viernes, 4 de septiembre de 2020

JOSÉ ANGEL BORREGO, IMPULSAR LA UNIDAD

Deferentes lectores preguntan cómo impulsar la unidad. Este módico servidor está tan desorientado como ustedes, lo confieso apenado. Porque la unión de corazones rasguña el 90 % como mínimo y ese otro 10 % no puede estar todo “enchufado”: la masa no da para tanto bollo. Si acaso el 1 % aprovecha. El restante 9 % es de fanáticos analfabetas que prefiere morir de hambre que confesar que la alacena está vacía. Lo importante es que existe 90 % de venezolanos que necesita se le diga cómo impulsar la unidad.

Previamente, a la MUD y su antecesora, les bastó un gesto para que el país caminara al unísono tras protestas por un objetivo único. Arriada por el G4 las banderas de lucha de calle, sin consultar a la gente por un mínimo de respeto a ese pueblo que ofrendaba sangre por la unidad, el mástil se hizo correoso e impide que la enseña retorne a lo alto de la dignidad. Y nadie ha podido izarla de nuevo porque la gente teme una trastada más similar a la de Cúcuta y a la del 30-04. “Al picao de culebra cualquier bejuco lo asusta” y el G4 se convirtió en una liana tarzanera.

¿Qué hacer? A ciertos líderes ofrecimos ideas no ventilables aquí por ser “material clasificado”. Uno ofreció respuesta, evasiva, pero al menos argumentando una justificación que en tiempos de guerra, con inteligencia, se supera. Otros ni siquiera responderían a un profano de la política que pretende ofrecerles, no lecciones, sino expectativas a liderazgos tan flácidos y huesudos.

El impulso a la unidad es posible, aún hoy tras tanta torpeza. Pero no provendrá del cielo, más porque no lo merecemos que por retaliación divina.

Es preciso comprender que la estrategia se soporta en la presencia del adversario. En consecuencia hay que horadar la corteza de ese adversario. Hay que engatusar al adversario. Resulta intangenciable enfrentar al adversario con armas diferentes a las inútiles usuales. Y que esa gestión respete la inteligencia del referido 90 % de país. Eso es posible.

¿Por qué no se concreta? Como cantaba Lucho Gatica: “Sabrá Dios…uno no sabe nunca nada…”. Si el G4 no es capaz de ver rendijas hacia el impulso unitario, como todo liderazgo con un mínimo de vergüenza debe ceder el paso. Renunciar a liderar. Ofrecer servicios de “consejeros” cuando se les pida, no de metiches. Que Ramos Allup, Leopoldo, Borges y Rosales, al menos ellos 4, convoquen a sus inexistentes “suplentes” o apliquen la democracia interna en sus partidos y permitan que la gente decida, como pide Maripili Hernández para el PSUV, quién debe conducir estos trastos más inicuos que inocuos.

José Angel Borrego
periodistaborrego@gmail.com
@periodistaborr1

No hay comentarios:

Publicar un comentario