miércoles, 8 de julio de 2020

LEANDRO RODRÍGUEZ LINÁREZ, LAS ELECCIONES SON EL REFLEJO DEL PAÍS

Para las aspiraciones retencionistas de poder, todos los gobernantes con espíritu dictador, lo primero en la lista es minar la institucionalidad, modifican contra viento y marea las disposiciones legales (sean constitucionales o no) a fin de apropiarse de las instituciones públicas. No en vano en 2015 el régimen aumentó desproporcionalmente los magistrados al TSJ y lo acaba de hacer este 2020 con los diputados a la Asamblea Nacional, aun cuando el procedimiento establecido en el Artículo 186 de la CRBV es extremadamente claro, sí la población venezolana presuntamente aumentó 2 millones de habitantes corresponde solo aumentar 2 diputados más, es decir, de 167 a 169.

Los nuevos 110 diputados impuestos no tienen mayor explicación que maquinar la sobre representación del Psuv en la AN vía CNE, órgano electoral que no sabe dar respuestas ni explicaciones a esta maniobra. El supuesto “rector opositor” Rafael Simón Jiménez confesó en una entrevista no tenía idea de dónde habían extraído la información del incremento poblacional, aún así votó a favor de esta injustificada modificación. Por cierto, cuba que tiene aproximadamente 12 millones de habitantes tiene más de 600 parlamentarios, que al final solo terminan siendo militantes del Partido Comunista Cubano… es la usanza clientelar comunistoide.

Ahora bien, no es casualidad el deterioro de la calidad de vida de los venezolanos, la más acelerada del mundo, ello se debe a que si hemos tenido elecciones en “condiciones mínimas” pues tendremos un país con condiciones mínimas en todos los aspectos.

¿Qué significa condiciones mínimas? Puede significar absolutamente todo, allí está el detalle. Sí una nación democrática cede ante lo más preciado que posee, el voto, entonces a las autoridades les será permitido exigir a los ciudadanos cedan en otros derechos, es allí donde se han colado contra los venezolanos controles, racionamientos y demás condicionantes a nuestras libertades.

Cualquier elección en “condiciones mínimas” acarrea resultados mínimos al interés nacional, por ejemplo; diputados no aptos, gobernadores ineficientes, alcaldes mediocres o presidentes inadecuados. Es por eso, que sí en algo los venezolanos debemos ser recelosos es en los procesos electorales, deben ser imparciales, legítimos, justos, apegados estrictamente a la ley, al espíritu democrático, solo así gobernarán los que meritoriamente elijan los ciudadanos.

Observamos con profunda preocupación que cuando se habla de la constitución del nuevo CNE se hace como sí se tratasen de cargos 99 o cargos partidistas, el que públicamente se haga referencia “son 3 chavistas y 2 de la oposición” es una aberración por demás inconstitucional. Sin sorpresas, las decisiones en su seno se toman por mayoría simple, es decir, todas sus decisiones continuarán beneficiando al régimen ¡no al país! tal como ha ocurrido con este órgano desde épocas de la rectoría de Jorge Rodríguez 2004.

Al CNE se le suman el TSJ escogido de manera express antes que el chavismo entregara la AN a la oposición, una ANC forjada tras la expropiación de la constitución a los venezolanos, además impuesta violentamente, se suman todas las autoridades que ha nombrado como Fiscal General, Contralor y Defensor del Pueblo. Alarga la lista unas FANB que confiesan ser “profundamente chavistas” y un presidente electo en otra elección de “condiciones mínimas”, con un proceso electoral tan oscuro que valió el desconocimiento internacional de su cargo… Todo esto lo ha generado la maldición de las “condiciones mínimas”.

Un CNE no debe ser chavista ni opositor, debe ser un ente imparcial, profesional. Lo que hoy tenemos es una leonina desinstitucionalización que desde hace más de 20 años aboga solo por los mismos que hoy detentan el poder… así no. En cada proceso electoral irregular el país se desbarata, cada vez más aprisa.

Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango

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