Guaidó… ¿de héroe a villano? Cuando se habla de él hay que hacerlo en 2 perspectivas, la nacional e internacional, veamos: Lo que ha hecho el presidente interino no ha sido poco a pesar de las duras críticas recibidas producto de un justificado desespero popular. Guaidó a sabido orquestar el rechazo mundial contra el régimen castro-chavista que hoy usurpa y obstruye todas las esferas del poder del país. La comunidad internacional influyente y determinante, incluyendo Estados Unidos, Europa, Brasil, Chile, Argentina y organizaciones como la OEA, reconocen formalmente como presidente de Venezuela al también cabeza del parlamento nacional.
Las polémicas sanciones y embargos por igual tienen dos vertientes, la primera es que castigan principalmente a líderes rojos rojitos de manera personalísima, así como a su entorno familiar y de allegados. Éstas buscan castigar a quienes de la noche a la mañana gozan de incuantificables fortunas extranjeras “presuntamente” desprendidas la de corrupción chavista que, según expertos en la materia, es la más grave ocurrida en el planeta luego de la segunda guerra mundial.
Por otro lado, los embargos sobre propiedades del país, advierten quienes los aplican, buscan resguardar activos de la nación, mismos que, ante la quiebra de Pdvsa única surtidora de divisas del país, el régimen ha tenido que ir vendiendo para poder obtener recursos a fin de hacer frente a las innumerables deudas contraídas por la república en manos de los socialistas del siglo xxi y para los inauditables gastos de “gobierno”. En ese sentido, esos embargos evitan nuestra nación continúe perdiendo estos estratégicos bienes necesarios para la reconstrucción de la nación.
Ahora bien, esas sanciones y embargos (algunos de ellos) tienen un efecto colateral, al no ser reconocido el régimen chavista como gobierno se les imposibilita el uso de gran parte del sistema financiero y crediticio internacional, menos para la compra de comida y alimentos. Sin embargo, estos castigos al régimen terminan por afectar a la población en líneas muy generales, pues no olvidemos, en abundancia de recursos y sin sanciones de ningún tipo, el país comenzó a colapsar producto de la referida corrupción roja, desidia y despilfarro, ojo con eso. Asimismo, el régimen continúa echando el guante a las inconmensurables riquezas del país, transando nuestros recursos de manera directa, secreta y furtiva con sus aliados internacionales para la obtención de alimentos, medicinas, insumos, material militar y pare de contar.
En cuanto a lo nacional, Guaidó supo amalgamar una oposición huérfana, a una población sin líderes reales ni objetivos, ello es probablemente es lo más destacable del “efecto Guaidó”, pero no todo lo que brilla es oro, la solidez de un régimen anclado en la violencia institucional e infinidad de recursos ha retrasado lo inevitable. En esta espera, el país continúa su rumbo destructivo, donde lo privado y lo público sucumbe ante los objetivos inamovibles del castrismo venezolano: ¡Retener el poder a todo costo!
En lo geopolítico, en lo internacional Guaidó ha tenido gran éxito, pero mientras su gestión no redunde en el mejoramiento de la calidad de vida del venezolano su protagonismo fronteras adentro decae, sin que ello signifique el régimen aumente su popularidad, al contrario, día a día es más rechazado.
Así las cosas, la desesperanza gana terreno, los 3 objetivos “guaidianos” continúan en stand by mientras la hiperinflación, la agonía de todo el especto público y privado consume la vida de los venezolanos. Solo quienes reciben remesas producto de la dramática diáspora pueden aguantar un poco más, otro sector se ve obligado a sobrevivir indignamente con las miserias populistas del régimen a través de bonos que alcanzan para uno o dos productos de la cesta básica, hay quienes no cuentan con remezas ni con las migajas populistas. Guaidó debe reinventarse fronteras adentro, es un clamor histórico, su tiempo está a punto de expirar.
Leandro Rodriguez
@leandrotango
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