miércoles, 4 de marzo de 2020

ALFREDO M. CEPERO: EL CORONAVIRUS Y SU IMPACTO POLÍTICO.DESDE ESTADOS UNIDOS

Por otra parte, el coronavirus tendrá repercusiones políticas, migratorias y económicas en los Estados Unidos que ya están siendo magnificadas por los enemigos del presidente en la prensa y en el Partido Demócrata.

Recién comenzado este Siglo XXI hizo acto de presencia en el escenario mundial una epidemia hasta ahora desconocida que los científicos han bautizado con el nombre de coronavirus. Con ese nombre monárquico cualquiera diría que el coronavirus no es un virus cualquiera; pero si lo dijera se equivocaría. Porque el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) ha declarado que el coronavirus forma parte de una extensa familia de virus, algunos de los cuales provocan el catarro común. Es, por lo tanto, un virus mas que no debe de amedrentarnos.

Otros virus dentro de esa familia han evolucionado y causado enfermedades más severas como el Síndrome Respiratorio del Oriente Medio (MERS) que se originó en 2012 en Arabia Saudita y el SARS, que, al  igual que el actual coronavirus, tuvo su origen en China Comunista en 2002. Al momento de escribir estas líneas el coronavirus ha infestado a 90,000 personas y causado la muerte a 3,000 de ellas en 58 países. En los Estados Unidos se han reportado 88 casos y dos muertes causadas por el coronavirus. Aunque no se ha declarado como tal hasta este momento, una prolongación de esta epidemia podría conducir a calificarla de pandemia y eso si sería desastroso.

Por otra parte, el coronavirus tendrá repercusiones políticas, migratorias y económicas en los Estados Unidos que ya están siendo magnificadas por los enemigos del presidente en la prensa y en el Partido Demócrata. Después de todo, ya sabemos que esta gente acusa a Donald Trump de todos los males de este país. Son unos enfermos de odio cuya felicidad depende de la suerte que corra su enemigo jurado. Viven en un mundo patas arriba donde lo bueno para Trump es malo para ellos y donde lo malo para Trump es bueno para ellos. Vaya usted a descifrar este enigma síquico y este jeroglífico político. La destrucción de Trump aun al precio de causar daño a los Estados Unidos.

Tomando una página del libro de trampas del venenoso ex alcalde de Chicago, Rahm Emanuel, quién una vez dijo "Nunca dejes de sacar provecho de una crisis" los demócratas se lanzaron al ataque. El vejete errático y corrupto de Joe Biden fue el primero en la línea. Dijo que era "muy peligroso que Trump calificara esta situación como una farsa" y agregó que era "una indecencia que Trump hablara en esta forma." El descarado de Pete Buttigieg declaró en el Today Show que estaba "muy preocupado por la forma en que el gobierno ha manejado el asunto."

Y el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, criticó a Trump por no haber solicitado más fondos para combatir la epidemia. En vez de los 2,500 millones de dólares solicitados por el presidente, Schumer ofreció 8,500. Estos demócratas son generosos con los fondos públicos que le conceden al presidente únicamente cuando benefician sus intereses partidistas.

Trump, por otra parte, ripostó los ataques de la jauría demócrata y de sus aliados en la prensa parcializada. Los acusó de farsantes en sus críticas contra las medidas de la administración para contener el impacto del coronavirus. Y agregó: "Hacen todo lo que esté a su alcance para amedrentar al público. Esto es sólo una continuación de la farsa del impeachment y de las acusaciones sobre mí conspiración con Rusia."

Acto seguido, el presidente anunció la creación de una comisión especial presidida por el Vicepresidente Mike Pence y por el Secretario de Salud, Alex Azar. Dicha comisión tendrá a su cargo "los esfuerzos de monitorear, contener y mitigar la diseminación del coronavirus y, al mismo tiempo, mantener informado al pueblo norteamericano".

Pero quizás el impacto más candente del coronavirus será sobre la inmigración. A tal efecto, el Secretario de Seguridad Interior, Ken Cuccinelli, declaró al respecto: "Cuando hablamos de una pandemia y tenemos una crisis en nuestras fronteras tenemos que actuar con mano firme. Nosotros no contamos con instalaciones con la suficiente capacidad para mantener en cuarentena a millares de personas." 

Dentro de este tema, una atención especial debe de ser dedicada a inmigrantes procedentes de Cuba. Desde los primeros momentos de su existencia, la tiranía cubana ha mantenido estrechas relaciones con China Comunista en los campos de economía y de espionaje. Esas relaciones existen en este momento. Quizás por ese motivo, el Director de Epidemiología de Cuba, Dr. Francisco Durán, se ha apresurado a afirmar que "hasta el momento no tenemos casos confirmados de coronavirus en Cuba".

Pero quienes hemos sido testigos de las mentiras de los comunistas para mantener en secreto sus desastres, como fue el caso de la Unión Soviética con la planta atómica de Chernobyl, no podemos confiar en las declaraciones de este burócrata. En el caso de Cuba, la admisión de la existencia de coronavirus en su territorio dañaría su imagen de potencia médica y, peor todavía, reduciría sus ingresos ya mermados por concepto de turismo.

Ahora bien, el impacto del coronavirus en la economía norteamericana podría constituir el mayor peligro para la reelección de Donald Trump. Este tipo de imponderable es quizás la razón por la cual no se puede hablar de victoria electoral hasta que no se cuenta el último voto. Los demócratas no cuentan con argumento alguno para atacar los éxitos económicos del gobierno de Trump en la economía, pero la amenaza de una epidemia como el coronavirus está más allá del control del presidente.

Encuestas recientes de opinión pública arrojan como resultado que el 69 por ciento de los norteamericanos temen que el coronavirus afecte la economía del pais. De hecho, el promedio industrial de Dow Jones estableció un récord de pérdida cuando perdió 1,900 puntos en sólo dos días.
Afortunadamente hay un rayo de luz que ilumina la noche tétrica de la histeria proyectada por la prensa comprometida con la izquierda. El peligro del coronavirus no es tan generalizado ni tan inminente como lo pintan estos profesionales de la exageración y de la mentira.

En una conferencia dictada en el Fuerte Bragg, Carolina del Norte, el Cirujano General de los Estados Unidos, Dr. Jerome Adams, dijo: "La realidad es que, en este momento, el riesgo de contraer coronavirus es muy bajo para los ciudadanos de los Estados Unidos." Y agregó: "Es más probable que cualquiera de ustedes sea hospitalizado o muera como consecuencia del flu que del coronavirus. El año pasado más de 8,000 personas murieron a consecuencia del flu en los Estados Unidos". 

El tiempo dirá la última palabra. Pero quienes defendemos la libertad y la democracia en este país no podemos perder la calma. 

Alfredo M. Cepero
alfredocepero@bellsouth.net
@AlfredoCepero
La Nueva Nación 
Director de www.lanuevanacion.com
Estados Unidos

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