso hay que frenarlo de manera negociada, y es urgente. 

Ya estamos casi finalizando el año sin concretar una salida a la crisis, y ello –nos guste o no- comienza a producir desesperanza y frustración en la población. Las encuestas así lo reflejan en la caída de la popularidad de Guaidó, aunque de lejos sigue siendo la mejor referencia opositora.
Se ha demostrado en 20 años, que ni la oposición ha podido derrotar definitivamente al régimen, ni el comunismo militarista que impera ha podido derrotar a la oposición. No obstante, ellos siguen al frente del gobierno y con ello la destrucción en grado terminal del país.

Debemos esperar a  que arrasen con todo? No, estamos obligados a negociar una salida electoral aunque no sea perfecta. Debemos apoyarnos en la comunidad internacional, y en la presión política popular para alcanzarlo. Pero para ello, es necesario insistir en la unidad irrestricta de toda la oposición, para lo cual, Guaidó tiene que extender la mano a todos los factores; todos somos necesarios, y el país lo reclama.

El régimen para dividir propone elecciones parlamentarias, y la oposición (dentro de la tríada de Guaidó) habla de elecciones libres (referidas a las presidenciales). Hagamos las dos de manera negociada. 

Presionemos con todas las herramientas constitucionales para lograrlo. Somos mayoría; vamos a demostrarlo.    

Román Ibarra
@romanibarra

1 comentario:

  1. Buenos dias. Excelente artįculo profesor. Claro como el agua y cierto como la grave crisis que vivimos. Aplaudo sus buenas intenciones para el bien comûn. Ojalā se sumen voluntades para lograr los cambios.

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