En
medio de un clima político totalmente polarizado donde cada sector sataniza y
desprecia a la otro, impidiendo así que ninguna acción, ni mala, ni buena,
pueda cristalizar, lo cual afecta a las clases más desposeídas en cuanto al
funcionamiento de los servicios públicos más elementales, agua, luz, aseo… El
Gobierno, sin prisa pero sin pausa ha pulverizado la institucionalidad, la
formalidad, fomentándose desde el Gobierno lo informal, de tal suerte, que
ninguna de estas caras tenga capacidad para dar respuesta a los ciudadanos.
El
ciudadano ha ido quedando reducido al conformismo del que no puede hace nada,
impotente, para refugiarse en el individualismo de la sobrevivencia, la viveza
criolla que llaman, que logra su mayor esplendor en el bachaquero en la reventa
de todo, sin agregarle
En
nuestro monstruo del leviatán tropical no existe Orden, cada quien se conduce
como sus posibilidades de relacionase con el gobierno le permitan la
sobrevivencia. La Sociedad esta desdibujada en un entramado de todos contra
todos. Entonces ¿Cómo logramos que La Sociedad canalice efectivamente sus
demandas y satisfaga sus necesidades?
Nuestro
planteamiento centra su atención en un esquema que permita armonía en las
instituciones que conforman al Orden Social, y ese engranaje Sociedad-Estado.
De allí concebimos la idea del Estado Ciudadano, ya que, si La Sociedad cuenta
con verdaderos y respetuosos espacios para la deliberación, el consenso en el
logro de objetivos comunes, participa efectivamente. No sola sino con apoyo
desde el Estado.
Ese
Estado Ciudadano se materializa a través de un Poder Ciudadano, un Poder
Público, independiente, autónomo, dirigido por un cuerpo colegiado, cuyas
autoridades sean designadas en elecciones, con presupuesto propio, que sea de
obligatorio consulta en el proceso legislativo, que eduque a la ciudadanía y la
apoye, para que se organice en forma libre y democrática. Un Poder Público que
reglamente la utilización de las herramientas de la participación ciudadana:
asambleas ciudadanas y cabildos abiertos, para que sus decisiones sean
verdaderamente vinculantes, consultas legislativas y populares, propuestas
legislativas, convenios de cogestión y autogestión.
Se
trata de una nueva visión democrática, del fortalecimiento de la participación
ciudadanía por parte del Estado.
Carlotasc@gmail.com
@carlotasalazar
Venezuela
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