Durante varios siglos los judíos no mencionaban directamente el nombre de Dios, por lo indescriptible de su majestad y por lo inenarrable de su grandeza y se considera imposible pronunciar su nombre, entonces era innombrable; pero esta mamerteria colombiana en su bufonería y ridiculez, desconociendo totalmente la historia del pueblo judío, llama al expresidente Álvaro Uribe “el innombrable”, de suerte que en cambio de estigmatizar al exmandatario si vamos a la escritura hebrea antigua, lo que hacen es exaltarlo, pero la gruperia extremista no entiende de eso.
Aunque lo innombrable según la costumbre puede evocar algo negativo, el ejemplo judío acerca del nombre de Dios es innegable, de modo que los enemigos del exmandatario que logró arrinconar al terrorismo comunista durante sus 8 años de gobierno(2002-2010), deberían revisar el termino, para no seguir con una extravagancia que denota irracionalidad y desnudez intelectual; claro que por seguir la enseñanzas del comunista italiano Antonio Gramsci, toda esa mamerteria no sabe de razones y tiene un comportamiento de pandilla, cuando atacan con toda clase de improperios a los dirigentes que son contrarios a sus fines torvos, desconociendo en su ignorancia extrema que lo innombrable no es corpóreo, como lo entendía el pueblo judío.
También algo que llama la atención es el rótulo de “matarife” que usa el senador Gustavo Bolívar, claro que ese señor, puede ser lo más parecido a Pedro Camacho, el periférico libretista boliviano de radionovelas, en la obra del premio nobel Mario Vargas Llosa “La tía Julia y el escribidor “, en donde Camacho al acabar de perder el juicio y confundir los personajes de las diferentes radionovelas, por lo que los dueños de la emisora que son unos mercachifles traficantes de cuñas en cambio de suspender al escribidor, lo que hacen es continuar con el juego ante la subida de la audiencia o rating, por las locuras del libretistas; lo que significa que los éxitos de algunos novelistas responden más a la paranoia, ramplonería y a la falta de discernimiento de la audiencia, antes que a las enseñanzas humanistas de una obra.
Que es utilizada por los mercachifles de los medios, para incrementar su lucro; en consecuencia Gustavo Bolívar cuando menciona el epígrafe “matarife” está haciendo apología de la lumpenización, pues sus narconovelas demuestran que por encima de la axiología esta el negocio, sin importarle a los dueños de los medios la condición del libretista, ya que no les interesa si este se encuentra en la ficción o en la realidad.
Como lo hemos dicho en varias oportunidades, los seguidores del engendró marxista, acompañados por sus idiotas útiles y en algunas ocasiones por aliados oportunista, utilizan las palabras de acuerdo a la semántica totalitaria, recordando que el genocida ruso de Lenin, decía sin ningún empacho: “ hay que cambiar el significado de las palabras para hacer la revolución”,
de la misma manera el “padrecito” lósif Stalin sostenía que había que monopolizar el uso de las palabras para consolidar el poder; por eso cuando escuchamos términos como innombrable(de la manera como lo entienden los mamertos) o matarife en la jerga de los politiqueros de llamada izquierda, indudablemente que ello se circunscribe dentro del método marxista leninista, que no solo tiene como principio el de la violencia, sino que la calumnia y la mentira también hacen parte de “ las diferentes formas de lucha”.
Antes de llegar Álvaro Uribe a la presidencia en el 2002, dentro de los mitos comunistas se considera a la narcoguerrilla como intocable e invencible, por lo que hay que decir con todas las letras que el expresidente con los golpes que les propinó durante su mandato, les desbarato el plan estratégico, que buscaba la toma del poder, para llevar a Colombia a una dictadura comunista; lo que demuestra que todos los términos ofensivos que se usan en contra de Álvaro Uribe responden a una vindicta por el fracaso del proyecto político marxista, que fue defenestrado en los dos cuatrienios; de ahí que la lucha ideología a la que tanto le huyen los comunistas en la presente situación nacional, es el mejor escudo para que el país no caiga en el abismo del totalitarismo.
A los seguidores del marxismo con sus diferentes máscaras en Colombia, les queda como tarea, que antes de usar una palabra, la estudien bien, no solamente en lo semántico, sino también en lo histórico, como ocurre con el termino innombrable; ya que es muy triste ver a unos académicos de pergaminos y campanillas, hablando de un tema que puede ser diametralmente opuesto a lo que pretende decir; de ahí que el ejemplo del pueblo judío con el nombre de Dios, les sirve para no ofender, porque antes de hacerlo al menos deberían profundizar en el termino.
El nombre de Dios que no se podía nombrar y era impronunciable, es un tetragrama YHVH, por eso para que no haya confusiones y no caer en una necedad crasa, es mejor no usar el término innombrable para referirse a una persona menos si es para zaherirla; lo que si deberían hacer nuestros mamertos en cambio de inventar falacias, es prepararse para defender las “bondades” del comunismo y sus fetiches del materialismo histórico y la inevitabilidad, eso si lo necesitan con mucha urgencia.
Ariel Peña
arielpena49@yahoo.com
@arielpenaG
Colombia
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