Mises demuestra y comprueba que el Capitalismo es el único sistema capaz de producir bienes y servicios con eficacia plena, y de distribuirlos con justicia. Por qué? Porque el Capitalismo y solo el Capitalismo se basa en la admisión y reconocimiento de los precios libres , la propiedad privada, los empresarios individuales como coordinadores de los factores productivos, y los mercados o redes de intercambios voluntarios, expresados en contratos celebrados sin coacción legal o de otra clase. Todo otro “Sistema” es improductivo, empobrecedor, cruel e injusto. Hasta ahora, la historia del mundo no ha hecho sino darle la razón.
Porque solo en el Capitalismo la tecnología se aprovecha plenamente, la especialización rinde sus frutos, la creatividad y el ingenio se ven recompensados, todos los recursos son asignados a sus empleos óptimos, y la riqueza se produce máximamente. Y se distribuye también, ampliamente, en el mismo proceso de mercado, a través de las distintas compensaciones a los diversos factores : sueldos y salarios (al trabajo) , intereses y dividendos ( al capital) , beneficios o utilidades, si las hay ( al empresario).
Nada de esto funciona fuera del Capitalismo.
Ludwig Von Mises muestra como el Socialismo es la imposición por los Gobiernos de frenos, restricciones y trabas a los precios, a la propiedad, a los empresarios y los mercados, y a los agentes productivos y sus contratos. Es el deterioro paulatino y progresiva destrucción de las instituciones propias del mercado, más que un sistema, que en la práctica no existe como tal, es un antisistema : no un sistema de producción comparable al Capitalismo. Pero incapaz de producir, es sin embargo el Socialismo capaz de impedir que el Capitalismo produzca, y eventualmente de destruirlo.
Años más tarde, entre 1926 y 1940 , Mises dedicó una serie de ensayos a la forma relativamente moderada de Socialismo conocida como “Intervencionismo” o “Tercera Vía” , mostrando las razones por las cuales el Intervencionismo es intrínsecamente inestable, y tarde o temprano desemboca en el Socialismo, si no se corrige a tiempo el rumbo. Es lo que ha pasado en Venezuela y está tratando de ocurrir en EEUU. Y es que toda intervención estatal en los mercados es destructiva y no logra su propósito declarado, pero entonces, los gobernantes aumentan la dosis.
En el Intervencionismo, poco a poco, y mediante leyes y decretos, los factores políticos intervienen en todos los corredores productivos, desde la agricultura al transporte, los servicios y la banca, pasando por la industria y el comercio, y en todas las etapas de los procesos de mercado. Está degradación puede tomar meses, o años y aún décadas. Pero una cosa es segura : cada vez los intervencionistas emplean medios más drásticos. Cómo son por ejemplo, difamación a las empresas privadas y a los empresarios particulares, calumnias a los capitalistas y propietarios, falacias propagandísticas en contra de los mercados y en pro del Socialismo, y un conjunto de reglas draconianas, imponiendo a la economía severas obligaciones, prohibiciones y restricciones, cuya violación actual o presunta es penalizada con multas, inhabilitaciones y prisión. Así se empobrece a la sociedad. Y se llega al Socialismo Completo.
Otra cosa es segura : el Socialismo completo y abierto, francamente declarado, nunca reemplaza a regímenes capitalistas exitosos, sino a experimentos Socialistas fracasados. Mises pone los ejemplos del Socialismo nazista de Hitler y el Socialismo soviético de Lenin y Stalin.
Acaso cuando el hitlerismo llegó, en 1932, funcionaba en Alemania una economía de libre mercado? No, en absoluto, lo que había era la República de Weimar, un sistema Intervencionista muy rígido, decretado en 1918 (al fin de la Primera Guerra Mundial) por los socialdemócratas, y apoyado por todos los demás partidos políticos, que trajo hambre y penurias a los alemanes. Y antes de eso el prusianismo de los Hohenzollern y Bismarck, otro sistema Intervencionista. La opinión pública creyó entonces que las tropas de asalto de Hitler pondrían orden en la economía e implantarían el Socialismo nacional.
Y cuando el marxismo leninista soviético llegó, en Octubre de 1917, funcionaba en Rusia una economía de libre mercado? No, en absoluto, lo que había era la democracia de Kerenski, un sistema Intervencionista igualmente muy rígido, decretado en febrero de 1917 por los socialdemócratas y apoyado por todos los demás partidos, que trajo hambre y penurias a los rusos. Y antes de eso el zarismo, otro sistema Intervencionista. La opinión pública creyó entonces que los comunistas pondrían orden en la economía e implantarían el Socialismo proletario.
