Apocalipsis. Reina-Valera Antigua, “Y le fue dado espíritu a la imagen de la bestia para que hablara; y ordenaba que cualesquiera que no la adorara fuera ejecutado. Y luego ordenaba que todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusieran una marca grande en la mano derecha, o en su frente. Y que ninguno pudiese comprar o vender, solo el que tuviera la señal, el nombre de la bestia, y el número que indicara su identidad”.
De forma clara describe la sociedad de los demonios para, utilizando organizaciones internacionales como la ONU, FMI, Banco Mundial, OMC, dar los pasos finales para el inicio de lo han calificado como “The Great Reset” que se discutirá para su aprobación en la reunión del Foro Económico de Davos en su convocatoria anual en mayo del 2021. Es decir, reestructurar un mundo pincelado a lo que ellos han decidido en algo que da pavor. Y, aunque el tema es largo, damos un par de puntos que lo definen y vale la pena profundizar. El primero es la desaparición total de la propiedad privada. El segundo es la vacunación obligatoria de todo mundo so pena de, quienes se resistan, ir a prisión por largo tiempo.
Ahora, ¿qué papel sería el de una administración Biden? Para ubicarnos es interesante visualizar el posible comportamiento de EU con este hombre al timón de la nave y, sobre todo, cómo se pudiera ligar a este reacomodo global. Porque Biden ya amenaza para, desde su primer día en la oficina oval, a través de una serie de órdenes ejecutivas dar reversa a todo a todo lo que haya establecido que Trump que, según ellos, produjo esta grave situación. Y, desde estos momentos hago mi primera predicción. No hay duda de que la pandemia destruyó el boom económico que Trump provocara, entonces, Biden iniciaría afirmando recibir una economía que fue destrozada por la administración pasada y, para recuperar el crecimiento, necesitará tiempo y se tendrán que hacer grandes sacrificios.
Describirá la situación como la de Europa después de la segunda guerra mundial, por lo que requerirá de una “ayuda internacional” similar al Marshall Plan. Hay que recordar el lema de los demócratas, “no hay que desaprovechar las crisis y, sin no las hay, habrá que inventarlas”. Así, para sensibilizar la comunidad global, iniciará una gira mundial similar a la que, en su momento, Obama llevara a cabo pero en este caso pidiendo disculpas por todos los ataques y ofensas que les dedicara Trump con su estúpida política de “Primero América”, notificando que de nuevo la barra libre de EU estaría abierta a disposición de todos y bajo el mando de su hijo Hunter. Y, punto neurálgico en este plan de rescate, sería la reactivación de la relación comercial, económica, tecnológica con China que ha sido la más agraviada.
Al finalizar el 2021, se estaría enfrentando a una economía agonizante a punto de expirar y de nuevo declararía el problema heredado de Trump era mucho más grave de lo que imaginara puesto que sus irresponsables ataques habían causado daños irreparables y con más urgencia se requeriría de “ayuda internacional”, además de grandes sacrificios como un aumento agresivo de impuestos, nuevas y más estrictas regulaciones pues, como afirmara Chavez, “mientras más libertad se de a la gente, más cárceles se tendrán que construir, más burocracia se deberá requerir para vigilarlos”. Esa es la clara escuela de Obama, el master para cobardemente evadir culpas y luego pretender adjudicarse los éxitos ajenos.
Y, cuando se combinaran las agresiones que ellos hubieran iniciado contra la economía con los destrozos de la pandemia, surgiría un aparato productivo mostrando los colmillos de una nueva depresión, pero en esteroides. Y, debemos recordar que la estrategia del EP es llevar a las naciones a una gravedad extrema que les permita tomar su control de parte de una población que, no solo no se resistirá, les dará la bienvenida con los brazos abiertos. En esos momentos, parte fundamental de sus explicaciones sería afirmar que las políticas miopes, egoístas y sin fundamentos que irresponsablemente activara Trump, será la demostración que no funcionan y se requiere de esos cambios globales que ellos estarían ofreciendo.
El aparato criminal para destruir a Trump utilizando una media servil y las redes sociales, se volcaría ahora hacia cualquier oposición que pudiera surgir para también destrozarlos. Y la dedicatoria sería especial para esos jóvenes republicanos que formaron la pequeña columna del ejército de Trump como Ted Cruz, Rand Paul, la gobernadora, Kristy Noem, Devin Nunes, Pam Bondi, Matt Gaetz, Kevin McCarthy. También contra comentaristas de TV como Sean Hannity, Tucker Carson. Republicanos que no han podido reclutar como lo hicieron con Romney, Bolton y Mattis. Estos jóvenes comparten la ideología de Trump de Make América Great Again y rechazan el globalismo con la misma fiereza que lo hace el presidente.
Un grupo que representa un gran peligro para el EP y del cual emergería el candidato presidencial en 2024, para archivar el mohoso partido republicano y rescatar lo que iniciara Trump. Ese constitucionalismo liberal, el populismo bueno que, sin bautizarlo, practicaron los padres fundadores y lo plasmaran en su Declaración de Independencia, en la Declaración de sus Derechos y su bella Constitución. Será una era en la cual estos jóvenes entierren al partido de la globalización, del intervencionismo, de las guerras, de las extorciones internacionales, de la impresión de dinero sin límites, del endeudamiento, en pocas palabras, el partido de Nixon y de los Bush. Así, se darán a la tarea de, irónicamente, rescatar la ideología de libertad que fuera patente del partido demócrata hasta principios del siglo 20.
Un nuevo partido blandiendo la bandera de la moralidad, de los verdaderos mercados libres, del verdadero libre comercio internacional, pro empresas medianas y pequeñas, de la anti globalización, de la anti guerra, enemigo de los monopolios, del Nuevo Orden Mundial, de todas esas burocracias internacionales socialistas. Un partido que le dará escalofríos a los traidores encabezados por Soros, a las diabólicas tecnológicas de Silicon Valley, al depravado Hollywood paraíso de violadores y pedófilos. Un partido con las puertas abiertas para todos los seres humanos, de todas razas y religiones, pero de buena voluntad, en pocas palabras, el nuevo partido de Trump.
El mercado libre no ofrece garantías, privilegios especiales, favores, monopolios, oligopolios, subvenciones, ventajas, protecciones, subsidios, apoyos, tratamientos especiales, distinciones, dádivas, cancelación de deudas, en pocas palabras, como lo afirmara Milton Freedman, no hay free lunch. Por eso es tan impopular y por muchos odiado.
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