lunes, 13 de enero de 2020

ÁLVARO VARGAS LLOSA: SIN IR MÁS LEJOS. CARLOS ALBERTO MONTANER

"Sin ir más lejos» se titulan las memorias de Carlos Alberto Montaner, el escritor cubano, publicadas por Debate (Penguin Random House). Tienen muchos lectores posibles en distintos países. Pero el principal será, al interior de la isla, esa generación a la que toque reinventar la república cubana. Porque el intento se torcerá si no conoce bien el legado de las mejores cabezas entre quienes entregaron su vida a la causa de una Cuba libre. Será imposible para esa generación dejar atrás la noche totalitaria y una tradición de violencias, con su sentido tribal del poder, que nació en 1902 con la república, sin referencias cubanas que le enseñen dónde estuvo el problema y dónde la solución. Por eso, aunque Carlos Alberto habla de su «fracaso», es pronto para saberlo. Si la generación a la que toque reinventar Cuba a partir de una mentalidad y unas instituciones nuevas tiene éxito, los precursores de esa hazaña, Montaner entre ellos, habrán sido los vencedores.

Este libro que empieza contándonos los orígenes pirenaicos de los Montaner y acaba relatándonos la actual convivencia del autor con una enfermedad incurable de lenta maduración, traza una vida en parte cinematográfica, que incluye el amor precoz, la cárcel a los 16 años, la fuga nocturna, el asilo bajo el fuego, la salida al exilio, el paso por el ejército norteamericano junto a tantos jóvenes cubanos que creían que, tras el fracaso de Bahía de Cochinos, Washington los enviaría a un segundo intento, más institucional, de liberación de la isla, y la cancelación del proyecto tras los pactos Kennedy-Kruschev. Pero lo importante, ya que no lo más cautivante, de este relato escrito sin amargura o truculencia, es lo otro: la evolución intelectual y política de este hombre que sacrificó una vocación de novelista (retomada en años recientes) para montar una editorial, ejercer el periodismo y dirigir durante unos años un quijotesco proyecto político. 

Esa evolución, que lo llevó desde el activismo revolucionario y contrarrevolucionario hasta el liberalismo, es también el aprendizaje de su generación y tendrá que ser el de la república cubana. Hoy que está de moda menospreciar la Transición española, es emocionante lo que significó, para este cubano exiliado en la madre patria durante cuarenta años antes de trasladarse a Miami, el paso del franquismo a la democracia y la modernidad económica y cultural. Como es agridulce el testimonio de lo que fue para él el derribo del Muro de Berlín. Inspirado en él, hizo en los 90, entre insultos dentro y fuera de la isla, lo humanamente posible, con la creación de un partido liberal y, luego, de una plataforma que contenía tres corrientes (liberales, demócrata-cristianos y socialdemócratas), por reproducir en Cuba una transición pactada, al estilo de Polonia, Checoslovaquia o Hungría, que la dictadura no permitió.

Cuba se privó así de tres décadas adicionales de sufrimiento. Y del papel orientador que el autor de estas memorias hubiese jugado en la isla para arrancarla de su tradición tercermundista.

Álvaro Vargas Llosa 
@AlvaroVargasLl
@abc_es

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