Tal como lo hiciera saber María Corina Machado, luego vía Twitter lo confirmara Freddy Guevara el 30 de agosto, la oposición venezolana encabezada por Guaidó estudia realizar una consulta pública a manera de plebiscito, aún se define el contenido de la misma, sin embargo, alertamos sea cual la materia, dicha consulta está condenada al más rotundo fracaso, veamos porqué:
En primer lugar, de ser cierta, preocupa porque evidencia un alarmante desconocimiento de la realidad política de la nación: La abstención en Venezuela es un fenómeno social que se encuentra por encima del liderazgo político, es un rechazo espontáneo de la ciudadanía contra instituciones públicas corruptas, inservibles, psuvizadas, que han aniquilado el poder del voto en todas sus dimensiones, dicha renuencia envuelve a la presunta iniciativa plebiscitaria, la cual es una tribulación teórica y los habitantes de este desnaturalizado país anhelan hechos. Los ciudadanos no acudirán a votarla pues hoy el voto en Venezuela es inútil, no hay mecanismos que permitan aplicar su desiderátum… mientras haya usurpación de poderes públicos no hay manera que el venezolano retorne a las urnas electorales indistintamente de la naturaleza del acto y quien convoque, ha quedado suficientemente demostrado desde la “ANC” de 2017.
En segundo lugar, aún está vigente el plebiscito del 16 de julio de 2017 donde los venezolanos contra viento y marea, exponiendo sus vidas, ratificaron el rechazo a la presunta ANC, dieron respaldo a la AN, a todas sus competencias/facultades constitucionales y a elecciones libres en el marco de la Constitución, con un gobierno de unión nacional que permita reinstitucionalizar al país, ello dio pie a la agenda inicial de Guaidó, misma que lo catapultó al estrellato político criollo e internacional: Cesa de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres… los términos y la decisión popular de esa consulta aún están vigentes ¿Por qué hacer otra?
En tercer lugar, la nación no puede continuar dilatando más tiempo en improvisaciones, mientras que la oposición piensa “qué hacer” el régimen hace, llevará a cabo sus “parlamentarias a la carta” imponiendo partidos y candidatos de una oposición abierta y públicamente falsa. Aunque su treta no servirá de nada, pues ese nuevo parlamento no tendrá el reconocimiento internacional, el chavismo deja a un lado las teorías y consuman hechos. Lo prioritario para la oposición venezolana es consumar cuanto antes acciones que recobren la constitucionalidad y democracia en el país, es un clamor no solo nacional sino respaldado por el mundo democrático.
Ahora bien, de mantenerse el mismo escenario de hoy en 2021 no hay nada que someter a juicio de los venezolanos, pues las bases legales aplicables desde 2019 a la condición de usurpación y al interinato serán exactamente las mismas. Guaidó, por ser el último presidente AN electo conforme al reglamento interior y de debates, dicho sea de paso, último poder legal y legitimo en el país, mantendría su presidencia encargada tal como lo vaticinamos a principios de año, no hay sorpresa en ello, las “elecciones en condiciones mínimas” jamás tendrán reconocimiento.
Finalmente, es una verdad incuestionable aquello de “los venezolanos no podemos solos”, tan es así que el mismo régimen requiere la ayuda de sus aliados internacionales para poder sostenerse en el poder, lo hace ante los ojos del mundo. Para la oposición no es distinto, mucho más cuando el chavismo dejó de ser un problema exclusivo de los venezolanos y se ha convertido en un gran problema para la región, con serias y diversas implicaciones globales.
Las próximas parlamentarias del 6D, una “presunta” consulta nacional, en nada favorecen a la nación, al contrario, ahondan la crisis que ya hoy es invivible. El liderazgo opositor está obligado generar acciones para hacer retorne la constitución, la democracia a nuestro país, toda vez que la legalidad, la legitimidad venezolana y el apoyo de las democracias del mundo le dan su unánime apoyo.
Leandro Rodríguez Linárez
leandrotango@gmail.com
@leandrotango
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