Y en Venezuela? Igual : a partir de 1958 , los gobiernos socialdemócratas y socialcristianos, estimulados por la izquierda neta, procedieron a la progresiva destrucción de lo que teníamos de Capitalismo, que no era mucho, y más rápidamente desde los 70 , de tal modo que para 1989 el descalabro era muy grande, y así mismo la ignorancia, la confusión y los complejos. Así llegamos al “Socialismo Bolivariano destructivo del Siglo 21″en Venezuela. De crisis en Crisis, y tomando siempre por la izquierda en cada crisis. Nos creímos ricos. Ignoramos que la riqueza se produce, y olvidamos y descuidamos sus condiciones de producción. En algún punto de la fatídica ruta debimos reunirnos muchos venezolanos a reaprender desde el principio los conceptos de libertad, justicia, riqueza, ley, orden, progreso, democracia, recursos naturales, gasto público, impuestos, etc . Pero no lo hicimos. Debimos quitarle al Socialismo sus disfraces, pero no lo hicimos. Pero no lo hicimos, y el estatismo o Intervencionismo se nos impuso en nombre del “progreso” hasta 1958, y de la democracia desde entonces. Primero en sus versiones introductorias : nacionalismo y populismo. Diversos grados de elitismo, populismo e ineficiencia acaban con las instituciones y la democracia. La izquierda sabe como destruir las instituciones, como enredar y confundir, y acomplejar a los ciudadanos, pero en especial a los sectores empresariales.
Hay un párrafo de Mises muy redondo en “Intervencionismo” . Refiere que no hay ni puede haber un Intervencionismo limitado. Dice : “No hay otra opción : o se renuncia por completo a intervenir en el libre juego del mercado, o se transfiere por completo la producción y la distribución a la autoridad gubernamental. O Capitalismo o Socialismo. No hay Tercera Vía. Frase lapidaria.
Finalmente, Ludwig Von Mises después de la Segunda Guerra mundial cuando se fue a EEUU comenzó a ver con preocupación la situación económica y cultural de las universidades, sobre los hombres políticos, profesores y personalidades públicas. Vio con desesperación en el futuro el declive de la civilización occidental. Le preocupaba convertirse como diría su esposa Margit Von Mises en el historiador de la decadencia. De allí su frase : “Si quieren destruir la humanidad practiquen el Socialismo” . En esto Jean Francois Revel fué también muy claro cuando afirmó : Lo que marca el fracaso del comunismo no es la caída del Muro de Berlín, en 1989 , sino su construcción en 1961. Era la prueba de que ” el Socialismo real” había alcanzado un grado de descomposición tal que se veía obligado a encerrar a los que querían salir para impedir les huir.
Los enemigos de libertad han logrado convertir en inútiles todos los conocimientos que los teóricos del Liberalismo Clásico y los historiadores han aportado acerca de la utopía más trágica que ha conocido la humanidad. Han logrado ocultar en una gran mascarada de calumnias y tergiversaciones todas sus culpas y responsabilidades Morales por los millones de víctimas del comunismo. Y han conseguido cargar esas culpas y responsabilidades sobre su gran chivo expiatorio : los EEUU, la nación que más ha contribuido en el Siglo XX a la defensa de la libertad en el mundo. El destino de occidente y del mundo libre se pudiera estar decidiendo en esta elección de los EEUU. La carta de Monseñor Carlo María Vigano ,dirigida al Presidente Trump es muy gráfica y advierte también de ese peligro.
Desde los años 60 , tanto en América Latina como en EEUU , en la universidades se formaron generaciones de jóvenes, con un adoctrinamiento progresista en el frente político, y modernista en el religioso. El Papa Benedicto XVI , también lo advirtió en su ensayo de la “Teología de los principios católicos” . La adhesión a un marxismo anarquista y utópico, contó con el respaldo en primera línea de muchos capellanes universitarios. El mayo francés de 1968 , tras sus barricadas hubo dominicos y jesuitas. Abstenerse ante lo que ocurre en el mundo occidental hoy y en particular en EEUU , ya es en si una decisión. Supone un consentimiento tácito del mal. Nunca antes una elección en los EEUU había tenido tanta importancia.
Nikita Krushchev hace 60 años en la ONU dijo lo siguiente : “Los hijos de tus hijos vivirán bajo el comunismo, ustedes los occidentales son tan crédulos que no aceptarán comunismo directamente, pero seguiremos alimentándoles con pequeñas dosis de Socialismo”.
La supervivencia de nuestra civilización está en juego, depende en gran medida de nuestra capacidad para convencer a la sociedad que solo una auténtica democracia liberal y limitada, y una economía de libre mercado pueden garantizar la libertad, el bienestar y el progreso de la humanidad. Especialmente el de los más desfavorecidos. Tanto en Venezuela como en los EEUU ,para estar en política es indispensable apoyarse en principios sólidos y coherentes. La libertad y la paz no son gratis.
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