Los efectos sociales, económicos y políticos del CoronaVirus, supuestamente intercalado por el régimen Chino (“Chernóbil Chino”…), obliga a la Sociedad Venezolana actuar conscientemente. La vivencia de su ciudadanía exige repensar el camino a seguir y qué hacer… positivamente. El reclamo lógico es por ejecutar, responsable y oportunamente, acciones para condiciones que garanticen el funcionamiento del sistema, con certidumbre y congruencia; políticas integrales para acciones urgentes y esenciales, decisiones coherentes, sostenibles e ineludibles.
Después de la Cuarentena o del autoconfinamiento, período de aislamiento, con guerra viral y comunicacional amplia e intensa, la estratagema oficial ha sido habilidosa y eficaz. En Venezuela, el CoronaVirus está siendo confinado y las comunidades, con solidaridad han respondido a las instrucciones de los mandos y el régimen, invariablemente, ha aprovechado tiempo en preparar y organizar sus huestes para sus originarios e inquebrantables fines, especialmente cuadrar lo de sus “elecciones”, 2020.
A la ciudadanía le angustia no solo las condiciones médico-sanitarias existentes para resistir la guerra sino, también, las posibilidades de vivir, trabajar y producir para sobrevivir. El régimen, quien tiene los recursos y la mayor responsabilidad, debe despejar las incógnitas que oscurecen el presente y futuro inmediato y no continuar con la verborrea y ofertas, sin acciones ni resultados en contra del enorme caos social, lleno de dolor, abandono y miseria que se padece, acrecentado por la amenazante perturbación del virus, hasta ahora, perdurable.
La mayoría de los gobiernos en función de controlar la propagación del denominado, según ONU, COVID-19, han adoptado medidas inminentes para favorecer la vida a los ciudadanos en la etapa de aparición y posterior a la pandemia; afianzándose para que el virus y calamidad inherente desaparezcan.
Las circunstancias de guerra han sido propicias para que algunos gobiernos (Alemania, Canadá, Suecia, Israel, El Salvador, etc.) demuestren capacidad y voluntad resolutiva. Frente a la guerra respuestas coherentes, transparentes y efectivas. Se han preparado para contextos de paz o belicosos, reacciones y logros lo demuestran. En Venezuela, el régimen debería salir de su enfrascamiento y trabajar para todos, sin “colectivos” y con la verdad. Requerir ayuda internacional por los medios apropiados; emulando gobiernos con auténtica democracia participativa para superar conflictos, evitando más sacrificios al pueblo cuyos intereses hipotéticamente defienden.
Israel, es ejemplo mundial, país pequeño, democrático y desarrollado, sus autoridades informan que: “No hay ninguna víctima fatal por el Covid-19…” Según el Premio Nobel en Química, Michael Levitt, académico, profesor universitario, incorporado como vocero responsable de la sociedad civil, manifestó con credibilidad “…No habrá más de una decena de muertes en Israel. Me sorprendería si el número de fallecidos es mayor a diez...”
Cuál es la diferencia?
Organización social, capital humano, civiles y militares, lideres honestos y competentes, asociados conscientemente a la emergencia y lo no-emergente, sin necesidad de “carnet de la patria” u otros artefactos de factura similar. Infraestructura (sanitaria, económica, social e institucional) recursos disponibles e instituciones funcionando; lo urgente, lo esencial y lo importante, previstos en el modelo de vida e incorporados al sistema social israelita y a su proceso de trabajo planificado, con acciones basadas en una cultura que la Sociedad judía a través de su proceso de gobernanza establece al Estado y gobierno Israelí, para beneficio de las familias y ciudadanos.
En Venezuela, el régimen decretó cuarentena en escuelas y universidades prácticamente cerradas, por falta de presupuesto y de profesores. Hospitales destartalados, médicos emigrando y medicinas insuficientes. Empresas de producción, comercio y de espectáculos quebradas y fronteras incomunicadas. El sistema en un solo caos: sin producción ni ingresos, el bolívar?, estanflación, limitaciones al movimiento interno de sus ciudadanos, sin agua, luz, gasolina ni gas, diáspora de millones de venezolanos, con un consumo e intercambio mínimo de bienes y servicios; recesión económica. El Estado centralizado y hegemónico, aviva un gobierno corrupto, irresponsable e insensible frente a las demandas de la Sociedad Venezolana.
Después de la Cuarentena? Que? El peligro del caos social, global, de continuar como vamos… entra irremediablemente a plena ebullición. Cuaresma, es tiempo de reflexión y acción para el cambio positivo con planificación coherente y liderazgo admisible. Reconocimiento al Personal médico y paramédico venezolano.
Dios, Padre de Todos, ayuda a Venezuela. Te lo rogamos.
Humberto Acosta
humbertoacosta648@yahoo.com
@HumbertoAcosta9
ExRector UNET. Dr. en Ciencias del Desarrollo
No hay comentarios:
Publicar un comentario