martes, 7 de julio de 2020

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, FALLA PARTIDISTA O BOLIBURGUESÍA PRAGMÁTICA.

Por burguesía entendemos a una clase social, integrada por personas acomodadas que han logrado tener capital y propiedades. Desde el enfoque capitalista, hace referencia a un grupo económico que genera puestos de trabajo e impulsa mayor nivel de bienestar económico (riqueza derivada de la relación directa entre los factores de producción, empleo y distribución de la renta). Desde el ángulo marxista, alude a una clase capitalista dominante, que en su condición de propietario de los medios de producción, remunera de forma inapropiada a los trabajadores en procura de alcanzar la denominada burguesía industrial (individuos de alta renta con afán de inversionista en la sociedad).

Habida cuenta de lo antes citado, nos hemos formulado la siguiente interrogante: El triunfo presidencial de H. Chávez lo indujo básicamente un desencanto con la democracia y los partidos políticos; o por el contrario fue “energizado” por una burguesía dom-inante que se mostraba inconforme ante la intención democrática de impulsar una política económica global orientada a una disminución de la protección del Estado hacia los sectores industrial y comercial; quienes mostraban una condición de inmadurez per-petua (ineficientes e ineficaces), pero “disfrutando” de un mercado cautivo alimentado por un populismo financiado con los ingresos petroleros; al tiempo de estar protegidos mediante un férreo cerco arancelario.

La burguesía dominante, luego de la destitución de CAPII, aupó de inmediato las posi-bilidades electorales para un segundo mandato de R. Caldera, quien a la postre le confirió al grupo militar golpista (contra CAPII) una “sanidad jurídica” que posteriormente abrió, tanto las puertas para el triunfo de H.Chavez, como el retorno de ellos al poder político (industrial, comercial y financiero) en un contexto que luego la “revolución socialista” con-tinuó y amplió en reciprocidad por los “favores recibidos” (situación que fue reforzada con acompañamiento militar); al tiempo de apuntalar el crecimiento de economías ilegales que han venido desplazando al Estado en su papel vital de generador ingresos públicos.

El “resurgir de la burguesía”, les facilitó la continuación de su histórica intención en cuanto a propiciar un ambiente para una crisis de representación de los partidos políti-cos, impulsando su transformación hacia entes con otra naturaleza; al punto de haberlos inducido a “descuidar” su tarea principal de formar cuadros para la política y de generador de información y debates en relación a los problemas del país y sus potenciales soluciones; con el agravante que ante la ausencia de densidad organizativa en el contexto político-partidista se abrió un amplio espacio para que la criminalidad se apoderara del poder político y del Estado, a la luz de la premisa según la cual si no existen partidos fuertes, se hace mas fácil la influencia criminal bajo la figura de “nuevos actores políticos” aparentemente desvinculados de los partidos existentes. En síntesis, el crimen organi-zado o delincuencia organizada cuyo principal objetivo es la obtención de beneficios económicos o materiales mediante la comisión de delitos tales como corrupción, trafico de drogas, blanqueo de capitales, secuestros, entre otros delitos; amplió su penetración bajo un manto de impunidad propiciado por el Estado.

Los vicios y triquiñuelas de la burguesía hecha Estado en armonía con la delincuencia organizada, han revertido, estratégicamente, dichas triquiñuelas hacia un inmenso desen-canto con la democracia a la par de una evidente caída de la confianza en ella; y por consecuencia en los partidos políticos tradicionales, a quienes “culpan” de la hecatombe socioeconómica por haber “facilitado” una falta de gobierno (?); hecho que a la postre ha inducido una sensación de “orfandad” de ilusiones en favor de romper la indeseable triada Estado-burguesía-crimen; a la par de una “ceguera” y “desmemoria” sobre la complicidad que sobre ese asunto ha tenido el denominado socialismo del siglo XXI desde su ¡inicio!

Es así, que el rebrote (nuevos crecimientos) de la clase burguesa industrial-comercial-financiera ha recibido un apoyo estratégico por parte del régimen chavista-madurista, cuyas manifestaciones más palpables son, entre otras: 1.- Se les ratificó su condición de burguesía rentista acoplada al contexto mundial, aprovechándose de la riqueza generada por la producción de hidrocarburos; 2.- Soslayaron el control del sector petrolero (fuente principal para los “delirios” financieros) ante una exigencia de la burguesía, que ya en 2002 habían mostrado sus “garras” compartiendo esfuerzos para adelantar un golpe de Estado, ante las pretensiones gubernamentales de instaurar una planificación central de la economía; 3.- Le confirieron rango Constitucional a la iniciativa privada (y por ende a la burguesía importadora) en materia económica (artículo 112), que tomó impulso al ha-berse implementado, complementariamente, un supuesto modelo de sustitución de im-portaciones que en la práctica configuró una economía de ensamblaje; 4.- Desviaron la atención de las clases media y populares (con obvias intenciones electorales) que experi-mentaban “incomodidades neoliberales”, presentando un “programa” contra la corrup-ción y en favor de un mejor reparto de las riquezas.

Desde otra visión, vale recordar que H. Chavez alcanzó el poder sin aparato político y sin una estructura organizada, pero recibiendo posteriormente apoyo colaborativo y par-ticipativo de múltiples fuentes: A.- Expertos del gobierno anterior; B.- Dirigentes de otras organizaciones políticas; C.- Ex ministros y muchas otras personalidades; D.- Técnicos de elevado prestigio, con la intención subyacente de “enviar señas favorables” a los mercados financieros tanto nacionales como extranjeros; E.- Alta proporción de personas provenien-tes de las clases medias; F.- Fuerte apoyo empresarial, patronal y de gente de negocios; G.- Protección a la boliburguesía, un término que integra dos conceptos: bolivariano y burgués, al igual que de muchos empresarios que asumieron el rol de chavistas pragmát-icos; H.- Amparo a los militares, a quienes se les otorgó prominente participación en la economía; apuntalada con la aprobación de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) en noviembre 2014 donde se les confirió como misión su participación activa en el crecimiento y desarrollo nacional (igualmente contemplada en el artículo 328 Constitucional impulsada por H. Chavez); con el valor agregado de no estar sujetos al con-trol público (TSJ, Sentencia No 1.421, 15 de diciembre 2016) sino directamente del Con-tralor de la FANB.

Jesús Alexis González 
jagp611@gmail.com
@jesusalexis_gon 

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